UrbanLabs 09, my opinion

by Julen

gumaxcomheaderTres días en UrbanLabs te dan para mucho. Y eso incluye un balance personal que me gustaría compartir. En parte porque es un modelo interesante y del que tomar referencias. En parte porque creo cada vez más que es necesario levantar la voz crítica sobre nuestros propios saraos.

El Citilab de Cornella impone como escenario. Semejante estructura arquitectónica connota inversión y puede abrumar. No digo que un entorno cutre favorezca la dinámica de participación, pero sí creo en modelos más humildes. ¡Y eso que soy de Bilbao! 😉 Ya sé que a lo mejor esto es una neura muy particular, pero cuando desarrollas una iniciativa ciudadana de base, acudir a un lugar así provoca cierto cortocircuito emocional.

Concentrar el esfuerzo en alimentar proyectos y estimular ese alimento con algunas ponencias me parece un formato válido en líneas generales. Eso de ir a ponerse el buzo y currar en proyectos es estimulante. Porque en el fondo aprendes y contribuyes. Es una forma de sentirse útil a los demás pero también obteniendo beneficio propio.

Creo que las jornadas deberían marcar más los tres pasos lógicos: antes, durante y después. Creo que en el «antes» merecería la pena cocinar más los proyectos. Esto incluye quedarse con seis u ocho y volcarse en ellos. Colocaría un tope en la fecha de presentación de los proyectos y organizaría algún sistema para decidir cuáles se abordan. Las personas que acudimos seleccionaríamos qué proyectos vamos a trabajar, aunque siempre teniendo en cuenta que el escenario es móvil y que una preselección previa de proyecto no debería limitar el movimiento inter-proyectos durante las jornadas. Y, por supuesto, está el asunto del «después», muy importante para saber que somos útiles.

Las ponencias me parecieron demasiado homogéneas y previsibles. Sí, nos repetimos. Decimos lo mismo y usamos ejemplos muy similares. Supongo que es lógico cuando hay un foco tan potente que ilumina la escena, pero de veras creo que tenemos que ser más críticos con nuestros propios planteamientos. Por ejemplo, ¿qué penetración tiene twitter en la ciudadanía? ¿Cuántas personas mayores de 55 años usan twitter? ¿Condiciona esto los proyectos que se exponen como ejemplos? Por otra parte, cada vez que colocamos un mashup sobre un mapa de Google, ¿no estamos alimentando al demonio? Ah, no, que Google es de los nuestros, son los buenos. El malo es el Sr. Gates.

Estaría bien disponer de las ponencias antes de las jornadas y que el formato de exposición no fuera presidencia/plebe. Algo más distribuido. ¿Acaso mesas para 4-5 personas y un lugar menos preeminente para quien imparte conferencia? Siempre sucede que quien expone acaba pasándose del tiempo (no sucedió en todos los casos, ni mucho menos) y las preguntas y el p2p se van por el desagüe. Que yo sepa, todavía a día de hoy no encuentro las ponencias por ningún lado.

Entiendo que Citilab tira de tecnología y es un elemento central de su trabajo social. Pero a mí me da la sensación de que necesitamos rebajar un poco el nivel. Necesitamos low-tech (que también es tech) para dar credibilidad a los proyectos y configurarlos con más fuerza emocional. Y no digo que no se alcance esa fuerza mediante la tecnología, pero todavía hay mucha brecha que requiere aproximaciones low-tech.

