Tres Gymnopedias

Fernando es del 64. Haciendo halago de su torpeza digital hace tiempo que la abandonó. No hay como profundizar en la falta de pericia para descubrir en ella la razón misma para dejarla atrás. En las múltiples vidas paralelas que cargamos en la mochila, una de las de Fernando es la de escribir. Primero fue Las lágrimas de Eurídice, que algunos leímos escondida bajo otro título, luego llegó Kismet. Ahora Tres Gymnopedias.

En 1964 fue mucha la gente que llegó a este mundo. Años después atiborrábamos las clases de estrictos colegios de curas, como Dios manda. De aquella época quedan personajes entrañables, a mitad de camino entre el sadismo y la hilaridad. Eran el Hervás, el Cenutrio o Don Enrique. Gente ideal para las películas de Paco Martínez Soria. No sé si lastraron nuestro progreso o si, por razones bien diferentes a las que esgrimían, son la razón de nuestro avance tanto en lo personal como en lo profesional.

Fernando ha insistido, no cabe duda. En su vida de escritor el camino es retorcido y a veces hay que buscar senderos diferentes. Es evidente que ahora está recorriendo uno de ellos con el planteamiento de Tres Gymnopedias. Es un libro. Un argumento, tres mujeres, palabras que se suceden. Es papel, es un marcador para señalar dónde lo dejamos la última vez. Es estantería, es literatura. Es una aportación más a la literatura. Y lo leerá aquella persona a la que le llegue el estímulo y luego decida que le da una oportunidad. El momento en que decide es un complejo galimatías a veces muy difícil de desentrañar. En la empresa lo colocamos en un pedestal: es el acto de compra. Silencio, es teatro.

Txetxu también escribe. Una de sus vidas gira en torno a los libros. Alguna vez ya he comentado aquí mi admiración por el personaje y por la persona. Sector del libro = Txetxu Barandiaran. No hay más. Lo mismo termino aquí el párrafo.

Y luego están las inmensas blogosferas. Y luego están las pequeñas blogosferas. Densas aquí, extrañas cuatro calles más abajo, entrañables en lo íntimo, poderosas en los profesionales del medio, forma de expresión humana. En las blogosferas hay personas que también escriben y corrigen textos. Vienen de la misma generación y han conocido otra vida muy distinta, la mayor parte inundada de inexistentes bitácoras. Boquitas Pintadas también tiene una pequeña parte de contribución al último libro de Fernando. No me preguntéis por la aportación exacta, pero sé que algo está allí también en ese libro.

Fernando tiene un blog para escribir de su libro, como Alberto. Alberto también es el de 64, como yo mismo. Nos conocimos en la era preblogosférica. De hecho las blogosferas son una mínima parte de lo que somos, ridícula comparada con nuestra historia. Así que resulta curioso que Fernando haya decidido usar un blog para escribir sobre lo que ha escrito: Tres Gymnopedias. Más aún cuando quizá sigue escribiendo sus novelas bolígrafo en mano. Quién sabe, quizá mute.

Tres Gymnopedias es un libro. Olerá a papel. Pero el libro es la imaginación de quien lo escribe combinada con la de quien lo lee. Y predecir el nuevo olor que adquiere esa combinación no tiene mucho sentido. Disfruta de la mezcla.