El fútbol en el colegio

by Julen

El fútbol era la vara de medir lo que valías en el grupo. La infancia tenía estas cosas: tu estatus dependía de cómo fueras capaz de jugar. La crueldad entre iguales se traducía en la humillación de que, al elegir equipos, fueras de los últimos que se escogían. Aquel fútbol no era un simple juego, era una herramienta para ordenar en la escala del poder. Poder infantil, como siempre, inquietante en esencia.

Yo no era el mejor, pero sí que tenía el nivel suficiente como para que estuviera incluido en la selección de clase. En el colegio había competiciones de fútbol y cada clase tenía su selección. Era la época de la masificación en las aulas. Había un 4ºA, un 4ºB y un 4ºC y las clases llegaban a ser de más de cincuenta alumnos. Era un colegio religioso solo de chicos. Y el fútbol dictaba sentencia, por supuesto.

Jugábamos los fines de semana en el patio del colegio. Era un campo de fútbol muy particular, con suelo de cemento y unas dimensiones muy particulares, no tan grandes como las de un campo oficial, pero bastante considerables. Mi primer partido terminó con un 2-2 y yo metí el gol del empate. Lo hice de cabeza, algo sorprendente para mis cualidades. Lo hice y para aquel primer año en el colegio, fue una bendición.

Con el tiempo llegaría a jugar en la categoría de infantiles. Aquello ya eran palabras mayores porque formaba parte no ya de la selección de tu clase, sino de la selección del colegio. Jugábamos en una liga oficial, en campos de fútbol reglamentarios, enormes para nuestras facultades y casi siempre embarrados. Lo hice durante dos años, el segundo de ellos como capitán del equipo. Allí se acabó mi carrera como futbolista.

Imagen de Ann — please donate en Pixabay.

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2 comentarios

Amalio Rey 25/09/2022 - 16:43

No está mal tu carrera de futbolista, Julen. Como mínimo, mejor que la mía 🙂

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Julen 27/09/2022 - 10:10

Jejeje, ya sabes que tengo un pasado futbolero… que se me ha ido diluyendo con el tiempo.

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