Balance de 2019 y perspectivas para 2020

No siempre lo hago pero me apetecía «escribirme» sobre lo que ha pasado en 2019 y echar un vistazo a lo que espero sea 2020. Tras el período 2015-2018, con mucha dedicación a la tesis doctoral, este 2019 ha supuesto, de alguna forma, una vuelta a la normalidad, sea esto lo que sea. Si miro hacia atrás, empiezo a encontrar cierto sentido a esa ardua labor de investigación en torno a la innovación de usuario con el caso de la Orbea Oiz como materia prima de privilegio. Terminamos con aquel gratificante cum laude y la defensa de la tesis doctoral que titulamos Innovación de usuario en el sector de la bicicleta de montaña: el caso de la comunidad online de la Orbea Oiz en ForoMTB. Cierto que tres años largos es mucho tiempo y que desde el punto de vista de la facturación ha supuesto congelar los ingresos en este periodo. Pero eso ya lo sabía cuando comencé con la aventura del doctorado. No vamos a llorar; lo hice simplemente porque me apetecía. No creo que mucha gente se lo pueda permitir. Me siento un privilegiado, las cosas como son.

Sin embargo, ese Guadiana me daba cierto respeto en cuanto a cómo retomar la dinámica de mercado. Ya he escrito de ello alguna que otra vez por aquí. En cualquier caso, sigo manteniendo una colaboración estrecha con Enpresagintza, la Facultad de Empresariales de Mondragon Unibertsitatea, lo que me genera un ingreso mensual recurrente que es de agradecer. Son ya 17 años de relación, ahí es nada. Además, este año, con la liberación en horas de dejar atrás el doctorado, puedo ir poco a poco fijando la mirada cada vez más en el proyecto de la uni en Bilbao, que es mi hábitat natural. Aquí continúo la colaboración con el máster de marketing digital y este año he añadido el nuevo grado en Business Data Analytics. He acordado con su equipo coordinador encargarme de los contenidos referidos a la ética y los datos. Encantando estoy 🙂

Mi idea, como decía, es centrar más mi aportación en Bilbao, sea en Bilbao Berrikuntza Faktoria (BBF) o en As Fabrik, el nuevo proyecto que verá la luz el curso académico 2020-2021 en Zorrotzaurre. De por medio está el crecimiento de LEINN, con quienes colaboro en mentorías y tutorizaciones de proyectos fin de grado. Así pues, este 2020 tendrá mucho que ver con lo que pueda dar de sí el proyecto de MU en Bilbao. A ver si consigo pasar más tiempo en BBF, algo que llevo diciendo varios años, pero no consigo llevar a cabo. Para bien o para mal, lo cierto es que me siento muy a gusto trabajando desde el despacho de mi casa. Pero hay que andarse con ojo para no volverse un ermitaño. De relaciones –en buena parte– vive el consultor.

Otro proyecto que me hace mucha ilusión y que he comenzado en 2019 es la colaboración con HUHEZI, la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de MU. Se trata del nuevo diseño del rebautizado como máster en cooperativismo y gestión socioempresarial, que ahora estará, en parte, basado en retos. Junto a un equipo de profesionales de esa facultad, estamos trabajando en una nueva experiencia docente que actualice la oferta tradicional de postgrado en cooperativismo. He acordado una dedicación continua y de largo plazo que espero sea de beneficio mutuo para las dos partes. En su día, de forma previa al doctorado, me matriculé como alumno en este máster y creo que esa doble perspectiva (docente y alumno) puede contribuir al rediseño de la experiencia educativa. Ya iré contando avances poco a poco.

Siguiendo con el apartado docente (en sentido amplio), este año 2019, por cierto, ha terminado con una nueva colaboración con EOI. Ahora en enero terminará su programa de Crecimiento de Startups en Bilbao en el que participo como mentor en dos áreas: estrategia por un lado y, por otro, innovación y transformación digital. La experiencia con once startups, que son las que mentorizo, está siendo muy interesante. Hay proyectos realmente brillantes a los que espero contribuir con mi feedback y aportando ideas para su expansión.

