Página 132

by Julen

Abierto, el libro dejaba clara la intención. La página 132. Un lugar donde el tiempo quedaba atrapado entre líneas. Ni una más ni una menos; esa era la página en que había terminado todo. Sin ser el final previsto, todo, sin embargo, se organizaba dentro de una fría lógica.

Los últimos tiempos precipitaron el desenlace. Le costaba respirar mientras su sangre se  iba estancando en un sinfín de recovecos de aquel cuerpo maltrecho. La página 132 no era sino una de las posibilidades. Sin la certeza de que hubiera sido el mejor de los finales, resultó ser a la postre lo que separó su vida de la muerte. Un página en un libro, quieto sobre una mesa añorante.

Aquel libro ocupaba inmenso el espacio. Imantaba la mirada y alumbraba una escena simple. Tampoco había mucho que interpretar. Había ocupado durante tanto tiempo su lugar habitual. Ahora delataba el final. No se escondía de su último suspiro. Prendado de los dedos que deslizaban páginas, el libro se detuvo. Miró a aquel hombre tranquilo. Y lo mató.

El sepelio tuvo que ser íntimo. Oculto en el fragor de las historias inventadas para la ocasión. El ataud se deslizó hacia el horno y la combustión lo resumió todo. Un humo algo más blanco de lo habitual, pero nada más. La página 132, allí acabó todo, enterrado bajo toneladas de ansiedad.

———

La imagen en Flickr es de Racchio.

Artículos relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.