Crisis, ¿qué crisis?

by Julen


Cielo de catecismoA Loretahur parece que se le acababan las ideas hasta que se le cruzó un monstruo en el tranvía. Yo hasta ahora creo no haber pasado por una crisis de escritura. Quizá sea porque muchas veces soy un tipo demasiado callado. Quizá el discurso interior es lo que provoca, en cierto modo, la escritura en un blog. Si no verbalizas hacia afuera, pues verbalizas de esta otra forma. Pero, tengo que reconocerlo, hace ya cierto tiempo que yo también me veo con una cierta pereza intelectual.

Claro que mi ciclotimia habitual me permite no preocuparme demasiado. Miro las baldas de la estantería de la izquierda y veo unas carpetas demasiado regordetas, llenas de artículos para la tesis doctoral. Algunos leídos y otros sin leer. Bajo la balda de las carpetas están los libros y ahí también hay unos cuantos que están esperándome. En el último mes creo que sólo he (re)leído… una novela de Sue Grafton. Me inquieta la transformación de mi aparato auditivo en orejas de burro.

Menos mal que esta mañana he terminado de preparar un curso sobre comunicación interna que tengo que impartir en Madrid a mediados de septiembre. Tengo ganas de irme hasta allá, aunque sea con un vuelo mañanero de ida y otro vespertino de vuelta, en dos días consecutivos. Creo que será un poco de aire fresco. Además, el grupo de gerentes con el que tengo que trabajar me resultó muy ameno en una ocasión anterior. Espero dedicar tres horitas al menos a hablar de nuestros blogs y wikis. Veremos hasta dónde podemos avanzar y cuál es su actitud ante estos asuntos. Informaré al respecto. Ah…y les contaré como ejemplo nuestro proyecto de Aprendices.

Aquí en el despacho miro por la ventana y el día está gris. Me parece que yo también estoy gris. Y conste que el trabajo me sale por las orejas. Al menos a la vuelta de las vacaciones, me espera un septiembre-diciembre glorioso. Me temo que tendré que medir mis horas porque no sé de dónde voy a sacarlas para los compromisos que me van a llegar. No quisiera parecer pedante, pero no estaría mal que alguna de las cosas que andan rondándome no salieran adelante.

Por todo esto, veo fantasma de crisis, que viene y se aleja. ¿Qué crisis? Pues no lo sé. Hasta que las crisis no llegan no sabes realmente cómo son. Incluso a veces pienso que sólo por citarla, la crisis coge miedo y se aleja. Pudiera ser que ya se estuviera alejando. Hago recuento de mis proyectos y algunos son jugosos. Puede que salgan o puede que no. Tengo que dedicarles algún tiempo. Tiempo para priorizar qué me interesa y qué no.

Si esperabas un post confuso, creo que te confundes. Porque este post es un jaleo de quereres, poderes y haceres. Pero como no había otra cosa a mano, he preferido dejarlo aquí mismo, para que lo leas si quieres o lo tires a la basura si te apetece. Incluso, puedes tirarlo al grupo de los no reciclables. De todo tiene que haber.

Voy a repasar mi lista de tareas pendientes -muy larga- antes de irme al dentista. Tengo cita a las 16:30. Qué ganas.

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1 comentario

loretahur 08/08/2006 - 20:32

Espero que ese dentista no haya mermado tus condiciones 😉

Como ves he despertado un poco de mi letargo (si es que no hay nada como un niño malcriado para espabilarte) pero creo que la procastinación es la causa de mis crisis (aunque veo que no sólo me sucede a mí…).

Coge fuerzas para esos meses duros que se te avecinan.

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