La cuadra de las vacas

by Julen

La cuadra estaba organizada de tal forma que las vacas siempre se situaban a la izquierda mientras que la burra tenía su propio espacio, algo separado, a la derecha. Los animales vivían castigados mirando a la pared, aunque siempre sentí que allí dentro estaban a gusto. Era un espacio de seguridad y sabían que regularmente llegaba comida a los pesebres, fuera hierba (fresca o seca), nabos, calabazas o cualquier otro tallo verde con hojas a su alrededor.

Cuando volvían, después de pacer toda la hierba que les apetecía, cada animal iba directo a su lugar. Supongo que la costumbre hacía que no hubiera disputa. No sé muy bien si alguno de aquellos lugares era mejor que otro. Yo veía a las vacas y me parecía verlas tranquilas. No entendía de felicidad animal, pero creo que aquel hogar les sentaba bien.

En verano había que andarse con cuidado. Aunque las moscas siempre les servían de compañía, cuando apretaba el calor molestaban más. Y la cola de las vacas era el instrumento perfecto para sacudírselas de encima. Por eso no había que andar muy cerca de ellas allí en la cuadra. El radio de acción de aquellos rabos era considerable. Si te pillaba desprevenido, lo mismo te hacía una avería. El coletazo era contra las moscas, pero podía haber daños colaterales.

A mí me gustaba bajar a la cuadra. Era otro mundo. Recuerdo el interruptor de la luz, de esos blancos que se giraba noventa grados, para que la bombilla alumbrara la estancia. Recuerdo que en invierno los animales daban calor y que se agradecía. Hoy aquella cuadra (la de las vacas, que era diferente de la de las gallinas) es un txoko. Cuesta repensar el espacio para devolverlo a como era hace 50 años. Pero sí, allí estaban los animales.

Artículos relacionados

2 comentarios

Iñaki Murua 11/12/2021 - 13:15

Con esta entrada, Julen, me has recordado mi infancia, cuando íbamos con frecuencia al caserío de mis tíos en Erletxes (hoy día el caserío no existe, derruido entre tanto nudo de carreteras). A mí me daba un poco de «respeto» entrar a la cuadra, así que imagina el susto el día que la vaca se había soltado, jeje. Por cierto, en los últimos años, la cuadra se había reconvertido en txoko también.

Responder
Julen 12/12/2021 - 05:44

Yo, en cambio, siempre tuve mucha confianza con las vacas. No sé, me parecían animales nobles. Quizá como mi abuelo las tenía en estima, a mí me ocurría lo mismo.

Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.