El fútbol del colegio, más de 40 años atrás (I)

by Julen

En la época en la que yo estudiaba BUP (década de los 70 del siglo pasado) el Barakaldo C.F. jugaba en Segunda División. En juveniles contaba con dos equipos, uno en categoría nacional y otro formado por chicos más jóvenes, el Lasesarre. Por debajo quedaban entonces los equipos infantiles, básicamente Paúles y Salesianos, los dos colegios de curas de toda la vida. Si despuntabas en el equipo infantil (yo jugaba en Paúles) lo lógico era ir ascendiendo por aquella escalera: Lasesarre primero, juvenil de liga nacional después y, finalmente, equipo de Segunda División. Y, ojo, en la temporada 1977-78 el Barakaldo quedó cuarto clasificado en Segunda, a un paso de Primera. Había nivel.

El fútbol, entre la chavalería, era estatus. Yo jugué dos años de infantil, algo no muy habitual. El segundo de ellos, quizá por aquello de ser veterano, lo hice de capitán. Los partidos solían tener lugar los sábados, por la mañana o por la tarde. Todos los equipos de Bizkaia se repartían en varios grupos, por cercanía geográfica. Así pues, nosotros dábamos patadas al balón en campos de fútbol cercanos, del Gran Bilbao.

Por supuesto, era una época en la que ningún campo disponía de césped artificial. Lo habitual era la arena y el barro. En mis dos temporadas, solo llegué a ver la hierba natural en Ategorri (Erandio) y Fadura (Getxo). Todo lo demás eran terrenos más o menos inmundos. De hecho, el primer recuerdo que me viene a la cabeza de aquella época es un lodazal. La temporada se jugaba, sobre todo, en otoño e invierno. Y no siempre había agua caliente en las duchas. Con catorce o quince años, era la realidad que afrontábamos. Lo cogías o lo dejabas. Pero daba estatus.

La mayor parte de las veces, sin embargo, entrenábamos sobre el asfalto del patio del colegio, en un campo que no contaba con las dimensiones reglamentarias. Insisto, era lo que había. Si no recuerdo mal, entrenábamos dos veces por semana, por las tardes, después de terminar las clases. Nuestro resultados eran discretos, terminábamos en la mitad de la clasificación. Jugábamos con pantalón blanco y camiseta verde con una raya horizontal blanca a la altura del pecho. Y con unas botas de fútbol que eran todo un tesoro.

Continuará…

Imagen de manseok Kim en Pixabay.

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1 comentario

El fútbol del colegio: aquellos patatales (II) – Consultoría artesana en red 01/10/2023 - 05:31

[…] en el texto anterior que en mi trayectoria con el equipo infantil de fútbol de Barakaldo Paúles solo llegué a pisar […]

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