Asesinato en el París-Marsella, de Sébastien Japrisot #NovelaNegra 64

by Julen

Sébastien Japrisot se llamaba en realidad Jean-Baptista Rossi y fue uno de los autores referentes del género negro en Francia a lo largo de la segunda mitad del pasado siglo. El hombre destacó en el género policiaco, pero no solo como novelista, sino también como director de cine, guionista e incluso traductor. Esta novela que reseñamos aquí fue con la que debutó en el género, allá por 1962. Para más señas, se llevó al cine: ni más ni menos que fue la ópera prima de Costa-Gavras. Poca broma.

La novela se tituló originalmente en francés Compartiment tueurs, pero aquí acaba de salir este año pasado, 2021, como Asesinato el París-Marsella, una la primera edición traducida por Mauricio Electorat. Lo cierto es que es una traducción un tanto «extraña» que a veces despista un poco. De todas formas, la novela engancha. Una mujer aparece asesinada en un compartimento-litera del tren Marsella-París. ¿Te suena a investigación de Hércules Poirot? Bueno, no exactamente. El tren ya está en destino y los ocupantes de las distintas literas son, claro está, los principales sospechosos. Pero las muertes no terminan allá dentro del tren.

Por lo que he leído en Wikipedia, el autor renegó al principio de la calidad de esta primera obra. Sin embargo, enseguida tuvo éxito entre la crítica y el público. Supongo que el hecho de que se llevara a la gran pantalla casi de inmediato tras la publicación del libro —con Ives Montand en el papel del inspector Grazzi y de Catherine Allégret en el de Benjamine Bombat, alias «Bambi»— la hizo popular. La novela es de 1962 y la película de 1965.

Asesinato en el París-Marsella resulta ser un relato poliédrico en el que vamos conociendo a los personajes en función de la litera que ocupaban en el tren. Y narrado con un muy peculiar estilo, por cierto. La policía investiga el caso, pero nos vamos dando cuenta de que con poco tino. Entre tanto, otra investigación paralela nos aporta luz sobre lo que realmente sucedió allí dentro.

Aunque era de los que se dormía a menudo en el cine antes de que comenzara la película, supo de inmediato que se trataba de un cadáver. La mujer estaba acostada en diagonal, en la litera inferior derecha, con las piernas dobladas curiosamente por encima del borde, los pies invisibles bajo la banqueta, con un destello de luz diurna en los ojos abiertos. Su ropa, un traje dos piezas oscuro y una blusa blanca, estaba en desorden, pero no más, le pareció, que la de cualquier viajera que se hubiera recostado vestida en una litera de segunda.

¿Quién es el asesino y por qué?

Imagen de David Mark en Pixabay.

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