Litio, de Imanol Caneyada #NovelaNegra 79

Volvemos a las rutinas. Los martes –no todos, pero se intenta– traemos aquí la reseña de una novela del género negro que hayamos leído recientemente. Una fuente de inspiración para mis lecturas lo constituye la Tertulia Noir. Se trata de un grupo de personas apasionadas del género que se reúnen con cierta frecuencia aquí en Bilbao para conversar. Más o menos lo hacen una vez al mes y de un encuentro al siguiente alguien propone la lectura de una novela que se convertirá en objeto de análisis. Pues bien, Litio, de Imanol Caneyada, llega con este sello: es la última lectura de la Tertulia Noir.

Este brutal thriller expone la triste realidad que subyace a la explotación del litio en México, donde la riqueza de la tierra puede convertirse en una maldición para aquellos que la poseen.

De sobra es conocida la maldición de aquellos países que poseen riqueza mineral. Muchos de ellos pasan a convertirse en objeto de mercado para las grandes multinacionales mineras. El primer mundo asalta las tierras de zonas menos desarrolladas para extraer de ellas la materia prima con la que alimentar su progreso.

Este el punto de partida para esta novela. Vaya por delante: me ha encantado. Se lee muy fácil. Contrapone dos realidades: la de quienes forman parte de la multinacional y la de quienes forman parte de la tierra que es objeto de deseo. El telón de fondo lo proporciona México, ese país del que Don Winslow dijo que su mayor valor eran los más de 3.000 kilómetros de frontera con Estados Unidos.

La historia en la que nos sumerge el autor –nacido en Donostia, pero afincado desde hace muchos años en México– nos enfrenta a la falta de escrúpulos del invasor. No llega con un ejército al uso, sino con otras armas (incluidas, sin embargo, las de toda la vida) para «convencer» a los nativos de que deben vender sus tierras. Y ahí la población local se divide, pero con una mayoría de quienes aceptan el dinero y el supuesto progreso que, en este caso, traerá una inmensa mina de litio. Ahí, en el subsuelo están los muertos y está el futuro. Es una novela sobre la violencia minera.

Insisto en que la novela me ha encantado. La trama, poliédrica, se centra, no obstante, en torno a una propietaria atípica que cambió reses por flores en su rancho a la muerte de su padre. El final, claro está, es trágico.

Os dejo acceso a una entrevista que le hicieron en torno a la novela:

Imagen de Enrique en Pixabay.