Tenue, confuso, perdido en un lento caminar. El final se vuelve negro pero aún queda trecho. La niebla, el rocío. Tu ausencia. Es el único color que soy capaz de percibir. Gris, inmensamente gris. Ni sólido ni líquido, gas. Gas gris. No hay alternativa.
Así que levanto la mirada. Nada. El vacío. Gris. Recurrente, recursivo, envolvente. Un solo color. Plano o con algún ligero matiz. Pero gris. Callado y pensativo. Recogido sobre sí mismo, gris.
Se da la vuelta. Es reversible. Pero no hay sorpresa. Si acaso un ligero desenfoque. Un gris matizado. Un gris diluido entre otros muchos grises. Distintos pero no. Inmensos agujeros que nunca llegan a alcanzar el fondo. Porque el fondo sería el final.
Continúo. Otro paso más. Las manos delante para palpar. Porque no veo sino gris. Escucho gris, huelo gris. Paredes que se disuelven y te acarician. Una intensa sensación de que ya pasé por aquí. Este gris me suena.