Más y más

Reflexiones propias de la época navideña, análisis interno y, conciencia revuelta,

( propio de un consultor)

Resultante de la sociedad de consumo que tanto pregonaron en su día los canta-autores y sin darnos cuenta ya llevamos mas de cuarenta años con ella.

Por suerte la mente humana tiene la capacidad de olvidar con suma rapidez.

Dices que no quieres regalos, ( físicos o tangibles, imagino), a mi personalmente me gustan los regalos de valores, como amistad, cariño, complicidad, etc. Espero que esta breve reflexión, sea pasajera, saques las conclusiones justas, y que las actitudes modelen el futuro.

Un abrazo, y hasta pronto.

Y sin embargo algunos necesitamos todavia del calor de lo material. De los libros apilados junto al ordenador esperando un rato de lectura que llega en tiempos cortos y por rafagas. Como si todavia tuvieramos frio y nos dieran calor. Como sin nos faltara y completarán.

Un buen horizonte para el futuro. Yo comenzaré 2010 arrullandome al calor de la abundancia desordenada. Cuando no me hagan falta, os lo contaré y será buena señal.

Abrazos

Ya sabes lo q pienso: las cosas que tienes no son tuyas, son de todos- todo lo que no recuerdes al cerrar los ojos, déjalo correr- hay cosas que nunca más las has utilizado, déjalas correr- hay cosas que ya no usas, déjalas correr- hay cosas que pasaron de etapa contigo, déjalas correr- hay cosas que sirven para lo mismo, déjalas correr- hay cosas que las necesitas pero alguien te las pide, déjalas correr–
Y quédate con aquello que pueda ser un regalo para una visita o un detalle para un amigo-con aquello que hoy es tu vida y lo fundamental de lo que fue- y con una sola cosa de lo que realmente necesites-
Tira lo viejo, recicla lo que puedas, repara lo necesario y haz todos los huecos posibles y si ya eres capaz de ver las cajas en las que se convertiría todo lo que tienes e incluso a quien se lo regalarías si todo se redujese a una maleta… ya vas aligerando peso.
Y después besa lo que se va y lo que se queda en las cosas y las personas que había en ellas y abraza el hueco que has hecho para volver a empezar. Mima cada rincón, cada espacio donde vuelvas a ordernarlo todo. Y deja que la luz entre, limpia a fondo, abre las ventanas, pon flores o plantas y si puedes, haz un pastel.
Y decide aún más abrir la casa, desprenderte de manías, acoger lo inoportuno, disciplinar tus necesidades y valorarlas, disfrutar de lo pequeño, seguir regalando tiempo y dinero todo el que puedas. Pasa esta experiencia a la vida, una y otra vez, donde menos es más y ya TE habrás ido aligerando hasta que toque vaciarse de nuevo .

Miro a mi alrededor ahora mismo y sí, hay muchas cosas. Vale, tal vez demasiadas. Pero el 90% están ahí desde hace… los 10 años que comenzamos a ser familia en esta casa.
Luego hay un resto que va y que viene. De vez en cuando, parte del paisaje de fondo se cae de él o algo se agrega. Pero es poco.
Mira… aunque sean demasiadas cosas para lo que realmente necesito, reconozco que a mí también me gusta sentirme rodeado de ellas: son mi escenario cotidiano, parte de mi sensación de «hogar». Junto a los olores, las marcas en las paredes y las fotografías… el sitio que hemos ido haciendo entre los cuatro.
A mí, mantener muchos años ese amplísimo paisaje de fondo… me parece que es ser austero.