Noche, de Bernard Minier #NovelaNegra 05

by Julen

Pues fue cogerlo el sábado a mediodía y terminar de leer sus casi 500 páginas el domingo. Tengo que hacerme mirar esta forma de leer lo que va cayendo en mis manos de género negro. Claro que esta vez el comienzo del libro tuvo su aquel porque sitúa la escena en el tren de Oslo a Bergen, algo que está en mis planes de cicloturismo. Bueno, mi plan no incluye el trayecto completo, uno de los más populares por su belleza allá en tierras nórdicas, sino cierta parte de esa línea. Finse es la estación de referencia en mis planes y ha sido casualidad que Bernard Minier haya colocado ahí el comienzo de su novela.

Noche es la cuarta entrega de la serie que protagoniza Martin Servaz, miembro de la Policía Judicial de Toulouse. Está traducida por Juan Antonio Molina Foix y publicada por Ediciones Salamandra. A fecha de hoy el hombe ya ha publicado dos más para una serie de seis. Creo que las dos últimas aún no están traducidas a español. Por orden cronológico, las ya publicadas y traducidas son: Bajo el hielo (2011), El círculo (2013) y No apagues la luz (2015), además, claro está de la que aquí reseñamos. Las dos más recientes son Sœurs y La Vallée.

Debo decir que ha sido lo primero que leo de este autor francés. Si en el post anterior de reseñas de novela negra decíamos que las 400 primeras páginas de Seis Cuatro, de Hideo Yokokama, servían de preludio para ubicarte en la trama, aquí Bernard Minier no se anda por las ramas: vas a encontrar un ritmo trepidante casi desde el principio. Desde el Mar del Norte y Bergen en Noruega hasta las estribaciones de los Pirineos cerca de Toulouse, la novela va moviéndose por las oscuridades de mentes asesinas y perturbadas, página sí y página también.

En cierto modo me ha resultado una novela negra muy nórdica por lo oscuro y retorcido del personaje de Julian Hirtmann, el típico ciudadano encantador que te pone los pelos de punta. Se ve que el personaje da juego, porque ya había aparecido antes en la segunda novela de la serie y me da que Servaz le sacará partido más adelanta. El guion va entremezclando hilos en torno al asunto central, la particular relación de nuestro protagonista de la Policía Judicial de Toulouse con este asesino en serie. Los nórdicos, tan proclives en su mayoría a escarvar en lo más retorcido del alma humana, se sentirán a gusto con la historia que narra Minier. Será por la conexión con la policía noruega que le acompaña durante muchas páginas o porque el autor, sin más, escribió buena parte de la novela en Bergen.

El desenlace se me hace quizá demasiado retorcido, pero desde luego que deja la puerta abierta para continuar con una próxima novela de la serie. Parece que no hay forma de que al pobre Martin Servaz se le cierre el caso. Queda la puerta abierta al desasosiego para que Minier tire de la escena final y nos encontremos en el futuro con esta bella persona, el encantador Julian Hirtmann.

Para quienes tenemos cierto gusto por la capital del Alto Garona, siempre traen recuerdos agradables las menciones a sus boulevares, calles y el omnipresente Marché Victor Hugo. Imposible también evitar las menciones a las terrazas de la Place du Capitole. Pero al margen de estos detalles amables, la novela bucea en el lado oscuro de las relaciones entre seres humanos.

En fin, una nueva reseña de novela negra. Tengo que aflojar un poco porque últimamente me estoy dando demasiados atracones de fin de semana. Lo mismo algo así alimentó la locura aquella de Brenda Ann Spencer para la masacre de la escuela primaria Grover Cleveland en San Diego. Ya sabéis, I don’t like Mondays.

Imagen de larahcv en Pixabay.

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