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09 Vila Nova de Foz Côa – Figueira de Castelo Rodrigo #PortugalMTB – Consultoría artesana en red

09 Vila Nova de Foz Côa – Figueira de Castelo Rodrigo #PortugalMTB

by Julen

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Decir Vila Nova de Foz sería decir poco. El caso es que si le añades Côa, así, con txapela encima de la letra «o», entonces ya pasa a la categoría de Patrimonio de la Humanidad. ¿Por qué? Por los vestigios de arte rupestre que se encontraron a finales de los años 80. Vamos, a tiro de piedra si hablamos en términos de eras cronológicas de la humanidad. El caso es que se han descubierto «miles de dibujos grabados de caballos, bóvidos y otras figuras animales, humanas y abstractas, que se remontan a los años 22.000 a 10.000 A. C.». