Identidad de grupo, anonimato individual

by Julen

Tengo un compañero en la facultad que está desarrollando su tesis sobre la identidad dentro de las cooperativas. Puede parecer un tema espeso, pero a medida que metes un poco más las narices allí adentro, resulta muy interesante.

Nosotros en las cooperativas (me sale hablar de esta forma, aunque a día de hoy no soy «socio» de ninguna de ellas) siempre hemos presumido de nuestra identidad cooperativa. El compromiso de la persona con su cooperativa tiene múltiples dimensiones y es muy diferente en función de la cooperativa de la que pasas a formar parte. No es lo mismo una cooperativa que montamos entre diez personas desde cero que adherirse al proyecto de una cooperativa de 1.500 personas. Por otro lado, a veces me parece que me rondan ciertas ideas del valor de participación que nos comentaba Alberto en su blog.

El caso es que este texto me viene a partir del post sobre el anonimato en Microsiervos. Es de interés y daría para mucho la discusión. Se entrelazan diversos hilos argumentales, pero los que más me atraen son estos:

  1. Está claro que en determinadas circunstancias el anonimato puede favorecer la participación. Quizá es preciso comenzar por ahí para recuperar el plano de igualdad. Quizá los roles y las desigualdades dentro de cualquier organización actual (pasta, horarios, responsabilidades…) provocan que la identidad individual actúe como freno a la participación. Si quieres que participe, no lo hago. ¿Por qué? Porque ése es tu juego, no el mío. Curioso que existan «anonimizadores» (supongo que sería el palabro adecuado). Entiendo las razones, pero no sabía que existieran herramientas para dejar de ser uno mismo. ¿Servirá para los humanos? 🙂
  2. El tiempo da y quita reputación, menos mal. Claro que en Internet palabras y hechos pueden estar disociados. Usamos la palabra y por un tiempo puede funcionar. Luego están los hechos que afianzan o modificación la reputación. Si veo reputación es más probable que desarrolle confianza contigo, pero tampoco necesariamente porque lo digan muchos… ya que no somos simples borregos que hacemos lo que hace la mayoría, ¿verdad? Ahhh….
  3. La información si está despegada de quien la emite es… distinta. Me salía poner «menos información», pero no sé si reflejaría lo que quiero decir. La información de quien no conozco tiene más valor en sí misma… o no; depende de quién lo diga. Eso sí, si no conozco al emisor, me permite despojarme de algún que otro prejuicio (no tento ni idea de quién eres, así que…) y centrarme más en ella y no tanto en el mensajero.

El tema nos daría para largo. Probablemente haya que releer el segundo libro de la trilogía de Manuel Castells «La era de la información»: «El poder de la identidad«. Creo que sigue siendo un referente, aunque hayan pasado ya unos cuantos años desde que lo publicó. Por cierto, aquí tenéis un texto digno sobre Castells en Monografías.com.

Y todo esto porque no consigo resolver la pregunta de si el anonimato individual puede impulsar la cohesión como grupo. ¿Será otro oxímoron o una simple paradoja?

La pregunta que me ronda la cabeza es si este anonimato inicial puede ayudar a construir en una primera fase redes y grupos sólidos. Claro que nosotros ya tenemos nuestro insigne consultor anónimo, ¿no?

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3 comentarios

Consultor Anónimo 02/01/2006 - 19:31

Por alusiones… ¿¿¿¿¿insigneeeeeee?????

Mmmm…a tu pregunta final, diría que sí. Pero que esa solidez «real» se consigue sólo cuando se traspasa la frontera del anonimato. Puedes, como anónimo (o mejor dicho, como seudónimo: los anónimos puros es difícil que formen redes porque son, en sí mismos, entes incorpóreos a los que resulta difícil seguir) formar una red o un grupo sólido. Pero dirigirse a un seudónimo acaba, a la larga, cansando: hace falta un contexto, una imagen, un rostro.

Quizás el proceso más lógico sea formar la red (o su caldo de cultivo) de forma seudónima, y una vez identificados los individuos más interesantes, y puestos los cimientos sólidos de la relación, «quitarse la máscara». Pero no para todos los públicos, sino sólo para aquellos a quienes ya no les va a importar quién eres, cómo te llames o dónde trabajes.

Y digo que para el resto de los públicos hay que seguir siendo un seudónimo, para que ocurra lo que bien dices: que sean tus ideas (y no tu «yo» real) las que generen atracción e interés.

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Anonymous 16/04/2006 - 23:27

mire todo esto es una basura eso s i y la pregunta final le diria que si

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canco 12/03/2009 - 03:34

es muy natural que los adolescentes se agrupen ya que les permite establecer nexo con otros jovenes de su misma edad y por lo general le permite un entorno de confianza para poder entablar elevados niveles de comunicacion y realizar cualquier actividad en muchos casos recreativa y saludable

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