Respecto a consultoría me gustaría destacar cuatro proyectos de este 2019. El primero llegó de la mano de Amalio Rey, compañero de fatigas en REDCA, la red de consultoría artesana. Él me puso en contacto con el gerente de Soraluce S.Coop. Ya veis, el ala malagueño-cubana de REDCA abriéndome camino en una de las cooperativas de MONDRAGON. No digáis que no tiene su miga. El caso es que a lo largo de 2019 hemos estado trabajando en un proyecto directamente relacionado con la investigación de la tesis doctoral. Si en Orbea localizamos lead users con quienes podíamos aprender conjuntamente (suma de conocimiento «experto» del fabricante y del conocimiento «profano» de la persona usuaria), en Soraluce hemos hecho lo mismo. Si en Orbea eran bicis, en Soraluce han sido prestaciones relacionadas con la monitorización de máquinas. Si en Orbea llevamos a cabo un taller con lead users, en Soraluce hemos hecho lo mismo. Debo decir que han sido dos experiencias de las que he aprendido muchísimo. Gratificantes en sí mismas y esclarecedoras en cuanto al potencial que encierran.

El segundo proyecto que quería destacar es el del diagnóstico de la comunicación interna en el Ayuntamiento de Donostia/San Sebastián. Ha sido un trabajo metódico y concienzudo, con la estupenda colaboración de Naiara Pérez de Villarreal y Mikel Sánchez Balciscueta, de Digitalde, y que nos llegó gracias a un contacto de Alberto Ortiz de Zárate, tras competir en la oferta con dos empresas de consultoría muy potentes de nuestra zona. Usamos metodología mixta, cualitativa y cuantitativa, para aportar luz sobre el asunto y dibujar líneas de mejora que esperamos acometan en un corto-medio plazo. Hacía tiempo que no teníamos sobre la mesa un proyecto en colaboración con Digitalde y me hizo especial ilusión retomar viajas costumbres.

Un tercer proyecto con el que he disfrutado mucho y que comenzó a finales de 2018 ha sido el plan estratégico de Aurman, una agencia de publicidad de las de toda la vida en Bilbao. Nacieron allá por 1963, en la época de los Beatles, como les gusta decir, y desde entonces han sabido cultivar un portfolio de soluciones creativas para clientes tanto institucionales como privados. Tras un primer trabajo en torno a la innovación, terminamos por abordar la reflexión estratégica con un enfoque participativo que involucrara a todo el colectivo. En la actualidad sé que están en marcha cambios ambiciosos en fondo y forma. Decir también que la casualidad quiso que pudiera dirigir un proyecto fin de grado de una leinner del nodo de Bilbao que ha aportado también su punto de frescura al nuevo rumbo de la empresa.

Por último, este 2019 he continuado la colaboración con el programa KSI Berritzaile, cuyo objetivo es la mejora de la gestión en organizaciones del sector de las industrias creativas y culturales. En concreto he conducido dos proyectos relacionados con estrategia en Dr. Minsky y Ludus VR y otro más vinculado a la mejora de procesos internos en Last Tour. Son proyectos diversos, que parten de un diagnóstico inicial que llevan a cabo desde Euskalit, y que abren alternativas para ganar competitividad de la mano de acciones muy focalizadas.

Relacionado con mi colaboración con Euskalit –son también unos cuantos años de relación casi desde que dejé Maier en 2003– hemos continuado a lo largo de este año con programas de 5S digitales y también con un curso de 5S físicas para toda la plantilla de una empresa industrial. En materia de 5S digital mi idea es continuar colaborando con Venan LLona. Él ahora ha abierto una nueva etapa profesional y espero que podamos sentarnos algún día a seguir moviendo el árbol de la productividad de la mano de esta herramienta. En septiembre, por cierto, impartimos un breve taller en las XIII Jornadas Optima Lab para compartir la conexión entre GTD y 5S digitales. Por aquí hay camino a recorrer, no hay duda.

