Hace ya tiempo que vi Máscaras, una película que compartió conmigo Isabel Iglesias y cuyo director es Iago González. No podía cerrar este año sin citarla y hacer una valoración de lo que me ha transmitido. No me tengo por buen cinéfilo pero el sentido común me lleva a valorarla, no me cabe duda, como una obra diferente y entrañable. Y en mi descargo también tengo que decir que no la puedo ver con ojos neutrales porque el cariño me conduce a interpretaciones que quedan mucho más cerca del corazón que de la cabeza.
Y de ahí también esta reflexión: ¿por qué me ha costado tanto escribir este post? No lo sé. Quiero pensar que cuando uno tiene parte de la razón comprometida, el corazón juguetea travieso y te va poniendo alguna que otra traba. Pero aquí estamos, escribiendo por fin de esta película diferente.
Me viene a la cabeza Telémaco con aquel genial blog, La Maldición de Sísifo. Una constante recursividad en busca de un principio que condujera no a un final sino a otro principio. Máscaras empieza con un proyecto, se metamorfosea a sí misma para recrearse en una película y termina por ser algo más. Unas cuantas vidas en la pantalla, mezclando realidad y ficción, unas capacidades puestas sobre el papel y otras ocultas en sus cuevas.
Estoy leyendo ahora mismo La Fageda, el libro que sobre esta empresa ha escrito Dolors González. Se subtitula «Historia de una locura empresarial social y rentable». Ahí, en la página 11, puedes leer esto:
La Fageda ocupa al 100% de los discapacitados psíquicos y personas con transtornos mentales severos de la comarca de la Garrotxa en Girona. Otros 120 profesionales trabajan en la Fageda… profesionales que, como suele decir jocosamente Cristóbal [se refiere a uno de los impulsores del proyecto], «todavía no tenemos certificado de discapacidad, pero estamos en ello».
Máscaras es una película con actrices y actores que se re-interpretan a sí mismos. Entran en un bucle que les sumerge en una historia diferente. Creo que podríamos hablar, como dirían los franceses a partir de Serge Doubrovsky, de «autoficción«. Se entremezcla la ficción dentro de la realidad o al revés. Que cada cual ponga el acento donde quiera. El caso es que la película entra en la vida de quienes la protagonizan, se instala en su vidas y aún está por ver la forma en que la criatura evolucionará.
Creo que Máscaras es un experimento en lo cinematográfico y proporciona, además, un marco de reflexión para algo tan evidente como aveces oculto: las diferencias individuales, las capacidades que existen y las que se esconden, la pasión y el juego. En la película el guión juega con la idea de hacer un corto y este corto es el germen de la película. El fin es el medio y el medio se convierte en el fin. La película es una realidad. Salta de la ficción a la autoficción.
Puedes encontrar más información sobre este proyecto en estos sitios web:
- Sitio web «oficial» del proyecto: http://www.proxectomascaras.com
- Wiki del proyecto: http://proxectomascaras.enpalabras.com/doku.php
- Blog del proyecto http://calcetins.blogspot.com.es
- Trailer del corto «Calcetines»: http://www.proxectomascaras.com/trailer-calcetines
La película puedes verla en Filmin y ésta es también una buena ocasión para reflexionar sobre su distribución. Más allá de las salas comerciales, puedes acceder a ella a través de esta plataforma online. ¿Cómo? ¿Y si alguien te la regalara? ¿No crees que pudiera ser un buen regalo? Más adelante, en otro post, hablaremos de esto. De momento, ahora mismo sólo quería compartir mis sensaciones tras ver la película. Que la disfrutes.
14 comentarios
No me sale de la cabeza lo de la «constante recursividad». En nombre de todo el equipo, ¡muchas gracias!
Seguimos haciendo los deberes 😉 Abrazos!
[…] la película añade un concepto que no habíamos identificado: la recursividad. Compartimos aquí su post sobre Máscaras pero recomendando la lectura de la reflexión titulada “Discapacidad” que había […]
[…] Las miradas externas van completando las piezas del puzzle. El pronóstico de Manuel Calvillo sobre los efectos a largo plazo de Máscaras como caballo de Troya tiene mucho que ver el de recursividad que decía Julen. […]
[…] Las miradas externas van completando las piezas del puzzle. El pronóstico de Manuel Calvillo sobre los efectos a largo plazo de Máscaras como caballo de Troya tiene mucho que ver el de recursividad que decía Julen. […]
[…] conocí el proyecto a través de Julen Iturbe, quien, a su vez lo conoció de Isabel Iglesias, la productora, quien nos conduce finalmente hasta […]
[…] conocí el proyecto a través de Julen Iturbe, quien, a su vez lo conoció de Isabel Iglesias, la productora, quien nos conduce finalmente hasta […]
[…] recursividad del proyecto que decía Julen, y que fue un problema durante su desarrollo, puede ser ahora el leit motiv de la asociación: […]
[…] recursividad del proyecto que decía Julen, y que fue un problema durante su desarrollo, puede ser ahora el leit motiv de la asociación: […]
[…] recursividad del proyecto que decía Julen, y que fue un problema durante su desarrollo, puede ser ahora el leit motiv de la asociación: […]
[…] recursividad del proyecto que decía Julen, y que fue un problema durante su desarrollo, puede ser ahora el leit motiv de la asociación: […]
[…] hablando de Máscaras, una película de la que hablé aquí hace un tiempo. Y me gustaría contribuir a su difusión. Así que, de acuerdo con Iago González e Isabel […]
[…] hablando de Máscaras, una película de la que hablé aquí hace un tiempo. Y me gustaría contribuir a su difusión. Así que, de acuerdo con Iago González e Isabel […]
[…] Las miradas externas van completando las piezas del puzzle. El pronóstico de Manuel Calvillo sobre los efectos a largo plazo de Máscaras como caballo de Troya tiene mucho que ver el de recursividad que decía Julen estos días. […]
[…] la película añade un concepto que no habíamos identificado: la recursividad. Compartimos aquí su post sobre Máscaras pero recomendando la lectura de la reflexión titulada “Discapacidad” que había […]