Al pasar por El Barco de Ávila parecería que el Tormes se detiene. Y al hacerlo ofrece un espejo perfecto para que el castillo baje hasta sus aguas. Pero también lo hacen los árboles, las nubes o cualquier otro elemento que la mirada acierte a fijar. Así quedan a elegir dos versiones: la real y la que el río proporciona.
Eso sí, hay lugares y lugares donde captar el reflejo. El puente románico que cruza hasta la Ermita del Santo Cristo del Caño parece una de las mejores posibilidades. Mientras avanzas juegas con el momento en que captar el reflejo. Diferente a cada paso, permanece sin embargo sumiso para que cualquier viajero cámara en mano capte el instante.
3 comentarios
Muy lindo lugar, inspira tranquilidad, como las aguas de ese lago. Un verdadero espejo.
Muy buena foto. Saludos Santiagueños.
Gracias, Jorge. Un lugar bien tranquilo y el agua tan quieta pedía una foto, desde luego.
[…] las que ya he rodado y que repetiría en esta ruta (Alto Tajo, parte de la Sierra de Guadarrama, El Barco de Ávila o el entorno de la Peña de Francia) pero pinta bonita: bici de montaña en estado puro con algún […]