Al margen de los proyectos facturables, 2019 ha sido también el año en que hemos realizado un lavado de cara en mi sitio web principal, este en el que lees este artículo. Con la ayuda de Ane Martínez Recio y de Richard Corpas actualizamos la plantilla y algunos otros aspectos, más en la forma que en el fondo, la verdad. Todavía queda pendiente alguna que otra vuelta de rosca más, relacionada con la eliminación de cualquier tipo de monitorización de quienes nos visitan. Por otra parte, seguimos manteniendo vivo el blog del doctorado, actualizado ahora, eso sí, con menos frecuencia.

En cuanto a cifras de facturación, hemos cerrado el año un poco por encima de los 100.000 euros, lo que me aproxima a cifras más coherentes con mi nivel de actividad predoctorado. Cierto que hubo años de locura que llegaron prácticamente a los 200.000 euros, pero con muchas colaboraciones externas. En esta época de doctorado, la cifra, de media, se había quedado en los 60.000 euros. Me quedo a gusto sabiendo que mi estructura de costes es realmente muy contenida y que son facturaciones que me proporcionan una situación económica sin apreturas. Por cierto, al terminar 2019 hemos recibido la que ha sigo segunda inspección de Hacienda en todos estos años de actividad profesional por mi cuenta. Aunque todavía falta la liquidación definitiva, hay algunos conceptos que nos revisan y tendremos que pagar algo más. Siempre digo lo mismo: soy de los que cree que hay que pagar impuestos y más cuando ves el panorama a tu alrededor. Si ganamos, tenemos que contribuir de forma solidaria. No hay discusión.

Este 2020 trae consigo algunas asignaturas pendientes. Entre ellas una que me amarga bastante: de una vez por todas tengo que dedicar horas a estudiar euskera. Sí, me da para entender las conversaciones y supongo que, hasta cierto punto, soy belarri prest. Pero no puede ser que no avance en este sentido. Así que tengo que ponerme las pilas, organizar mejor mi tiempo y dedicar horas a algo que sí o sí debe mejorar. También, como decía antes, tengo que terminar de actualizar el sitio web principal, aunque no es mucho lo que queda.

En cuanto a proyectos vinculados a MU, 2020 tiene que ser el año de profundizar en la relación con la sede de Bilbao, tanto en BBF como en As Fabrik, así como el de la puesta de largo del nuevo máster en cooperativismo y gestión socioempresarial. Respecto a la actividad de consultoría me gustaría continuar con proyectos de mejora en la gestión en el sector de las industrias creativas y culturales y con los de 5S digitales, ambos de la mano de Euskalit. Ni que decir tiene que intentaré perseguir más proyectos vinculados con la innovación de usuario, tras el de Orbea y el de Soraluce. Ahora mismo estoy tutorizando también un trabajo fin de máster de innovación de usuario en una organización de servicios sociales.

Dejo para el final dos proyectos que espero seguir impulsando en 2020: Aprendices y REDCA. No quiero olvidarme de lo que aportan respecto a mi higiene mental. El primero lleva tiempo sin convocar un taller. Espero que retomemos esa línea de actividad en 2020. Por su parte, REDCA sí que tiene previsto un taller este próximo mes de febrero en la sede de TeamLabs en Madrid, con algunas decisiones pendientes de cierto calado. En uno y otro caso, ya lo compartiremos por aquí.

En fin, hasta aquí llega este post. Hay más proyectos, claro está. La bici de monte espero que siga ocupando su hueco. Está pendiente el viaje a Noruega que por dos veces ha habido que suspender. Por su parte, Semana Santa espero que nos deje pedalear por Portugal. Hay que dar pedales, que el cuerpo y la mente lo agradecen. Espero que cada cual tengáis vuestras escapatorias. Yo tengo una de escribir y otra de pedalear. Y a veces hasta se juntan 🙂