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01 Los Yébenes – San Pablo de los Montes #Transtoledana #MTB – Consultoría artesana en red

01 Los Yébenes – San Pablo de los Montes #Transtoledana #MTB

by Julen

Strava: https://strava.app.link/qHtyeqUleIb

Nos despedimos del coche hasta dentro de dos semanas, del hotel y de la quesería. Dejamos atrás el molino del Tío Zacarías y su colega el Torrecilla y comenzamos a dar las primeras pedaladas de la ruta. Salimos en dirección este por la carretera que lleva a Marjaliza. Es domingo por la mañana y el tráfico de tractores nos ameniza este tramo de asfalto. En el hotel nos hemos desayunado una estupenda tostada con aceite, sal y jamón.

Llegamos a Marjaliza. Aquí, según la tradición, decapitaron a Santa Quiteria, pero la mujer, siendo apenas una niña, fue capaz de dar unos pasos con la cabeza en sus manos antes de palmarla. Dicen que en Aire sur l’Adour conservan sus reliquias. No sé si habrán conservado la cabeza. Hay que ver qué divertida es la hagiografía. Y yo, tonto de mí, cuando pasé hace unos cuantos años en bici por allí ni preguntar por la decapitada. ¡Qué desconsiderado!

Cogemos la carretera que se dirige a Arisgotas por la parte norte de la Sierra del Castañar. Justo al cruzarnos con la Cañada Real de Merinas nos adentramos a la izquierda por un sendero. A ratos montados y a ratos a pie terminamos por salir a una pista más ancha. Nos movemos por carriles de transhumancia.

El caso es que en varias ocasiones las piedras y el desnivel nos hacen echar pie a tierra. Piedras, vaya cosecha tienen por la zona. Piedras que suponen un avance más lento, piedras que obligan a andar atento para ver por dónde meter la rueda. Piedras, piedras, piedras.

El autor de la Transtoledana nos avisa de que encontraremos una puerta canadiense que delimita una finca en la que hay que pasar la bici por un hueco a la derecha.

La pista que seguimos es una vía pecuaria y es pública, pero una vez dentro dentro no debemos salirnos del camino. La subida se hace larga, son dos kilómetros con una pendiente media de casi el 10%, un firme muy pedregoso y un par de rampas duras que subirán la temperatura de nuestras piernas.

Pues… ni idea, no nos hemos topado con semejante asunto. De lo que sí hemos disfrutado es de un fantástico sendero en bajada entre «chaparros, coscoja, retama y romero». Canela en rama.

Tras una zona de pisteo por el Camino de la Estrella, de nuevo tomamos otro tramo de sendero: la Vereda del Fraile. A partir de aquí nos vamos encontrando con bastantes ciclistas. Continuamos entretenidos por los senderos. Si antes fue en bajada, ahora es en un continuo sube y baja.

¿La Vereda del Fraile? El nombre tiene que ver con que por aquí transitaban los monjes franciscanos para llegar al convento del Castañar. Tras unos kilómetros por la vereda, la dejamos para subir al Pico Amor, a 1.380 metros de altitud.

Pregunto por una fuente a una pareja de senderistas justo en el lugar en el que hay una. Intuición ciclomontañera, no hay duda. Cargamos agua y, tipitapa tipitapa, a salvar el desnivel de algo más de 400 metros que nos queda hasta la cumbre. ¿Hablé ya de las piedras? ¿Quieres taza? Pues toma taza y media. Da igual, la zona es muy agradecida, de verdad. La hemos disfrutado.

Terminamos la subida. El vértice geodésico queda a la izquierda y Alberto se acerca para hacer cumbre «de verdad». Afrontamos la bajada (mejor dicho, el bajadón) para retomar la Vereda del Fraile, que nos estaba esperando, sentado bajo una encina. Le saludamos y seguimos ruta, que nos espera un bocata de tortilla de jamón en Las Peñas con Venta Aguilera. Dudamos si pedalear a la derecha o a la izquierda de un vallado que, a tramos, está desmantelado. Finalmente llegamos al acuerdo que el Fraile pedaleaba por la derecha y por ahí continuamos en otro tramo entretenido. Encontramos berruecos tremendos que custodian nuestro avance.

Llegamos a la enésima cancela y, por fin, a una pista muy bien acondicionada por la que volamos hasta Las Peñas con Venta Aguilera. Curioso nombre, ¿verdad? Sus 1.100 habitantes salen al paso de la caravana ciclista. Que no, que no, que es Domingo de Ramos y hay otras obligaciones. Nuestra religión nos obliga a un bocata de tortilla de jamón a medias. Cumplida la liturgia, seguimos hacia nuestro destino final.

Dejamos a la derecha la carretera que en once kilómetros nos llevaría por asfalto hasta San Pablo de los Montes. El track es el track. En vez de once serán veinte kilómetros.

Tomamos dirección sur a través del Cordel Segoviano de la Cañada Real Riojana por un terreno adehesado muy agradable. En un punto donde casi coincidimos con la carretera que se dirige al embalse de Torre de Abraham, la abandonamos para pedalear el último tramo de la etapa de hoy que nos lleva hasta San Pablo de Montes. Subimos el puerto de El Milagro. Deberíamos enterarnos de cuál fue para que diera nombre a este alto. Conste que la «agradable pista» se ha metamorfoseado en «pista con piedras, piedras y más piedras». Y una cuesta final de las de echar los hígados.

Ya de camino a San Pablo, por asfalto y en bajada, seguimos encontrando numerosas piedritas de granito que nos distraen con sus formas caprichosas y a veces en equilibrios imposibles. ¡Cómo me acuerdo de la Pedra Bolideira en Trás-os-Montes hace ya casi tres años! Depende del lugar, a estas moles de granito se las denomina de formas diferentes: berruecos, berrocales, penedos (Galicia), torcales (Andalucía) o también tormozos (Castilla-La Mancha). En fin, que se ha hecho entretenido este tramo, aunque antes por la Vereda del Fraile, como ya comentaba, se veían algunas formaciones dignas de mención.

Desde San Pablo solo nos queda una subidita hasta nuestro alojamiento, Baños del Sagrario, que queda en las afueras. Antes de afrontarla nos tomamos una Coca-Cola Zero en la típica tienda que tiene de todo (chino mediante) mientras comentamos las jugadas más interesantes de la etapa de hoy. Muy bonita, la verdad. Y mucho ciclista. Y mucha piedra.

Llegamos al alojamiento: toca lavar, ducharse y echar a andar las rutinas de estos viajes. Tras los quehaceres, Alberto decide bajarse al pueblo a dar una vuelta mientras yo me dedico al noble arte de escribir este post. Luego cenamos. Tengo hambre. Hasta mañana.

Kilómetros totales hasta esta etapa: 69,05.

Metros de desnivel acumulado hasta esta etapa: 1.680.

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Fotografías de la ruta.

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