Ya comenté hace un par de semanas, cuando reseñé la primera de las novelas que Élmer Mendoza ha escrito con el Zurdo Mendieta de protagonista, que no sería la única de esta saga que iba a leer. Pues bien, vamos con la segunda de las seis que ha publicado hasta la fecha. En esta ocasión hablamos de La prueba del ácido, escrita allá por el año 2010. Pues bien, al margen de la trama en sí, es evidente que la novela sirve para ir atando cabos y entender el universo que ha creado el escritor alrededor del policía de la Ministerial, que emerge en realidad como hilo conductor de un país que, como se parezca un poco a lo que se narra, es para hacérselo pensar, la verdad.
No insistas en encontrar «buenos y malos». No hay línea de división por mucho que puedas encariñarte con el protagonista. La trama arranca con el asesinato de una chica que trabaja en un burdel con la que el Zurdo Mendieta ha tenido relación. Pero esto es solo el comienzo del mundo sórdido por el que transcurre toda la novela. Porque Mendoza va tirando de diversos hilos para descuartizar cualquier atisbo de paz y sosiego.
La ficción es mezcla de realidad y delirio. Por ahí aparece el señor B, padre del presidente de los Estados Unidos. Pero muy cerca andan, por supuesto, los narcos y el FBI. Y no siempre es fácil distinguir cuándo estamos ante los unos o ante los otros. En la novela emerge potente la figura de Samantha Valdés, que sucede a su padre como capiza del narco y alguien que desarrolla una curiosa relación con el Zurdo Mendieta. Insisto, no te dejes llevar por las apariencias. Buenos y malos comparten escena y juegan a intercambiar papeles.
Como decía, la segunda novela, en la medida en que continúa de alguna forma la anterior, es útil para dibujar, por ejemplo, el universo que rodea al protagonista del lado de la policía. Ahí aparecen el comandante Omar Briseño, el Camello, el Terminator, el siniestro Gori, Angelita o la compañera de fatigas Gris Toledo. Cada cual va componiendo un personaje con su propio carácter. Ya contaremos con más detalle a medida que sigamos con la saga y leamos los siguientes libros. Recuerda, nos quedan otros cuatro por delante: Nombre de perro, Besar al detective, Asesinato en el Parque Sinaloa y la publicada este año pasado Ella entró por la ventana del baño.
El narco en guerra permanente con el estado. México, un país con unas cifras macabras de asesinatos. Élmer Mendoza supongo que tiene material a diario para ni siquiera dejar mucho a la imaginación. Menos mal que, por fin, el Zurdo Mendieta resolverá el caso… si es que la palabra «resolver» se puede aplicar.
Por último, definitivamente continúa el delirio del autor con un idioma que parecería ser otro. El registro que emplea contribuye, no hay duda, a que pases la puerta y te sumerjas en otro mundo.