Una tupida red de verdes entrelazados en la profundidad, capaz de viajar al pretérito. Siempre fue así, defendiendo un espacio vital ladera arriba, ladera abajo. Hermanada con los alisios, decidió quedarse a vivir con ellos por los tiempos de los tiempos.
Humedad, verde rabioso, musgo y niebla. Colgada de la lluvia horizontal, su vida quedó anclada en los entresijos del bosque. Rodeada de bruma, se enreda en una compleja lujuria de ramas que crece en todas direcciones. Es una imagen de cuento de hadas, de misterio y vida intensa.
Arriba los pinares, entre ceniza volcánica.
Abajo las tabaibas y cardones, tostados al sol.
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La foto es de rattopennugu en Flickr.
3 comentarios
Qué, ¿dando envidia otra vez por las islas?
A pasarlo bien.
prerrafaelita, simbolista, art déco, pre-vanguardista… a este paso tenemos poeta, que no es broma
@Fernando, aunque en esta ocasión ha sido cosa de trabajo, ciertamente hemos vuelto a disfrutar allá en el paraíso.
@arl, no es más que un simple divertimento.