Literatura y cicloturismo #PortugalMTB

Ya escribí hace un tiempo una breve reseña sobre el libro que Julio Llamazares publicó a finales del siglo pasado sobre su viaje por la región de Trás-os-Montes, en el norte de Portugal. Desde luego que me sirvió de estímulo para organizar esta ruta. De hecho, me ha llevado a cambiar algunos detalles para hacer coincidir más la ruta con lo que narra en el libro. Además, Viaje a Portugal, de José Saramago, va a ser otra de las referencias literarias, junto a esa deliciosa novela que José Luis Peixoto dedicó a Galveias, al pueblo de su niñez, allí en El Alentejo.

Tengo pensado leer otro par de novelas durante la ruta: En tu vientre, también de Peixoto, y Jesucristo bebía cerveza, de Afonso Cruz. Lo cierto es que estoy en deuda con la literatura portuguesa porque apenas he leído nada. Lástima no tener a mano al buen amigo Juan, que allá en Huelva le pone empeño para darla a conocer.

Pedalear es mezclar realidad e imaginación. Uno se pasa la vida anticipando cómo cree que serán los caminos por los que las ruedas irán dejando huella, qué aspecto tendrán los pueblos o con quien entablará conversación en la ruta. Luego la imaginación acaba recibiendo el consabido baño de realidad y así van pasando los kilómetros. Me gusta saber -sin obsesionarme- sobre los lugares por los que hacemos camino. Es una especie de respeto que se merece el territorio, ¿no?

El domingo 18, si no hay imprevistos, llegaremos a Zamora en autobús y desde allí haremos una etapa corta hasta un pueblo que se llama Pino del Oro. Nos dejará a las puertas de la frontera con Portugal por su lado noreste. Nos espera un fantástico puente sobre el río Duero y unas antiguas minas de la época de los romanos, veinte siglos atrás. La ruta nos irá conduciendo. Nos dejaremos llevar por los tracks y lo que dicte cada momento.

La literatura sirve para viajar antes, durante y después del viaje físico. Es compañía y estímulo, es placer y tranquilidad, es un sofá o una cama después del esfuerzo y el sudor por caminos, pistas y carreteras. Es la otra parte de la ruta, sobre todo cuando viajo solo, conmigo mismo y mis circunstancias.

Queda poco para retomar una ruta de larga distancia en bici. Casi 40.000 metros de desnivel por delante y más de 1.500 kilómetros. Queda poco.

Termino este artículo con una mención a Mikel Lizarralde y su proyecto Hemen eta Orain Bizi. Ya escribimos de ello. Pues bien, aunque en otro plano, este viaje también sirve para darle ánimo en su empeño de mejorar la vida de quienes, como él, han sido diagnosticados de esclerosis múltiple. La gorra y el maillot se han venido a Portugal…

La imagen está tomada del sitio web bizi.eus, el proyecto de Mikel Lizarralde.