Alentar -y no combatir- la fragmentación

by Julen

Me resultan curiosa -no quiero pensar mal- la insistencia oficial por «concentar», «unir», «hacer grande»… lo que sea. Lees día sí y día también noticias económicas relacionadas con la falta de competitividad de un sector porque no es capaz de conseguir dimensión suficiente. Las cajas de ahorros son un buen ejemplo hoy en día. Pero esto es aplicable a cualquier sector. Ande o no ande, caballo grande.

Eso sí, una vez producida la unión llegan los daños colaterales de tener que reducir «mano de obra». El concepto «persona» queda sepultado por unos cuantos palazos de escombro competitivo. Así que «grande», pero en cifra de negocio. No tanto «grande» por número de recursos humanos personas.

¿Imagináis una política oficial que propugne la fragmentación? Incentivos para ser unidades pequeñas, ágiles, dinámicas. Incentivos para buscar una red distribuida. Incentivos para eliminar la tendencia a gestionar según principios de escasez. Incentivos para disponer de empresas más humanas. No, eso no sucede.

Echar gente de empresas grandes es un proceso racional y metódico. No se conocen los nombres y apellidos. No suelen salir esos datos en el telediario. Porque tenemos LOPD. En esas empresas grandes, tiramos de management científico y entonces los datos son sobre todo números. Hay que reducir 1.500 puestos de trabajo. Jugamos con los eufemismos para distraer a las masas. No «eliminamos la fuente de ingresos de 1.500 familias». No; tan solo reducimos 1.500 puestos de trabajo. Nada que ver.  Además, la maquinaria de cobertura social juega la baza del pataleo y en la empresa grande, ¿de qué se quejan? Salen bien parados cuando son despedidos. Panda de holgazanes.

Los procesos de fusión empresarial son estupendos casos de análisis en las mejores escuelas de negocio. Unos funcionan y otros fracasan. ¿El punto de vista? Las cifras que canten sus cuentas de resultados. Es arquitectura fría, pensamiento metódico. Es «lo que hay que hacer». Las reglas del juego imponen su ley.

Sé que no es fácil, pero merece la pena intentar salirse de ese invento macabro de la empresa gigante. Es más que probable que allá dentro haya especialistas en felicidad. Surtidores de coaching que reparten migajas de motivación de garrafón. Al servicio de vete tú a saber qué. Fuera de esos castillos, no tenemos tantos recursos. Jugamos a la realidad del día a día, tratando de que nuestro pequeño proyecto juegue las veces de la química personal. Imposible de predecir. Pero deliciosa de practicar.

———

La imagen en Flickr es de Emmanuel Frezzotti.

Estas mismas ideas, con otras palabras, conforman una obsesión. Puedes darte cuenta de ello leyendo por ejemplo otros artículos de este humilde blogsito:

Artículos relacionados

4 comentarios

Gari Araolaza 05/07/2010 - 10:12

Estoy contigo Julen. Yo defiendo esa filosofía en mi trabajo (sitios webs) y hace años que defendemos que no hace falta crear macrocentrales de datos, que se puede trabajar de forma distribuida, cada uno con su personalidad pero coordinados en un proyecto común. ¿Qué es Internet sino una gran red distribuida? Esto era exactamente lo que hacía la industria armera eibarresa.

Una imagen que he utilizado a menudo es la red de aguas de Gipuzkoa, Luistxo también la utilizó en un post del año 2005: Archivando la producción digital de 2005: ¿una utopía?

Responder
sergi 05/07/2010 - 19:24

Hola Julen, igual que Gari, yo también me dedico a las webs, y puedo compartir con vosotros que hace unos 3 años trabajé durante 2 años en una multinacional canadiense que a modo de franquicia se dedica al negocio de la «asesoria de negocios en internet» (lease webs y derivados), operando en más de 60 países y creciendo!!! (prefiero no dar el nombre)

Cada franquiciado opera en un territorio restringido y supone apenas una sede de unos 5 profesionales que hacen las funciones comerciales de buscar y atender al cliente, pero el sistema de producción es subcontratado a cinco «centros de producción» repartidos por el mundo, que trabajan a destajo!

