Los pueblos del Solano

by Julen

Strava: https://www.strava.com/activities/9586713334

Ayer pasé por un centro de fisioterapia y de muchas cosas más en Laspaúles. Finalmente ahí conseguí que me atendieran. Estuvo bien. Bueno, ni qué decir tiene que vi las estrellas sin que necesitara que fuera de noche. Pero al margen de ese detalle tan típico de una sesión de fisio, mantuve una charla interesante con el hombre que me atendió. Volvimos a lugares comunes: estiramientos y alimentación, sobre todo. Sí, me sé (más o menos) la teoría, pero a ver cuándo espabilo de verdad. Ahora que estoy trabajando con un nutricionista/entrenador debe ser el momento de cambiar de hábitos. Algunos creo que los estoy asimilando, pero queda mucho camino. Por cierto, ¿os suena Laspaúles?

Allá por el siglo XVI está documentado que 24 mujeres fueron ajusticiadas acusadas de brujería. En la actualidad hay un parque temático referido a este asunto e incluso unas fiestas que se celebran cada dos años en las que la gente del pueblo recrea de algún modo lo que sucedió. Además, cuentan con un museo de la tortura. Pues ahí, en Laspaúles, fue donde yo vi las estrellas a media tarde un viernes.

Antes de la celebración de los juicios, las mujeres fueron torturadas con el fin de extraerles una confesión. El método de tortura habitual que se encuentra documentado en estos enjuiciamientos consistía en atar sus manos a la espalda de las mujeres, para luego ser colgadas de una cuerda sujeta a una polea en el techo. En algunos casos se les colgaba además una piedra que intensificaba el dolor. La primera ejecución documentada tuvo lugar el 4 de marzo de 1592. Los ahorcamientos se ejecutaron en el Rodero de San Roc, un montículo cercano a Laspaúles que permitía a los vecinos observar la masacre desde el propio pueblo.

Esta noche también ha refrescado, como ayer. Castejón de Sos está a 900 metros de altitud y los diez grados de la mañana sientan de maravilla. Eso sí, no permite disfrutar del desayuno en la estupenda terraza del alojamiento en que me hospedo. He dormido bien y me he levantado animado. Hasta que un movimiento, sin más, de esos que haces mil y en los que no hay que pensar, me ha recordado en qué momento físico estoy. Otra vez pequeño agobio, pero luego, poco a poco, creo que con el simple discurrir del tiempo la cosa ha dio a mejor. De nuevo tenía la sensación de que caminando y respirando de forma consciente la sensación mejoraba.

Si no estuviera como estoy, entre las posibilidades de pedaleo que proponen en el sitio web de BTT Puro Pirineo –vale, es «BTT», pero también ofrecen algunas opciones de carretera– había pensado hacer la ruta de «los pueblos del Solano«. Sin embargo, como no está el horno para bollos, vamos a hacer alguna caminata, que parece que nos sienta bien. Y qué casualidad, que hay una opción a pie de la ruta que hubiera hecho en bici. Pues nada, pies para qué os quiero: doce kilómetros por delante.

Vamos pues con nuestra ruta. Comenzamos subiendo hacia Arasán y lo hacemos por unos caminos que van escondidos entre el bosque. Nada de «solano» por el momento. A veces empedrado, a veces más rodador, el sendero va ganando altura. Cada cierto tiempo hay pequeños carteles informativos sobre especies vegetales y animales de la zona. La subida es llevadera, en gran parte porque vas caminando con cierto aire mágico alrededor.

Finalmente conectamos con la carretera que da acceso a Arasán y compartimos ruta con ella durante un tramo hasta llegar a Liri. A un lado y a otro se escucha cómo el agua corre por los arroyos que, en ocasiones forman barrancos. La ruta pasa muy cerca de las Doce Cascadas de Liri. Copiamos de infobarrancos.es:

El Barranco de Liri, también conocido como Barranco de las Doce Cascadas, está situado en el Solano de Castejón de Sos. Es un descenso de corto recorrido pero intenso y divertido. Destacan claramente dos tramos, con una zona intermedia de carácter abierta. El tramo inicial, presenta siete cascadas muy seguidas unas de otras y de carácter vertical. Buen ambiente y cascadas encadenadas de variable altura. En el tramo final, algo menos configurado que el anterior, se encuentran las cinco cascadas restantes. Un total de doce rápeles, estéticos y emocionantes.

El paisaje se abre y podemos observar tanto el valle del Ésera abajo como las grandes montañas que lo rodean. Más adelante ganaremos otra perspectiva, cuando estemos más de cerca de Sos.

Atravesamos Liri. Nos tienta la terraza del albergue, pero como llevamos comida y bebida en la mochila, seguimos hacia el próximo barranco, el de Ramastué, también con varias cascadas: «grandes y pequeñas coladas repletas de musgo contrastan con los colores de la roca acrecentando el protagonismo». Otra vez puedes consultar información en infobarranco.es. Hay «trece rápeles, saltos, toboganes y mucha continuidad en un descenso corto, bonito y bien equipado». Nosotros bajamos por un sendero estrecho hasta cruzar el barranco. Luego, claro está, toca retomar altura.

Nuestro siguiente destino es Sos y para ello volvemos a encontrar tramos de un precioso sendero que discurre entre muretes de piedra.

A la izquierda se abre el horizonte a medida que nos acercamos a la pequeña ermita de Santa Lucía, muy cerca ya de Sos.

Bajamos hasta el pueblo, al que se accede por su Plaza Mayor. Seguimos hasta otra pequeña plaza en la que hay un antiguo lavadero. Alli, a la sombra, llevamos a cabo el avituallamiento sólido en forma de barrita. Bebemos, descansamos. Ya solo quedan unos cuatro kilómetros hasta llegar a Castejón de Sos, que se ve allá abajo a lo lejos. Bajar, eso tan fácil. Antes de comenzar el descenso se pasa junto a la iglesia románica de San Andrés, que luce un pórtico bien hermoso, eso sí, de época posterior.

Me encuentro con dos chicos señores mayores con sus bicis eléctricas de enduro que van a bajar por el mismo sendero por el que yo lo haré andando. Desde que lo comienzo no hago más que pensar dónde yo me tendría que bajar de la bici y dónde creo que podría pasarlo montado. Ganan por goleada los tramos del primer tipo. Pero se ve que los señores mayores lo tenían claro y que habrán disfrutado. Digo yo, ¿no? El caso es que la bajada tiene muchos tramos de piedras, a veces pequeñas y a veces grandes. Eso sí, es muy bonito, desde luego. Claro que para bajarlo a pie cansa lo suyo. Tampoco quiero forzar y prefiero llevar paso lento, no vaya a ser que algo por ahí detrás se enfade más aún conmigo. Suave suave.

Por fin llegamos a una pista y antes de llegar a Castejón se pasa por uno de los lugares de aterrizaje de parapente. En el pueblo hay varios establecimientos que ofrecen esta diversión. Hay bastante gente y cierta animación en el lugar.

Para qué negarlo, llego bastante fundido. En la zona lumbar siguen las molestias, ahora repartidas a izquierda y derecha. Bueno, mañana, palabrita de Niño Jesús, me tomo el día de descanso. Nos mudamos a Catalunya, a nuestra próxima base de operaciones, La Pobla de Segur. Claro que tal como estoy, no sé qué operaciones llevaré a cabo. Tranquilidad. Hacemos lo que podemos.

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1 comentario

Caminar, que no pedalear – Consultoría artesana en red 15/08/2023 - 06:44

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