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La negatividad necesaria: mis apellidos me delatan – Consultoría artesana en red

La negatividad necesaria: mis apellidos me delatan

by Julen

Dice Byung-Chul Han que a lo mejor andamos sometidos en la actualidad a un exceso de positividad. Lo escribí en su día en un artículo de este blog. En general, tiene que ver con esas constantes ráfagas mediáticas que inundan la escena en forma de claim de todo a cien: tú puedes, si lo persigues con suficiente fuerza lo conseguirás, lo que importa es la actitud, no hay que tener miedo al fracaso… Creo que es difícil escapar de esta telaraña. En parte porque la necesitamos. Necesitamos una actitud mental positiva; si no, el mundo se hace demasiado cuesta arriba. Sin embargo, el señor Han en La sociedad del cansancio nos avisa:

La violencia de la positividad no es privativa, sino saturativa; no es exclusiva, sino exhaustiva. Por ello, es inaccesible a una percepción inmediata. […] Tanto la depresión como el TDAH o el SDO indican un exceso de positividad. Este último significa el colapso del yo que se funde por un sobrecalentamiento que tiene su origen en la sobreabundancia de lo idéntico. El hiper de la hiperactividad no es ninguna categoría inmunológica. Representa sencillamente una masificación de la positividad.

Siempre he pensado que necesitamos negatividad. No tiene sentido perder nuestra capacidad de ver las cosas mal. Todo lo que hacemos implica que nuestra particular balanza suma aspectos positivos y negativos. Sí, lo que prevemos se puede torcer, ¿quién nos dice que no aparezcan variables extrañas que no controlamos y que echen a perder nuestras buenas intenciones? Murphy es, por supuesto, una buena compañía en determinadas ocasiones: Si algo malo puede pasar, pasará. Así que la idea de «plan de contingencia» siempre me ha parecido útil: ¿qué puede salir mal? Bien, pues entonces vamos a dibujar alternativas o bien para minimizar esa posibilidad o bien para que, si sucede, tengamos un plan B.

En mi familia, estas dos maneras de estar en el mundo van con nuestros apellidos. Por un lado, la de disfrutar, la de la positividad congénita, la de carpe diem, la de fúndelo hasta que no quede nada es la que va con el apellido Iturbe-Ormaetxe. Mi padre y sus hermanos mantenían una actitud vital —sé que estoy generalizando un poco, pero creo que la esencia era esa— de por aquí pasamos solo una vez y no hay que desperdiciar la oportunidad. El exceso de positividad de Byung-Chul Han se tradujo en un tren de vida que sobrepasaba en varios largos al estándar. Excepto uno de los hermanos, todos murieron jóvenes. Y sí, el epitafio podría haber sido: Que me quiten lo bailao.

Mi segundo apellido, Zamarripa, coloca una marca de comportamiento muy diferente. El ahorro, el trabajo, el esfuerzo, la prudencia: todo esto son sus señas de identidad. Nosotros en la familia usamos con frecuencia la expresión: «te ha salido el lado Iturbe» (por acortar el apellido) o «eso es muy Zamarripa». En general, Zamarripa es la parte más ceniza, la que se queja y no ve muchas veces el evidente lado positivo que trae consigo la realidad.

Creo que ya estáis entendiendo que no se trata de asumir modelos puros. Si Zamarripa es negatividad e Iturbe-Ormaetxe es positividad, la lógica nos dice que por ahí anda un justo medio con el que conviene tratar. Este justo medio es lábil, no permanece siempre en el mismo lugar. A veces conviene elevar la carga de prudencia y a veces debe primar el lado feliz y despreocupado de las cosas. Por supuesto, la negatividad vende mucho menos que la positividad y este es el fondo de lo que quiero explicar en este artículo.

Necesito mi lado Zamarripa, no vaya a ser que al venderme tanta positividad de repente me vea incapaz de hacer crítica. Porque de esto va realmente la cuestión: la negatividad ese gran recurso que nos ayuda a hacer crítica. Más importante todavía, nos regala la capacidad de hacer autocrítica. Por eso necesitamos un lado cenizo en nuestras vidas.

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2 comentarios

José Carlos Hernández 25/02/2022 - 08:02

Me parece oportuno el artículo. El control de riesgos poniéndonos en situaciones negativas supone aceptar la negatividad como un proceso de creación para buscar siempre situaciones de bienestar.

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09 Mont Caro #BajoEbroMTB – Consultoría artesana en red 18/04/2022 - 17:26

[…] Pero no anticipemos ni nos pongamos cenizos, no hay por qué sacar a pasear con tanto descaro mi lado Zamarripa. Además, al mal tiempo, buena […]

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