Sí, tenemos un serio problema con la política

by Julen

Ya sabemos que hubo un momento en el que «los políticos» (es así como se refleja en la encuesta) pasaron a ser un problema en la percepción de la ciudadanía. Frente a otros aspectos que suelen forma parte más habitualmente de las preocupaciones de la gente de a pie, los políticos se han colado entre lo más destacado. Así que en esta supuesta democracia de repente parece que se ha abierto una vía de agua considerable: esas personas a las que elegimos cada cierto tiempo para que nos representen no son de fiar. Sí, pero las elegimos con nuestros votos. Vaya callejón sin salida.

Si quieres documentarte sobre este asunto, puedes acudir a Civio que publicó allá por marzo de 2018 un terrible informe para la salud democrática de cualquier país que se precie de serlo: 227 indultos a condenados por corrupción desde 1996 (son datos actualizados a diciembre de 2018). Aznar concedió 139 y Zapatero, 62. Rajoy sumó 16. La mayoría de ellos perdona a condenados por delitos de prevaricación y malversación. Es impresionante que sean capaces de hacerlo a plena luz del día, porque aunque desde luego que no lo van a airear, el dato es imposible de ocultar. Los políticos se perdonan a sí mismos las bajezas que cometen como supuestos servidores públicos.

El caso es que parece que las cosas no van a mejor: allá por marzo de 2019 ya habían concedido más indultos que en todo 2018. ¿Cómo es posible que la ciudadanía tenga confianza en sus representantes políticos con semejante panorama? Cada decisión de indultar a alguien que ha malversado o prevaricado es un disparo en la línea de flotación del sistema que nos gobierna. No hay disculpa posible. PP y PSOE, los partidos en el poder, los que aglutinan el voto de tanta gente, practican la infamia y pierden cualquier tipo de respeto.

Hasta ahora no quedaba muy claro qué era y qué no era corrupción. Pero las estadísticas se alimentan en la actualidad de datos irrefutables:

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que está empezando a publicar datos de condenas y procesos por corrupción, ha marcado esa línea y ha establecido qué es un delito de corrupción de cara a publicar esas estadísticas. Así, establece qué artículos del Código Penal entrarían en esa clasificación, según su criterio.

O sea, que no hay forma de engañar a través de la calificación de los hechos de una u otra manera. Pero es que luego, cuando te pones a mirar a quiénes se han concedido los indultos, emerge otro gran problema: los dos partidos por ejemplo se han encargado de blanquear mediante indultos el terrorismo de estado que se practicó a través de los GAL. Otro borrón en una larga lista que sumerge a quienes los aprobaron en un verdadero cenagal ético. ¿Cómo es posible, además, que los dos grandes partidos ahí se pongan de acuerdo y que indulten a los de la bancada opuesta? Sí, ya veis que son capaces de ponerse de acuerdo: yo indulto a los tuyos y tú a los míos.

En el artículo de Civio puedes realizar una búsqueda de quiénes han sido las personas indultadas hasta 2017, clasificadas por categorías: la prevaricación de los funcionarios públicos, el abandono de destino y de la omisión del deber de perseguir delitos, la infidelidad en la custodia de documentos, el cohecho, la malversación y finalmente los fraudes y exenciones legales. En estos seis apartados se enmarcan los indultos. Nada que no podamos consultar. Esta es la clase política que nos ha estado gobernando durante años y años. ¿La próxima estación? No me digas que no es para bajarse y abandonar, como sea, este tren con destino a la ignominia. Y si quieres más madera, echa un vistazo a los indultos más rápidos a este lado de los Pirineos.

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