Cooperativas digitales de plataforma: ¡a escena!

La semana pasada mantuvimos una reunión en el marco de la colaboración entre Enpresagintza, la Facultad de Empresariales de Modragon Unibertsitatea, y la Universida de La Laguna. Por descender en el detalle, participamos, de una parte José Mari Luzarraga y Ana Agirre, personas fundamentales para entender la propuesta que llega desde Mondragon Team Academy, y de otra Pedro Martín y Cándido Román Cervantes, vinculados ambos a CESCO, la Cátedra de Economía Social y Cooperativa de la Universida de La Laguna. Yo hacía, básicamente, de celestino. Bueno, si lo queréis más cool, de broker 😉

En un ciclo de conferencias sobre innovación en economía social y cooperativismo que arrancamos este año en el marco de la II Semana Universitaria de la Economía Social 2021, hemos tratado en un par de sesiones el caso de las cooperativas de datos y las cooperativas de plataforma. Primero fui yo mismo quien abrió camino con las cooperativas de datos y luego José Mari Luzarraga nos aterrizó la realidad de las cooperativas de plataforma a partir del actual trabajo que desarrolla junto a Trevor Scholz.  En la reunión a la que hacía alusión antes, tratamos la posibilidad de incorporar a Canarias, a través de CESCO, en la red de colaboradores que gira alrededor de coopworks.online.

Os recomendaría que echarais un vistazo a la presentación adjunta de José Mari porque ahí están las claves de lo que se está cociendo en la actualidad. Desde mi humilde punto de vista, creo que puede ser un punto de inflexión sobre las posibilidades que ofrece la economía social a la hora de responder a los retos del nuevo ¿trabajo? que emerge asociado a la gig economy. Hace poco, por cierto, volvía a leer cómo los algortimos parece que están despidiendo a riders de Amazon. Otra historia más a la saca y van…

Si la tecnología y los datos cambian las reglas del juego respecto a lo que se entiende por trabajo, el cooperativismo no puede mirar hacia otro lado. Y, cuidado, porque no es lo mismo montar cooperativas a propuesta de los Glovo, Deliveroo o Uber de turno que hacerlo desde una convicción de compromiso con la persona, sus derechos y una forma digna de entender qué es trabajar en el siglo XXI. Sí, puede tener su dosis de utopía, pero ya sabemos que el camino comienza desde territorios que a veces no están demasiado transitados.

En la actualidad ya existen alternativas a los modelos que parecen haberse impuesto en eso que se ha venido en llamar economía colaborativa y que cada vez ha mostrado más sombras que claros. Sí, existen fairbnb, drives cooperative, Buurtzorg, fairmondo, saluscoop o coopcycle. Y muchas más. No hace falta que mires a otro lado; ya están aquí. Estamos ante un reto colectivo para impulsar estos modelos que nacen desde una convicción renovada de lo que representa el cooperativismo en el siglo XXI.

En breve comienza un nuevo programa de formación —será ya el tercero— en el que Mondragon Unibertsitatea y la New School colaboran para impulsar proyectos emprendedores en torno a las cooperativas digitales de plataforma. Canarias puede ser otro nodo que se sume a esta iniciativa. Son tiempos para repensar el cooperativismo. Por supuesto, no quiere decir que los modelos clásicos de la economía social no sirvan, pero han surgido nuevos retos que requieren enfoques distintos. ¿No te parece que podemos contribuir?

La imagen está tomada de la página web del Consorcio de Cooperativas de Plataforma.