De Castejón de Sos a La Pobla de Segur

by Julen

Nos vamos hacia nuestra última base de operaciones de esta atípica ruta pirenaica. Estuvimos cuatro días en Siresa, en el Valle de Hecho, luego otros cuatro en Aínsa, capital del enduro en muchos kilómetros a la redonda, y hemos pernoctado cinco en Castejón de Sos. Nos toca cruzar la frontera y entrar en Catalunya para pasar una semana en La Pobla de Segur.

¿Qué tienen en común estos cuatro destinos? Pues que todos ellos cuentan con centros BTT. Este fue el criterio para elegirlos. Bueno, y que me resultaran atractivos desde el punto de vista de su patrimonio, fuera natural, arquitectónico o de otro tipo.

Hemos pedaleado hasta ahora once jornadas, ocho con la bici de monte y tres con la de carretera. Han sido 673 kilómetros y la nada despreciable cifra de 14.850 metros de desnivel acumulado. Además, los dos últimos días hemos hecho dos caminatas, la primera de 5,16 y la segunda de 12,36 kilómetros. Entre medias, como ya sabéis, hace un par de días, volvimos a sufrir el típico latigazo en la zona lumbar. Así que otra vez: suave y buena letra para ver si recuperamos mientras pensamos en la forma en que dejar atrás esta lacra. Algo haremos. A ver si pillamos algún exoesqueleto de oferta 😉

Por la mañana hemos estado charlando, entre otras cosas, sobre el balneario, hoy en día abandonado, y sobre la posible apertura de un túnel que comunicara el valle de Benasque con Bagnères de Luchon. El balneario, según parece, ya ha sido saqueado para obtener de él todo el cobre que fuera posible. El proyecto, una vez cerrado el balneario, parece ser que consistía en bajar las aguas termales desde allá arriba hasta el pueblo de Benasque. Pero deben de perder propiedades medicinales en el trasvase. La chica del alojamiento me explicaba que, por ejemplo, en su casa eran típicas las novenas. Sus abuelos se subían hasta allí para tomar baños durante nueve días. Una pena que ese pedazo de edificio presente semejante estado de decrepitud. En su lugar es evidente que se ha invertido en el hotel que queda en Los Llanos del Hospital, con algún presidente de club de fútbol implicado, según parece.

Por su parte, el proyecto de túnel abriría la afluencia de turistas desde Francia. Pero el asunto es complejo. Sería un túnel de unos nueve kilómetros y si generara más tráfico del actual habría que ver la forma en que se salvaría el cuello de botella que ahora mismo supone el Congosto del Ventamillo (ahora en obras, por cierto) en la N-260. En fin, asunto complejo, no hay duda.

De camino a La Pobla de Segur quería subirme hasta la archifamosa iglesia románica de Sant Climent de Taull.

En 1931 fue declarada Monumento Histórico-Artístico (Bien de Interés Cultural) y en 2000, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, dentro del conjunto de las Iglesias románicas catalanas del Valle de Bohí.

Ahí es nada la joya. De planta basilical, cuenta con tres naves, un ábside y a sus lados dos absidiolos. Las pinturas murales tienen mucho valor, aunque las originales se trasladaron al Museo Nacional de Arte de Catalunya. Pero no hay duda de que lo reluce especialmente es su torre campanario lombarda, de estructura cuadrada. Este tipo de torres campanario son muy habituales en esta zona del valle del Bohí.

He aprovechado para subir hasta la estación de esquí, que queda algo por encima de los 2.000 metros y desde hay estupendas vistas.

La subida hasta la estación cuenta con señalización ciclista. Cada kilómetro recibes información de lo que llevas y lo que queda. Arriba, la meta te informa de la gesta: acabas de alcanzar los 2.045 metros de altitud tras 18 kilómetros de pedaleo para salvar un desnivel de 967 metros. Algún otro día, ¿no?

La segunda referencia de esta etapa de tránsito era El Pont de Suert. Aquí fue donde en 2004 me estrené, por decirlo de alguna manera, en el cicloturismo de montaña. Aunque ya antes había pedaleado alguna otra travesía de larga distancia, aquellos siete días hasta el Cabo de Higer, en Hondarribia, fueron una especie de bautismo. El caso es que el pueblo estaba en fiestas, con mucho ambiente. Tuve tiempo de callejear un poco y de recordar por dónde salía el camino que llevaba hacia Cirés y luego Bonansa.

Después de una comida suave (ya era hora) a base de una riquísima ensalada de bacalao y una breve parada en Tremp, justo para las cuatro de la tarde llegaba a La Pobla de Segur. Más de treinta grados nos han recibido. Ya hemos guardado las bicis (el hotel es también establecimiento bikefriendly, como el de Aínsa) y acabamos de ver ganar a Mathieu van der Poel el mundial de ciclismo en ruta en Glasgow. Vaya tío. Impresionante, ¿verdad?

Bueno, a ver cómo nos organizamos estos días por aquí. En breve llega la ola de calor. Parece que nos iremos a los 40 grados. A ver quién hace ejercicio físico con esas temperaturas.

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1 comentario

Los pueblos del Solano – Consultoría artesana en red 15/08/2023 - 06:55

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