Balance de 2022 y perspectiva para 2023

Vamos pasando páginas del calendario. Tengo ya 58 años y sí, desde hace un tiempo, lo reconozco, estoy pensando en la forma en que pasar etapa y dejar de trabajar en la forma en que lo he hecho hasta ahora. Llámalo jubilación, sí. Ya sabemos que las condiciones para acceder a ella van empeorando y que se nos exigen más años de trabajo en activo en esta sociedad del supuesto primer mundo en que vivimos. Los números de quienes nos gobiernan dicen que a día de hoy la edad de jubilación en 2023 será de 66 años y 4 meses cuando se disponga de menos de 37 años y 9 meses de cotización. Y se irá alargando, me temo. Ya veis en qué han comenzado a irse mis pensamientos.

¿Me gusta el trabajo que hago? Sí. Pero hay otros asuntos que compiten contra esa dedicación a lo profesional. Es cuestión de ciclo vital, es evidente. Empiezo a priorizar de otra manera. Lógico y normal cuando cada vez ves más asuntos relevantes en tu vida que no son, precisamente, trabajar. La productividad, esa sacrosanta vara de medir, pierde relevancia. Quiero pasar tiempo con la familia, quiero pedalear por rutas que no hacen sino atraer cada vez más mi atención, quiero cuidar mi forma física, quiero leer. Quiero ser improductivo. ¿Quiero trabajar? La respuesta es sí, pero no de la forma en la que lo llevo haciendo hasta ahora. Es mi nuevo trabajo: trabajar de otra manera.

Comencé a trabajar con mi propio proyecto allá por 2003. Pasados veinte años, el caso es que el modelo básicamente no ha cambiado. Sí, me estanqué. No ha habido cambios. Desde aquel curso académico 2003/2004 colaboro con Mondragon Unibertsitatea. Desde aquel verano de 2003 comencé Consultoría Artesana en Red. Y este binomio: docencia e investigación por un lado y consultoría por el otro se ha mantenido estable. Quizá con dos momentos diferentes: los años en que David Sánchez Bote trabajó conmigo bajo el mismo paraguas de Consultoría Artesana en Red, y los años en los que me dediqué al doctorado, una época (2015-2018) que modificó sustancialmente mis rutinas.

¿Cómo ha sido 2022? Muy parecido a 2021 y a 2020 y a 2019. Con ligeras fluctuaciones en la facturación, pero son años muy similares. Este lo cierro con 100.000 euros de facturación (99.560 para ser más exactos). De esta facturación el 38,2% procede de actividades relacionadas con la docencia y el resto de consultoría. Debo decir que en actividades docentes se incluye la actual colaboración no solo a Enpresagintza, la Facultad de Empresariales de Mondragon Unibertsitatea, sino también a HUHEZI, la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación a cuenta del Máster en Cooperativismo y Gestión Socioempresarial (MKoop). Además, realizo algunas otras pequeñas colaboraciones docentes, como una actual con la EOI. Siempre he considerado que mi ideal es 30% en docencia y 70% en consultoría. Sin embargo, en mi descargo decir que la dosis extra que he añadido desde hace ya tres años debido a la colaboración con HUHEZI la hago realmente a gusto.

Repasando clientes, este año 2023 solo he facturado a 15 clientes distintos y ahí Enpresagintza se lleva nada más y nada menos que casi el 30% de la facturación. Es decir, que es evidente que este vínculo que hemos tejido a lo largo de los últimos veinte años se traduce en un sustento importante de mis ingresos. Además, con otros tres clientes más sumo otro 53% de la facturación. Por un lado está Soraluce, una cooperativa con la que voy a entrar en mi cuarto año de colaboración y con la que en la actualidad estoy trabajando en un proyecto relacionado con la gestión del conocimiento que me parece realmente interesante. Por otro, Euskalit, con quienes trabajo en diferentes líneas, sobre todo en asesoramiento al sector de las industrias creativas y culturales (un programa, por cierto, en el que no seguiré trabajando, ya que han cambiado las políticas de asignación del asesoramiento). Finalmente, en coherencia con lo que decía antes, HUHEZI es el tercer cliente con el que cierro mis principales fuentes de ingresos. En resumen, que cuatro clientes se llevan nada más y nada menos que el 83% de la facturación.

Este 2022 ha sido un año en el que, desde el punto de vista de contenido, hemos girado mucho alrededor de la digitalización y de la estrategia. Y creo que lo seguiremos haciendo. Comenzamos este año pasado con una reflexión estratégica para Emana en la que hubo que introducir, como un elemento importante, lo relativo a transformación digital, y comenzamos este 2023 con otra en la que seguro que este componente nos dará juego. Entre medias, por ejemplo, desarrollamos también una colaboración con Agintzari específicamente centrada en la estrategia digital.

El otro gran eje de trabajo tiene que ver con la productividad en entornos digitales de trabajo. O sea, a las actividades de formación y consultoría en torno a las 5S digitales. Este año hemos actualizado el sitio web que empleamos de referencia para estos proyectos. Bueno, en realidad está en permanente revisión, pero sí que es cierto que le hemos dedicado tiempo y esfuerzo para un nuevo lavado de cara. Espero que en 2023 demos todavía un paso más.