El trabajo de Platoniq es interesante. Con claroscuros como en todo sarao donde conviven fuerzas centrífugas y centrípetas. Los proyectos aglutinan pero las relaciones personales (networking, perdón, que soy de pueblo) dispersan. ¿Más tiempo para la dispersión y el contacto, y menos para los proyectos?, ¿queremos hacer demasiadas cosas en poco tiempo? Este es un mal de cualquier jornada: milimetrar el tiempo, todo lleno de actividades. Pero al final la presencia fluye intermitente: la gente mira su correo, se reconecta con preocupaciones personales, sale y entra digitalmente del escenario citilab…

De todas formas, personalmente hago balance muy positivo. Incluso tengo sensación de «exceso». Porque han entrado en mi cabeza demasiadas posibilidades. Itzalagunea y Kale Bilgunea me parece apasionante porque es un proyecto en torno a algo que está pasando en muchos sitios: los centros históricos de nuestros pueblos sucumben ante ¿el progreso? El carro de ideas que he sacado para Learning Around The World es simplemente espectacular. Las personas a las que he puesto cara y con las que todavía no sé ni cómo interactuar suponen una gratificación directa. Las conversaciones conspiratorias con Odilas han sido un lujo. La lista de beneficios colaterales es larga y profunda, gracias en buena parte al interés de Ramón Sangüesa, cuya sombra me parece cada vez más alargada, o incluso a una coincidencia con Diego Soroa en el avión de vuelta a Bilbao.

En definitiva, aire fresco en cantidades enormes. Quizá un vendaval. Y a mí me gusta ver el mundo suave suave. Pero esto está más jodido cada vez.

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6 comentarios

josepjc 27/10/2009 - 09:19

Primero agradecer tu voz crítica del evento, que ya se oyó en la ponencia de Freire, Lamentar que es casi la única, pensamientos muchos, pero voces pocas.

De todas formas una de las cosas que más valoro del citilab/edificio es que precisamente ayuda a perder el miedo a esas instituciones, que existe otro modo de relacionarse con ellas y que eso es posible. Apropiación.

No solo falta low-tech sinó también una visión low-cost tech… como me insistía hace poco Ramon Pallàs-Areny en un work-shop de sensores.

El antes, durante y después es quizas un problema sobre el que se tendría que trabajar más y que es el talón de Aquiles de todos estos tipos de eventos.

Por otra parte la dispersión yo la aproveché para transversalizar y relacionar proyectos que a lo mejor de forma independiente tendrían muy poco futuro. Parece que andamos a salto de mata.

Ahora lo que queda es mejorarlo, y valorar la idea del UrbanLabsClub.

Pero el ‘hacemos sin preguntar al usuario…’ y ‘realmente estamos orientados al usuario?’ son demasiado visibles.

Tus críticas son como el agua en un huerto 🙂

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Ramon Sangüesa 27/10/2009 - 11:26

Hola

Aquí La Sombra Alargada 😉

Tus comentarios van más o menos en la línea de lo que tenemos pensado revisar después de esta segunda edición. Me alegro de no ir demasiado desencaminado.
Creo que la dificultad principal de UrbanLabs está en mantener la dinámica de proyectos en flujo y dar potencia a los proyectos que salgan.

Marcar antes, durante y después está bien pero tenemos un difícil equilibrio en la creación de nuevas oportunidades en el «durante» si cerramos demasiado las cosas en el «antes». Esto es algo que queremos mantener desde el principio y seguiremos con ello. Probablemente trabajando más el «después».

Respecto a lo low tech etc. …. Twitter es «low tech» morenín 😉
Por lo que dices de los 55+, hay mucho que comentar ahí. Los séniors de Citilab están respondiendo bien y apropiándose de las tecnologías con ganas.

El truco no es tener soluciones «low tech» sino «human tech». Trabajar con la gente las motivaciones y sus proyectos y vaya si llegan a la «tech» (low o high)!. Nuestra experiencia aquí es esta.

En lo de los «mash ups» etc. pues sí, creo que Juan también marcó en su conferencia la posibilidad de crear «infoporn». Respecto a salirse del marco de Google, tenemos una propuesta de proyecto europeo para trabajar con formatos abiertos en mapeo y geolocalización con el Instituto Cartográfico de Catalunya y unos cuantos países. Me gustaría haberlo podido presentar pero lo tenemos aún muy verde. A ver si podemos echar adelante el proyecto y lo conseguimos. Cruzo los dedos.

