(4) El mapa de la transformación digital: 5 claves cuando todo es VUCA

Este viernes y sábado pasados, dando clase sobre transformación digital (TD) en el MBA Executive de la uni, me di cuenta de que, en realidad, estamos hablando de algo que se nos escapa entre las manos. Lo que hoy estamos diciendo puede perfectamente perder valor en un plazo ridículo de tiempo. Más de una y de uno se avergonzará de afirmaciones realizadas en el pasado en las que predecíamos futuros que nunca llegaron. Por mucho ciclo Hype de Gartner que nos traguemos o por mucha lectura de Forrester, McKinsey o quien sea que esté haciendo prospectiva; el caso es que dime tú quién predijo la covid19 y la consiguiente explosión de los Zoom, Meet, Teams y compañía.

Tanto hardware como software viven pegados a una insultante renovación continua. Si a eso le añades la obsolescencia programada, la conclusión son las dudas sobre su sostenbilidad. Pero a ver quién es el primero que da el paso al frente y dice que se planta, que no entra en la rueda del cambio. Ahí andamos atrapados en una carrera de la rata sin saber muy bien quién maneja el mecanismo que nos hace dar vueltas permanentemente. ¿O sea que la TD, como ya nos explica cualquier analista con un poco de sentido común, era esto, cambiar, cambiar y cambiar?

VUCA, ya sabéis, es Volatilty, Uncertainty, Complexity y Ambiguity. No había forma de componer una paleta de conceptos más desasosegantes, ¿no? Pues bien, creo que hay que ser hábiles y tejer una gestión de la TD que sepa lidiar con semejante locura. Vamos con cinco claves.

La primera es trabajar el diseño para el error. No nos podemos permitir que un error –lógico en situaciones de renovación continua– eche por tierra logros pasados. Esto se traduce en impulsar redundancias y admitir cierta lógica caótica junto a otros sistemas bien estructurados. Es el viejo mantra de explorar y explotar. La apertura a los avances no debe impedir que lo que hay que hacer bien, lo hagamos bien. Necesitamos una actitud por la que la TD es, al mismo tiempo, asentar lo que funciona e intentar el nuevo giro de rosca que nos haga avanzar.

VUCA exige también diversidad y enfoque poliédrico. Ya lo hemos comentado en posts anteriores. La actual TD es de semejante complejidad y dimensión como para que una persona pueda liderarla. El fenómeno pide a gritos un equipo diverso que sea capaz de gestionarla introduciendo puntos de vista diferentes. Necesitamos la voz de distintas áreas funcionales e incluso procecedentes de distintas generaciones. Es un buen ejemplo de humildad. Nadie tiene la varita mágica. O echas manos de tus diferentes o vamos a tropezar.

Una tercera clave para sobrevivir en el torrente de la TD es buscar su lado antropológico. La perspectiva constructivista es más que nunca necesaria. La tecnología es social y triunfa en la medida en que es capaz de sintonizar con comportamientos humanos, regidos en gran parte por una curiosa mezcla de razón y emoción. La TD necesita entender que somos los humanos quienes finalmente vamos a usar o no la tecnología que se nos ofrece. No siempre lo mejor es lo que se queda. La ingeniería social siempre ha estado ahí –demasiadas veces para lo malo– y sabemos que funciona. Vamos a pensar en positivo y asumir que la TD no va solo, ni mucho menos, de tecnologías. Aquí está en juego cómo nos comportamos cuando cada vez disponemos de más y más recursos tecnológicos que sumar a nuestras capacidades.

De lo anterior se deriva otra de las claves. Desde mi punto de vista, hay que trabajar las actitudes (a esto le dedicaremos un post de nuestra serie) porque de nada sirve cualificar si la caducidad del conocimiento trae consigo una fecha demasiado cercana. ¿Cómo toleramos que lo que aprendemos deje de servirnos casi de inmediato? Es una prueba de fuego que no conviene olvidar para nuestra confianza en la tecnología. ¿Lo que nos aporta el cambio permanente es mejor que bajarse del tren y quedarse en una versión anterior? ¿De verdad si no tengo la última versión quedo fuera de juego? No es fácil el diálogo con un fenómeno que incomoda de esta forma.

Por último, en este breve repaso a las claves de gestión de la TD cuando el entorno es VUCA, tiene que ver con la gestión de cuellos de botella. Herbie, el gordito que ralentizaba el ritmo del grupo de niños en La meta, el libro que escribió Goldratt, es un buen ejemplo de buscar el tempo adecuado para cada tecnología. En el fondo se acaba conformando un sistema que, como tal, se rige, claro está, por la teoría de sistemas. Y ahí principios como la equifinalidad (podemos llegar al mismo destino a través de tecnologías diferentes) o la complejidad dinámica (efectos y causas se separan en tiempo y proporción) son buenas guías para buscar el óptimo global y no tanto el óptimo local.

En fin, los siguientes  posts irán más al grano en este recorrido que seguimos haciendo por los nodos que componen nuestro mapa de la transformación digital. Pero creo de verdad que hace falta también esta reflexión más global y sistémica. No sirve con ver los árboles, enfrente tenemos un bosque y a veces no somos conscientes de lo que representa.

Posts anteriores publicados de la serie sobre el mapa de la transformación digital:

• Un mapa de la transformación digital
• El mapa de la transformación digital: ¿cómo lo gestionamos?
• El mapa de la transformación digital: la estrategia

To be continued… 🙂