Por lo que respecta a mi colaboración con Enpresagintza, ahora mismo gira, sobre todo, en torno a cuatro grandes aspectos:

• La docencia en torno a la ética aplicada a la gestión datos masivos dentro del Grado de Business Data Analytics que impartimos en Bilbao AS Fabrik (llevo las clases de primero, segundo y tercero).
• La tutorización de TFMs (Trabajos Fin de Máster) en el Máster Universitario de Marketing Digital.
• La colaboración con LEINN a través de la mentorización de proyectos de alumnas y alumnos de segundo y tercero y la tutorización de PFGs (Proyectos Fin de Grado).
• La docencia en el MBA Executive de la materia de digitalización, así como la tutorización de TFMs.

Debo decir que me gustan especialmente las tutorizaciones de TFMs y PFGs. Creo que son un aspecto al que deberíamos prestar más dedicación en la universidad. Y, cómo no, mi pasión está hoy en día colocada alrededor de la ética en la gestión de datos masivos y en la inteligencia artificial. Me exige, por ejemplo, una manera diferente de aproximarme a la digitalización. Y lo agradezco, no tengo duda alguna.

No puedo escribir un post de balance sin mencionar mi colaboración con MKoop, el máster que en la actualidad se coordina desde HUHEZI. Ahí llevo un módulo de Marketing y Transformación Digital y tutorizo TFMs. Me parece que poder participar en este programa es un lujo junto a la gente de Lanki, el Instituto de Estudios Cooperativos de HUHEZI.

Si me voy a una valoración cualitativa del año, tengo la sensación de que sobre todo en el último cuatrimestre he metido demasiadas horas. En parte creo que ha tenido que ver con los propios proyectos en sí. He prestado servicios de asesoramiento para el sector de las industrias creativas y culturales en pequeños paquetes de diez horas a unos cuantos proyectos. Pues bien, tengo la sensación de me encariño demasiado con ellos. Por cierto, algo parecido me ha pasado con las tutorizaciones de los TFMs del MKoop. Sí, he sobrededicado tiempo, lo tengo muy claro. ¿Lo volveré a hacer? Ya veremos.

Tampoco puedo obviar que este año que acaba de terminar ha traído, a la par, alegrías y quebraderos de cabeza en cuanto a bici y a mi estado físico. He realizado tres fantásticas rutas: Maestrazgo y Bajo Ebro en Semana Santa, la costa de Luarca hasta Lisboa en verano y esta última ruta de la semana pasada por la Sierra del Montsec. Pero, dicho eso, mis problemas con las vértebras lumbares L4 y L5 me están dando problemas muy serios. He tenido dos episodios agudos que no se los deseo ni al peor de mis enemigos. Y, por primera vez, con una repercusión preocupante: una ciática me ha tenido en el dique seco durante demasiados días, para mi desgracia.

Respecto a este blog, he publicado 209 artículos. Hasta cierto punto, he relajado la frecuencia, aunque tengo claro que me gusta escribir y de ahí viene lo demás. Ahora mismo mantengo una colaboración con la revista Andar en Bici / Bizikletan. Publico allí un artículo en cada número, que sale con periodicidad bimensual y que podéis encontrar en los kioscos y lugares habituales de venta de prensa. Por cierto, también tenéis disponibles en formato ebook las rutas en bici de Semana Santa y verano, dentro de una colección que se va ya a trece publicaciones. Y sí, seguimos leyendo género negro. Este pasado año nos ha dado para publicar breves reseñas de 25 novelas.

Vamos con este año 2023. ¿Qué espero de él? Pues, para ser sincero, pocas novedades veo en el horizonte. Las horas dedicadas al sector de industrias creativas y culturales creo que desaparecerán. Ya veremos si las rellenamos con otras o si, sin más, las eliminamos de la agenda. Me gustaría que el número de horas que dedico al trabajo vaya descendiendo progresivamente. Así que por aquí va uno de los grandes retos: ¿cómo reorganizar la agenda? Tenemos trabajo, valga la redundancia. ¿Cómo meter más horas de calidad en la agenda y sacar de ella horas improductivas? Insisto, este es mi gran reto profesional.

En fin, ya veis que en realidad es más un post de balance de 2022 y no tanto de análisis y perspectiva para 2023. Me siento en una situación de —hasta cierto punto— extraña y paradójica (in)estabilidad. La salud, me temo, comienza a pasar a un primerísimo plano. La familia, más de lo mismo. ¿El trabajo? El trabajo se ve diferente en mi actual ciclo vital. Ya llegaréis. Ah, y lo más importante, soy aitite desde agosto de 2021 y eso lo está cambiando todo.

Quizá más adelante escriba algo más en detalla acerca de los planes de futuro. Es un bonito ejercicio.

Imagen destacada de Tim Reckmann vía CCNull.