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Para las organizaciones exponenciales las personas somos cada vez más irrelevantes – Consultoría artesana en red

Para las organizaciones exponenciales las personas somos cada vez más irrelevantes

by Julen

Si hay un libro que refleja de alguna manera las nuevas lógicas de los negocios de los tiempos actuales, basados en informaciómo materia prima básica, ese es Organizaciones Exponenciales: Por qué existen nuevas organizaciones diez veces más escalables y rentables que la tuya (y qué puedes hacer al respecto). Es un libro de autoría compartida entre Salim Ismail, Michael S. Malone, Yuri Van Geest, aunque es el primero de los tres quien suele aparecer muchas veces como autor. El libro repasa una serie de características de estos nuevos negocios tan alejados del estándar al que estábamos acostumbrados cuando nos referíamos al crecimiento de una organización. Al comienzo del libro se aporta esta definición:

Una Organización Exponencial (ExO) es una cuyo impacto (o resultado) es desproporcionadamente grande —al menos diez veces superior— al compararla con sus iguales, gracias al uso de nuevas técnicas organizativas que se sirven de las tecnologías aceleradoras.

Todo tiene que ver con el crecimiento. Crecer, crecer, crecer. Que se lo digan a Amazon, por ejemplo. Bueno, o a cualquiera de los gigantes empresariales que hoy dominan el planeta. Sean los occidentales GAFAM o la versión asiática BATX. Da igual, el caso es que el paradigma imperante de éxito es crecer. Aquí cerca tenemos también el ejemplo del trabajo de Javier Creus y su equipo alrededor de lo que denominaros Pentagrowth. Ya sabéis, no obstante, que la obsesión por crecer tiene también su otra cara de la moneda y, aunque con mucho menos bombo mediático, toda la preocupación actual por la sostenibilidad pasa, en parte, por leer con atención algunas propuestas que nos llegan del decrecimiento. Como bien puedes leer en la Wikipedia:

La conservación del medio ambiente no es posible sin reducir la producción económica que sería la responsable de la reducción de los recursos naturales y la destrucción del medio que genera, que actualmente estaría por encima de la capacidad de regeneración natural del planeta. Además, también cuestiona la capacidad del modelo de vida moderno para producir bienestar. Por estas causas se oponen al desarrollo sostenible. El reto estaría en vivir mejor con menos.

Para el que nos han vendido durante tanto tiempo como único sistema tras la caída del muro de Berlín, el capitalismo global, no había duda alguna: hay que maximizar el valor para el accionista. Se necesita facturar más y generar más y más beneficios. Es un axioma, no hay otra posible alternativa. Eso sí, de un tiempo a esta parte, cualquier gigante multinacional se ocupa de aplicar múltiples capas de greenwashing y lo que haga falta para disfrazar de piel de cordero lo que no deja de ser una pelea brutal por cuota de mercado.

Las lógicas de las organizaciones exponenciales llegan incluso a plantear que las personas no forman parte ya del corazón de una empresa. Si puedes utilizar una mano de obra etérea, contingente, just in time, que no pese demasiado en tu cuenta de resultados, mejor. Se insiste en aprovechar las nuevas dinámicas de empleo fragmentado y de que sean los algoritmos quienes hagan parte del trabajo de repartir tareas a los humanos. Mediante aprendizaje automático y aprendizaje profundo, no hay por qué desaprovechar el nuevo talylorismo digital.

Así pues, las organizaciones exponenciales «aprovechan los recursos externos para conseguir sus objetivos». Por ejemplo, «mantienen un núcleo muy pequeño de empleados e instalaciones, que permiten una flexibilidad enorme mientras los márgenes remontan«. La cita es textual del libro de Ismail y compañía. Más con menos. Nada de cargarse de estructura. Los nuevos negocios deben volar, despegarse de la realidad y jugar en levitación. Si hace años pensábamos en negocios como las grandes petroleras o los gigantes de automoción con sus fábricas llenas de piezas físicas, hoy el triunfo viene de la mano de los negocios basados en información. Menos plantilla, mayores resultados y beneficios.

¿Cuál es el mensaje que lanzamos a la ciudadanía de a pie? Ya sé que me repito: los seres humanos, en el mercado laboral, caminamos directos a la irrelevancia. No será allí donde encontraremos la realización a nuestras aspiraciones. Las nuevas leyes empresariales han puesto en liza una nueva liga en la que no podemos competir ni en fuerza ni en inteligencia contra robots y algoritmos. Tenemos, como personas, que reinventarnos. El trabajo, tal como lo entendimos, salta por los aires.

Imagen de www_slon_pics en Pixabay.

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4 comentarios

amalio rey 15/01/2020 - 15:12

Lo de las «organizaciones exponenciales» es efectivamente un concepto que me da mucho miedo y me produce rechazo desde el primer día que la escuché. Se reduce a ver cómo puedes multiplicar la pasta en varios órdenes de magnitud con el mínimo esfuerzo. Todo está centrado en escalar magnitudes pero, sobre todo, rentabilidad. En tu post me ha quedado la duda de qué opinas de Pentagrowth, que veo que citas ese trabajo en este contexto

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Julen 16/01/2020 - 06:25

Ya que preguntas, siempre me he movido con precaución respecto a la propuesta de Javier Creus. En gran parte sigue la lógica del crecimiento y las referencias que toma son las de siempre, las del capitalismo global. Eso me hace pensar. Sin embargo en su modelo aparecen ideas interesantes respecto a la apertura y a compartir que son, por supuesto, ejes con los que me siento a gusto. Ya te digo, siempre me he sentido relativamente incómodo con el enfoque de Pentagrowth. De hecho, ahora mismo que estoy mentorizado 11 proyectos de startups en fase de crecimiento a través de un programa de EOI, me cuido mucho de informar sobre estos modelos: los comento pero también intento generar cierto pensamiento crítico.

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Competitividad responsable: directrices éticas para una inteligencia artificial fiable – Consultoría artesana en red 25/02/2020 - 05:49

[…] Añadir «responsable» al objetivo de la competitividad tiene que ver con aceptarnos en un campo de juego en el que nos imponemos límites. Tienen que ver con la ética. ¿Hasta qué punto podemos confiar en que las grandes corporaciones aceptan los límites? El mantra de maximizar el beneficio para el accionista está ahí. Las cifras de enormes beneficios económicos con unas plantillas de trabajadores reducidas a su mínima expresión son recibidas por el sistema con todo tipo de parabienes. Hoy hablamos de las organizaciones exponenciales con tasas de crecimiento que desafían a la lógica y en las que las personas somos cada vez más irrelevantes. […]

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Las personas caminamos hacia la irrelevancia en este modelo productivo – Consultoría artesana en red 06/10/2020 - 06:01

[…] principios de este año 2020 escribí un artículo que titulé Para las organizaciones exponenciales las personas somos cada vez más irrelevantes. Ayer leía en eldiario.es una entrevista a Santiago Niño-Becerra a cuenta de su último libro, […]

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