(12) El modelo de negocio digital, punto y seguido

by Julen

Último de los doce posts que hemos desarrollado el mapa de la transformación digital que presentábamos hace casi dos meses. En realidad soy consciente de que, como muy bien argumenta Genís Roca, esto va de un cambio continuo y que, por tanto, habrá que seguir reflexionando para actualizar el concepto y lo que implica. De hecho, cuando culminamos esta serie con un post que titulamos «el modelo de negocio digital» lo que estamos queriendo decir es que en 2021 no puedes no tener un modelo de negocio digital. La digitalización forma parte de lo que somos, es transversal a lo que hacemos en nuestra vida personal y profesional. Así pues, por fin cerramos el círculo y volvemos a 1995, año en que Negroponte publicó su libro Digital Being. Allí lo dejo escrito: «El futuro ya está aquí y solo existen dos posibilidades: ser digital o no ser«. Pues eso, 1995, curiosamente el año en que nació Amazon.

Casi todos los modelos de TD que podemos consultar (los McKinsey, MIT y demás todos tienen «sus» modelos) coinciden en mostrar una lógica de progresiva incorporación de lo digital que termina por afectar al modelo de negocio en su globalidad y que lo proyectan entonces bajo el epígrafe de Digital Business Model. Claro que podríamos ver negocios que, nacidos a partir de las tecnologías digitales, tienen que definirse en origen como tales; ahí no hay mucho que rascar. Sin embargo, insisto, ¿quién puede decir hoy que su modelo de negocio no es digital cuando sus clientes, sus proveedores o la ciudadanía en general ya lo son? Si miras tu modelo de negocio verás cómo la palabra digital aparece sí o sí en algún lado. Otra cuestión, como ya explicamos cuando hablábamos de estrategia, es tu posicionamiento al respecto. Pero tenlo en cuenta, no vas a poder meter la cabeza bajo tierra.

Fuente: Patrick Turchi

Ahora bien, que tu negocio sea, obligatoriamente, digital, no quiere decir que hayas construido un modelo de negocio digital. Porque esto último implica buscar la forma en que aportar valor para diferenciarse de la competencia y obtener, por tanto, una ventaja competitiva. Disponer de modelo de negocio digital implica una cierta madurez en el uso de las tecnologías, entendidas ya como algo que de por sí viene con el equipamiento de serie del mundo que habitamos. Las usamos como usamos el resto de medios para vivir; no tiene sentido cuestionarlas. ¿O sí? Alto aquí, mucho cuidado con esta última afirmación.

Un modelo de negocio digital no puede automatizar el uso de las tecnologías sin más. Cierto que muchas de ellas pasan a ese cuadrante de nuestra competencia inconsciente, pero conviene desarrollar las defensas del pensamiento crítico. Los algoritmos son ideología, la tecnología es ideología, no nos cansaremos de repetirlo. Por eso un modelo de negocio digital también tiene que apoyarse en un comité ético. Simplemente por usar las tecnologías digitales, por su enorme potencial transformador –de eso va, a fin de cuentas, la idea de transformación digital–, necesitamos, más que nunca, esa visión crítica que nos ayude a distinguir entre el bien y el mal. De eso va la ética.

No obstante, es complicado entender que alguien dispone de un modelo de negocio digital si no encontramos en su propuesta de valor el concepto. Esto es así al menos en la actualidad porque cada vez, insisto, va a resultar que la tecnología digital está sin que por ello haya que destacarlo. Se ha naturalizado de tal manera que no hace falta colocar el apellido a algo que no puede entenderse de otra forma. Ahora bien, si segmentamos nuestro mercado, quizá podamos descubrir que lo digital está asimilado en diferentes grados. Esto obliga, todavía, a apostar por modelos de acompañamiento que hagan ganar confianza en el uso de las tecnologías. Un modelo de negocio digital tiene la obligación de explicarse, de convencer a través de la seducción de lo digital, siguiendo el discurso del último libro de Gilles Lipovetsky, del que, por cierto, hablaremos un día de estos.

Otra de las líneas argumentales que hemos utilizado a lo largo de esta serie de posts es la necesidad de comprender las particularidades del sector en que cada cual opera. Al margen del particular modelo de negocio que cada cual ponga sobre el tablero, es importante entender la digitalización del sector. Porque esto va por barrios y aunque nadie pueda quedar al margen, es cierto que los impactos se pueden producir de diferente manera. No es lo mismo la automoción o la máquina herramienta que los servicios dirigidos a la ciudadanía; no es lo mismo la cultura que el primer sector. Evidente, ¿no? Pues no dejes pasar un minuto: intenta comprender cómo afecta la digitalización a tu sector.

Por resumir, cuando pienso en un modelo digital tengo que ver estos seis elementos:

  • Una reflexión crítica sobre el uso de las tecnologías, esto es, un posicionamiento frente a otras formas en que entregar productos y servicios por parte de la competencia, lo que aquí hemos denominado un modelo de transformación digital responsable.
  • Una propuesta de valor en la que destaque el diferencial que nos proporciona la digitalización. Lo podemos hacer desde el producto/servicio o desde el mercado.
  • Un modelo bimodal, de explotación (aprovechamiento maduro de las tecnologías existentes) y exploración (la actitud de experimentar con las nuevas posibilidades).
  • Un equipo humano competente en lo digital, pero también con la actitud proactiva para aprender a aprender porque esto es lo esencial de la TD: el cambio permanente. Necesitamos digerati como cimiento del modelo de negocio digital.
  • Un enfoque colaborativo con otros agentes (universo startup, universidades, centros tecnológicos, proveedores especializados, clientes, ciudadanía) para contribuir a un ecosistema digital en el que todas las partes son necesarias e interdependientes.
  • Un diseño de puestos de trabajo (digital workplace) que facilite a cada persona el necesario espacio de crecimiento personal y profesional mediante el uso amable de las tecnologías.

En fin, este duodécimo artículo no es el final de la serie. Es solo el punto y seguido. Porque transformación digital es cambio permanente. Por tanto, no queda otra, la actitud importa. Seguiremos escribiendo en la medida en que los proyectos de consultoría en los que trabajamos nos conducen a modelos de negocio digitales. Ley de vida. Nos leemos. Gracias por acompañar con la lectura.

Finalmente la serie con los doce posts ha sido esta:

  1. Un mapa de la transformación digital
  2. El mapa de transformación digital: ¿cómo lo gestionamos?
  3. El mapa de la transformación digital: la estrategia
  4. El mapa de la transformación digital: 5 claves cuando todo es VUCA
  5. El mapa de la transformación digital… ¡responsable!
  6. El cimiento del mapa de la transformación digital: la actitud y aptitud de las personas
  7. El mapa de la transformación digital: sí, pasa por tecnología
  8. El mapa de la transformación digital: escuchar. Información como materia prima
  9. Trabajo colaborativo interno en el mapa de la transformación digital: digital workplace
  10. El mapa de la transformación digital: agregar valor desde el producto/servicio
  11. La transformación digital: sí o sí vinculada al cliente
  12. El modelo de negocio digital, punto y seguido

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1 comentario

(1) Un mapa de la transformación digital – Consultoría artesana en red 14/03/2022 - 07:43

[…] El modelo de negocio digital, punto y seguido […]

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