El Callejo

by Julen

Teníamos (tenemos) varios terrenos en torno al lugar en que vivíamos. Pequeñas piezas —era así como las llamábamos— destinadas bien a campa o a determinados cultivos. La hierba de las campas servía, sobre todo, para las vacas, que ocupaban, sin duda alguna, el primer lugar en el orden de relevancia de nuestros animales domésticos. Las otras piezas eran tierra para cultivar.

El Callejo era una de aquellas piezas para cultivar. Aunque creo recordar que llegué a ver plantada alguna otra hortaliza, El Callejo era, por excelencia, la pieza de las boronas. Porque en casa no sé si llegué alguna vez a oír hablar de maíz. Nosotros teníamos boronas, no maíz. Y cuando acompañaba a mi abuelo hasta allí, para mí era una verdadera excursión.

Hoy esta pieza no existe. Se la tragó la autopista que lleva a Cantabria. Al lado quedaba la estación de Iberdrola, por aquel entonces Iberduero. La pieza quedaba al otro lado de Urioste. Teníamos que cruzar la carretera que iba a Portugalete por un lugar que hoy tampoco existe. Luego se bajaba por una campa y se cruzaba la antigua vía del tren de Galdames.

La excursión incluía siempre ir con la burra y al perro. Lo mejor era que, siendo niño, me asignaban billete preferente y me sentaban sobre la burra, a ver el mundo desde allá arriba. Quizá por esta visión aérea tengo tan vivo el recuerdo de aquellos viajes hasta El Callejo. Si además, el viaje era en época de recoger las boronas, el viaje de vuelta era aún mejor.

Imagen de Ralph en Pixabay.

Artículos relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.