Serie: Ángela. Entrega: 10.
Lo leyó, lo releyó. Dejó que pasaran unos instantes. Arrugó la hoja y tras unos momentos de vacilación la tiró a la papelera. En la zona valle de la ciclotimia no hay principio ni final. Solo hay valle. Las montañas son los barrotes de la cárcel.
Doce líneas para tratar de capturar el momento pero que acabaron ocultas en la maleza del olvido. Solo un incomprensible ejercicio de memoria accidental consiguió que Ángela fuera capaz de acordarse de todas y cada una de aquellas líneas.
Afuera todo explota y se envilece mientras
dentro una esquina implosiona y se retuerce
en un remolino que gira sobre otro remolino.
Complicado encontrar un lugar en que echar el ancla
porque la cinta me obliga a correr para no moverme
del sitio en el que ya no quiero permanecer.
Así que no me queda sino continuar acelerada
para que el horizonte quede inmóvil
en una fotografía recursiva y enfermiza.
El mismo sitio repetido en una película
cuyo final quedo escrito al comienzo,
cuando él dijo: This is the end.