Información en la plaza del mercado

by Julen

Antes (y ahora, aunque con menos frecuencia) en la plaza mi ama iba a encontrar los productos que necesitábamos para comer bien en casa. La plaza la recuerdo, cuando la acompañaba, como un lugar en ebullición, plagado de productos con sus etiquetas informativas de precio en caracteres grandes. La información estaba en el mismo producto. No creo que a mi ama pudieran engañarla porque el producto era su propia información. No había trampa ni cartón.
Ahora la plaza de mi ama es el eBay de turno. Ahora la plaza es el caos digital que acompaña la generación de información en las organizaciones de hoy en día. El mercado está lleno de productos informativos. Hay documentos a troche y moche, aunque no lo quiera el equipo conductor de la nave. Las complejas relaciones de las múltiples redes sociales que se crean dentro de las organizaciones producen información todo el tiempo. Incluso en la medida en que se acercan a los bordes del caos, esa turbulencia informativa se incrementa. Veo al final una inmensa plaza llena de informaciones, donde cada una de ellas ha sufrido intensos maquillajes en oscuras operaciones de cirugía estética. Pero en el mercado todos quieren vender, es lógico.
Sigo viendo organizaciones en las que hay miedo a la plaza del mercado. Queremos que la gente deambule por la plaza, pero usamos modernas técnicas de hipermercado. Queremos «pilotar» a las personas. Queremos que se muevan en un determinado sentido, muy medido, dentro de los cauces oficiales. Queremos que lleguen al producto fresco, haciéndoles pasar por un itinerario programado con detalle.
¿Por qué tenemos tanto miedo a abrir la lata de la información? La plaza del mercado de la información sólo funciona cuando está en ebullición. Los puestos tratan de atraer a los consumidores, cada uno como puede. ¿Creemos que podemos colocar fronteras a la información? Cada frontera, cada límite, es una provocación para saltarlos. Echa la ley, echa la…¿trampa? Quizá es sólo la necesidad de un consumo responsable de información.
Pienso que aceptando la turbulencia informativa (no sé si provocándola, pero… casi casi) una organización tiene mucho más que ganar y no tanto que perder. Nonaka insistía en la necesidad de provocar caos creativo y se redundante. Vaya, pues voy a estar de acuerdo.
Por cierto, sólo he entrado dos veces, pero me encanta esta forma de ver las redes de mis grupos favoritos de música. ¿Quién tenía relación con Joy Division? Búscalo en http://www.liveplasma.com
Buenas noches.

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4 comentarios

Alorza 12/04/2005 - 07:56

Y tú, ¿pilotas o surfeas?

Cada vez que os leo a los apóstoles de la complejidad, me quedo con una impresión no del todo satisfactoria. Por una parte, el discurso es intelectualmente excitante. Yo mismo soy tendente a los análisis del tipo «da un paso atrás para tomar perspectiva». Por cierto, que tengo un amigo que se cayó a un pozo haciendo eso mismo.

Por otra parte, a medida que me voy haciendo consciente de la miríada de subsistemas que confluyen, se influyen y destruyen, me siento más y más impotente. ¿Qué pudo hacer yo en el borde del caos? Desde luego, no me veo pilotando un tsunami, si acaso, surfeando en la cresta de la ola.

Creo que la perspectiva compleja ayuda a que no olvidemos que en un sistema hay que tomar en cuenta más elementos de los que se nos ofrecen inmediatamente. Sin embargo, el énfasis en la complejidad tiende a provocar parálisis. ¿Cómo actuar si no sé prever las consecuancias? ¿Para qué conseguir mi óptimo local, si con eso contribuyo a la desgracia colectiva?

Ese tipo de disquisiciones son muy de Borges. Recuerdo que él hablaba de una secta religiosa -imaginaria-que practicaba el mal ahora, para que en el futuro hubiera más bien. También recuerdo a algunos los comunistas de la Transición, que, bajo el slogan «cuanto peor, mejor» proponían no mejorar la situación en los barrios desfavorecidos para conseguir agrandar las contradicciones del sistema y que se diese la Revolución.

Bueno, se me ha ido mucho la olla. Resumiendo, que está guay esto de lo complejo, pero a veces me hace sentir pequeño e incapaz y me da ganas de irme al campo a cuidar cabras.

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Julen 12/04/2005 - 20:08

Sólo tres ideas.
1. No me siento con fuerzas para apostolar. Soy consciente que lo hoy digo, mañana no lo tendré tan claro. Otra cosa es que cuando cuentas procuras convencer… porque es más interesante para el , debate, ¿no?
2. No me cabe duda que la complejidad puede llevar al desasosiego, pero para eso hablamos de estas cosas; para verbalizarlas y poder afronterlas con mejor ánimo.
3. A veces necesitamos creernos que controlamos… y funciona. No cabe duda que cuando nos lo creemos, llega un momento que controlamos más. Influir sobre la realidad no deja ser en parte una cuestión de machaconería y constancia.

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Alorza 13/04/2005 - 07:18

Vale, de acuerdo, pero ¡qué aburrido es estar de acuerdo! Prefiero provocar una buena pelea dialéctica.

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germán 15/04/2005 - 22:35

Un comentario más: yo personalmente solo controlo (intento) el siguiente paso que voy a dar en cada momento. Todo lo demás es como una receta de cocina, a la que siempre le falta algún detalle que el cocinero tiene que inventar cuando están los comensales esperando.

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