Ángela – La carta – Carol – Las lágrimas se lanzaron mejilla abajo – Pantalla transparente
Parecía que, hiciera lo que hiciera, siempre iba a quedar expuesta a la crítica. Fuera Carol, Kepa o cualquiera de los de clase. No había manera de salirse del redil. Por eso lo de pantalla transparente. Ya no era pantalla, no era nada diferente de la realidad. Pero una realidad que explotaba en ondas concéntricas, como cuando una piedra caía en el agua. Y no había forma de detener las ondas. Cada vez de diámetro mayor, recorrían todos los rincones adyacentes de su existencia. Por eso lo tituló Pantalla transparente.
Pantalla transparente, 25/05/2012
Escrito por ÁngelaHace un rato le he visto de nuevo. He cruzado la mirada con él. Un policía. Atrincherado en sus defensas. Pero con la mirada perdida. Incapaz de reencontrarse consigo mismo a no ser que sus colegas gritaran algo a su lado. Entonces, como activado por el típico chasquido de dedos para salir de la hipnosis, el tipo ha vuelto a su ser. Y su ser es, sin más, ha sido el de ser policía.
Estaba en casa mientras fuera un par de horas atrás la algarabía se retorcía en espiral. Pelotazos de goma, explosiones variadas, carreras, golpes. Y gritos. Sobre todo, gritos. Las más de las veces insultos, por supuesto. Porque allí todos parecían perder la razón. Aunque de una parte hubiera argumentos, la violencia atraía el sinsentido. Por eso no me gusta. No me gusta. No voy a volver.
Y luego está la carta. Las pruebas. Iré, casi seguro. Con todas mis contradicciones. Pero no tengo alternativa. Necesito ese dinero; así que no le daré más vueltas. Una humillación más que no dejará peores cicatrices que las que ya conozco. Así que solo queda esperar que haya suerte y, por lo menos, en una siguiente ocasión, poder negociar con algo más de crédito cuando llame a la puerta el enemigo. Sí, claro, me refiero al trabajo. El enemigo.
Estoy cansada. Pero queda toda la tarde aún. Luego he quedado con Kepa. Creo que también este asunto se va a complicar. No le entiendo tampoco a él. Ya le dije que no yo no quería marchar fuera. Por mucho que me venda que podemos conseguir otra beca. «Podemos». Como si fuéramos un equipo. En fin, a ver si de una vez lo dejamos claro.