Guyarzo

by Julen

De todos las piezas que mi abuelo usaba bien como campas para pasto de las vacas o bien para cultivo, la que quedaba más alejada era la de Guyarzo. De niño me parecía que quedaba no ya lejos, sino que ir hasta allí era toda una expedición. Por supuesto, si le acompañaba a mi abuelo hasta Guyarzo, con nosotros se venía la burra. Y yo, claro, encima de ella.

Al lado de aquella pieza había una casa. Hoy nada ha aguantado el paso del tiempo. La autopista que va hacia Cantabria, la AP-8, se encargó de sepultarlo a lomos del supuesto progreso. Pasó lo mismo con otra pieza en la que mi abuelo plantaba siempre maíz. Desaparecieron de la faz de la tierra. Guyarzo –siempre me pareció un nombre con cierto aire onírico, no sé por qué– se diluye en mi recuerdo por más que intento atrapar el lugar.

Sé que la entrada a la pieza quedaba a la izquierda según se llegaba, tras un pequeño repecho, y que el terreno era más o menos un cuadrado. Me queda la idea de que allí plantaba nabos, pero no estoy seguro. Lo que sí sé es que los viajes siempre eran con la burra. O sea, que algo traíamos de vuelta dentro de las cestañas. Podía ser hierba segada o podían ser, creo, nabos.

Guyarzo fue también el lugar en el que apareció un día un periodista y fotografíó a mi abuelo con la burra. Él nos lo contó sin entender muy bien a qué venía todo aquello. El caso es que al de unos días, efectivamente, mi abuelo y su burra aparecieron en El Correo, el principal periódico de por aquí. Fue un momento de fama efímera. La «noticia» para la que sirvió la foto hacía alusión al descenso en el número de burros en Bizkaia. Así como os lo cuento.

Artículos relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.