La fecha

by Julen

Seis cifras. Eran por lo que todo texto comenzaba. Bien podían ser 05-10-1971. Un poco más de cincuenta años atrás. Era lo que se nos pedía. Nos decían que había que hacerlo con buena letra. Páginas y páginas de los cuadernos que demostraban que la fecha suponía siempre el comienzo. Fuera un dictado o la imaginación de lo que aquellas mentes infantiles fuéramos capaces de producir.

Lápiz que luego fue bolígrafo. Lápiz porque, había que admitirlo, el error formaba parte del juego. Se admitía la equivocación. Lápiz que iba menguando a medida que más y más veces es escribía la fecha. A veces al comienzo, arriba de la página a la derecha. Otras, en cambio, a la izquierda. ¿Algún signo oculto en aquel capricho? Creo, no obstante, que predominaba la derecha.

Los textos eran una simple proyección de nuestra personalidad. Daba igual la temática. Aquellas letras inseguras se desperdigaban por el papel para hablar de quienes éramos. Mezcla de realidad y ficción, se abrían paso hacia la posteridad. Quedaban encerrados en unos cuadernos que hacían historia y que incluían, amenazante, el color rojo de quien dictaba sentencia: un estridente bolígrafo rojo se abría paso aquí y allá. Y una nota.

Los cuadernos, para mí, son, sobre todo, primero, segundo y tercero de EGB. Son tres aulas de mis escuelas. Son rostros en general amables de unos docentes que, en aquella época, se sabían con el poder de dejar huella. Para lo bueno y para lo no tan bueno. Los cuadernos son las ventanas de la escuela, con las sillas y mesas alineadas, con los percheros al fondo. Siguen siéndolo. En mi memoria.

Artículos relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.