El hombre de los círculos azules, de Fred Vargas #NovelaNegra 73

by Julen

Esta es la primera de las novelas que Fred Vargas, seudónimo de Frédérique Audoin-Rouzeau, publicó con el comisario de la policía de París Jean Baptiste Adamsberg como protagonista. Eso sucedió en 1991 y desde entonces ha publicado doce en total. En castellano esta primera novela, El hombre de los círculos azules, está editada por Siruela. Fred Vargas es una autora muy conocida en Francia que a lo largo de su carrera literaria ha recibido numerosos premios. Sí, podemos decir que es una superventas del género negro.

Este ha sido mi début con la autora. Y no hay duda de que la lectura de esta novela me ha sumergido en un universo bastante atípico. A ello contribuye una trama que se enreda en conversaciones con cierto aire surrealista. Desde luego que no es una escritura lineal que focalice en la acción, si bien los hechos se van sucediendo hasta llegar a un final complejo y bastante inesperado. Mientras, en el camino, vamos conociendo a unos personajes con rasgos y estilos de vida cuanto menos curiosos.

El mismo comisario Adamsberg es un policía que, al menos en esta primera entrega, se dibuja de una manera nada convencional. Sirva el ejemplo de cómo nos enteramos de su aspecto facial:

Se podía imaginar que Dios se había encontrado sin materias primas cuando había fabricado a Jean-Baptiste Adamsberg, y que había tenido que rebuscar en los bolsillos, encolar trozos que jamás habrían tenido que estar juntos si Dios hubiera dispuesto de un buen material ese día. Sin embargo, precisamente por eso, parecía que Dios, consciente del problema, se había tomado en cambio la molestia, e incluso mucha molestia, y había hecho un esfuerzo magistral por conseguir de forma inexplicable aquella cara.

Al margen de su aspecto, desaliñado y para nada refinado, este comisario tampoco destaca por sus métodos de investigación, que se presentan entre el absurdo, la intuición y el dejarse llevar. Por su parte, el resto de personajes que desfilan por la novela, ya sean policías o con otros papeles, desfilan en un carrusel de extravagancias a las que a veces cuesta encontrar sentido. La obra, hay que decirlo, se mueve también en cierto territorio de humor absurdo.

En fin, una primera novela hasta cierto punto desconcertante y que no deja indiferente. Yo me la he leído con un cierto aire de sorpresa ante la forma en que se desarrollaba la trama y se nos dibujaban los personajes. Interesante esta primera entrega del comisario Adamsberg y, desde luego, diferente. Sí, creo es una novela diferente.

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay.

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