De profesión, mantero

by Julen

Calles de Madrid

Mame Mbaye Ndiaye, un senegalés con nombre, menos mal. Claro que para que supiéramos su nombre ha tenido que morir. De un infarto, según parece. A partir de una operación contra los manteros en Madrid, según parece. Pues bien, el comunicado de SOS Racismo informa sobre los 14 años llevaba el hombre en España en situación irregular. Ya sabes, búscate la vida de ilegal porque el sistema no te quiere. A los hechos me remito.

Sí, los manteros. El daño que hacen al comercio de toda la vida que paga sus impuestos. No como esta gente. Estos chicos son delincuentes, ¿verdad? Otra cosa es que su delincuencia de baja intensidad sea tolerable por nuestra sociedad. No hay problema en comprar de vez en cuando un paraguas, algo de música o lo que sea a esta gente. Como que les estás haciendo un favor y de paso te llevas un producto falsificado a precio de derribo. Es lo que hay. La Europa del siglo XXI. Progreso social.

Claro que quizá el difunto Mame Mbaye Ndiaye y todos lo que comparten la profesión y aún están vivos nos deban dar las gracias. Aquí los europeos blancos ya contribuimos con nuestras compras esporádicas a que su profesión se mantenga. De vez en cuando, eso sí, hay que correr porque viene la policía. Y ya se sabe que las fuerzas de orden están para lo que están. Delincuencia de baja intensidad, pero delincuencia. Y nuestra muy digna sociedad de primer mundo de vez en cuando dice que no, que si te pillo, multa o lo que sea.

El negocio continúa. Mientras la ley exija buscarse la vida fuera de ella, el negocio existirá. Porque la ley de extranjería está para lo que está: para que la raza superior europea le diga a toda esta gente que ojo con querer acceder a un estatus social más elevado. No se nos revolucionen. Están aquí de ilegales, se lo recordamos una vez más. Y son 14 años, te jodes.

En la tele decían que no hay derecho a lanzar adoquines, sillas y mesas a las fuerzas del orden. Hay que ver cómo se ensalzaba la tranquilidad con la que había actuado la policía, que bien habían manejado la situación. Blancos policías a un lado y al otro la negra desesperación de ser ilegal, de sentir cómo te segregan. ¿Alguien dijo racismo? Por favor, esto es Europa, aquí hay valores y quienes vienen tienen que respetarlos e integrarse. Aquí no se pueden tirar piedras ni sillas ni mesas contras las fuerzas del orden.

Mame Mbaye Ndiaye era mantero, como tantos otros. Gente anónima unida por la necesidad de ganarse la vida como sea. Qué fácil es decir que son delincuentes. De baja intensidad, porque para delincuencia institucional de mayor calado, ya tenemos a nuestros gobernantes, ¿no?

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