Por lo que te refieres a las conferencias, ciertamente, se repiten algunas cosas. Aún así, creo que las conferencias de Dave Harte, Juan Freire y Ben Cerveny ilustraron líneas coincidentes desde tres puntos de vista diferentes.

Para los que estamos «en el ajo» puede parecer que hablamos siempre de lo mismo pero para ciertos responsables de Ayuntamientos que estaban presentes y para unos cuántos arquitectos con los que ya hemos empezado a contactar hace un tiempo seguían siendo inputs interesantes e importantes de conocer. No les importó ver cómo cada conferencante repetía algunos ejemplos y aportaba lo suyo.

Este formato es puramente ilustrativo pero nos sirve. Es a partir de aquí que podemos empezar a mover lo más duro del entorno: la administración y las profesiones centradas en la ciudad y lo urbano. Nos lo agradecieron. El formato conferencia, si no hay más oportunidades de interactuar, efectivamente puede ser discutible pero hubo oportunidad de comentar con los ponentes en diversos entornos que para eso se abrían espacios durante y después (en las cenas se cocieron muchas preguntas y respuestas ). Por ejemplo, yo a ví a Ben Cerveny sentarse sobre la hierba del parque con diez personas y acabar quedando para hacer algo más. Cada formato tiene su función, pues.

Lo que recojo de tus comentarios es que no se puede estar en seis sitios al mismo tiempo y que sería interesante poder planificar antes. Por ahí entiendo que va también tu propuesta de trabajar el «antes». Aún así no tengo claro que lo que propones sea lo mejor. Habrá que trabajarlo más. Se admiten propuestas!.

El edificio, es el edificio pero intentamos mantenerlo como lugar de acogida. En principio, la gente viene cada tarde sin más susto. Y lo que empezamos a hacer es abrir experiencias fuera del propio edificio. Como he dicho en más de una ocasión, ver el Citilab como el edificio es pillar el rábano por las hojas. Como gusta decir Jordi Colobrans, uno de los sociólogos que trabaja con nosotros «citilab es un sustantivo, un nombre común no un nombre propio». Citilab es el modelo de trabajo no el ladrillo.

Y a muchos, como tú sabes de tus experiencias de consultor artesano, les asusta bastante más si el modelo de trabajo emergente que el espacio.

Venga, seguimos conversando

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Julen 29/10/2009 - 08:04

@josepjc, desde luego que construir con el usuario es complicado. Todos andamos en busca del santo grial. El caso es que yo creo que la gente ya participa… en sus ámbitos privados (que cada vez lo son menos). La gente no participa en ciertos sitios. Pero sí lo hace en otros.

@sombra alargada, ¿twitter es low-tech? Depende de a quién preguntes. No creo que haya que definir low-tech desde la tecnología sino desde el grado de apropiación por la ciudadanía (por su conjunto, no por la parte friki).
Lo que dices de interactuar con los ponentes es buena idea. Tendríamos que intentar que cuando vienen se queden a «vivir» algo del sarao. Claro que eso seguro que es pasta gansa… 😉
De todas formas, lo bueno de todo es… ¡que haya tercera edición! Ánimo.

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Ramon Sangüesa 29/10/2009 - 09:47

Haz la prueba de definir «low tech» no en términos estadísticos sino desde lo próximo que está a las necesidades de la gente, en este caso de estar al día y de encontrarse. Luego me dices.

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Odilas 30/10/2009 - 00:31

Un placer ser (no se si estar 😉 compartiendo contigo estos días.
Urbanlabs siempre deja una sensación de desconcierto místico.
Hasta la próxima colega.

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Biomimética | Consultoría artesana en red 06/03/2013 - 05:39

[…] la arquitectura, el arte. Con él he coincidido en diversos proyectos. En 2009 coincidimos en Urban Labs, allá en el CitiLab de Cornella y últimamente nos encontramos de nuevo en el curso de verano de […]

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