Según mi opinión, el servicio prestado a los clientes era de mediocre calidad:

– los precios no eran tan bajos como se podrían ofrecer, porque los gastos de comercializacion se comen el gran margen que supone el económico sistema de producción
– el proceso de producción se hace lento y ARTIFICIAL. El comercial hacía el primer contacto, luego me lo pasaban a mí (director de proyectos), luego yo se lo explicaba a mi compañera diseñadora, la cual hacía uso de los servicios de programación externos en otro país. Bueno… ni os podéis imaginar qué kafkiano era el proceso de producción y de relación con el cliente. Si el éste solicitaba un cambio, yo lo consultaba con los programadores externos, la respuesta de los cuales se la pasaba a mi jefe, el cuál elaboraba un presupuesto y yo se lo remitía al cliente. En fin, días…. para saber el costo de un cambio. Lo peor es que ni siquiera podías responder a priori si el cambio era posible porque solo los programadores podían responder a esa pregunta.
– por cierto, olvidé decir que a su vez, que esos centros de producción subcontratados funcionaban de forma similar… es decir, NUNCA en 2 años pude hablar con el programador!!! siempre tenía que hablar o con un jefe o con un comercial… (yo creo que debía ser un inmigrante ilegal encerrado en un zulo… )
– en fin, el colmo de los absurdos…
– la rotación de personal era continua, porque claro, no hay ningun plan de «fidelizacion del trabajador» en la estrategia franquiciadora (Julen, animate a escribir sobre eso). Lo cuál se traducía en que el producto del cliente era hecho por varias personas que eran semi-nuevas y que en todo caso no tenían porque ser siempre las mismas, ni siquiera se conocían entre ellas… en fin, taylorismo llevado al mundo de los servicios web: resultado horrible!!!! y me refiero en la calidad… totalmente mediocre y bastante despersonalizada.

Finalmente me di cuenta que lo mismo que intentabamos hacer allí podía hacerlo yo mil veces mejor con muchisima más calidad, mas rapidez, un trato mas familiar y precios aun más competitivos!

Llevo 3 años «en solitario» y estoy más feliz que un perro. Siento que mis clientes reciben siempre el mejor producto que se merecen y que necesitan, y no tengo que buscar clientes: me vienen casi todos por recomendación. Inlcuso he tenido que «adoptar» a un programador veinteañero para que emprenda conmigo este camino, porque estab perdiendo clientes por falta de tiempo. (y me niego a subir el precio por eso!!!… los precios en este mercado ya estan suficientemente inflados y yo me siento muy bien pagado ahora).

Quiero decir… que Julen, creo que tienes toda la razón del mundo. No sé que les enseñan en las escuelas de negocios o en los pu… MBA, pero parece que tratasen cualquier empresa como si fabricase coches en serie…

… si es que hay tanto borreguismo… y pa colmo es universal… en fin…

Saludos!
SERGI

Responder
Pau Vidal 05/07/2010 - 19:52

Hola,

Me ha sorprendido muy positivamente tu reflexión: es una reflexión que me he hecho miles de veces sobre el valor de la escala humano, lo importante de los impactos de lo pequeño, la fuerza de los tejidos,…
La reflexión me ha surgido muchas veces en las queridas ciudades latinoamericanas que tantas veces sustituyen sus mercados (bulliciosos, alegres, vitales y llenos de personas que viven y trabajan) por los centros comerciales (asépticos, frios y generadores de pocos empleos de baja calidad), en lugar de apostar por la modernización y mejora de esos mercados de los que viven muchas personas.
Felicidades por la reflexión: había escrito algo similar hace tiempo, pero aquí en este post hay mas lucidez y visión.
Un saludo,

Pau

Responder
Julen 12/07/2010 - 08:08

@Gari esa idea de Internet como red distribuida es una referencia fundamental… que me temo encuentra obstáculos a cada minuto. Seguiremos insistiendo.

@Sergi en la consultoría pasa lo mismo, las cadenas de subcontratación siguen extendiéndose aguas abajo y al final hay gente que no sabe muy bien para qué hace las cosas. Es un mal más extendido de lo que pensamos. Trabajo sin sentido final, esa es la realidad.

@Pau el modelo de centro comercial es una de las grandes losas con las que tenemos que convivir, toda una declaración de intenciones de lo que se entiende por «vida moderna». En fin, ánimo 😉

Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.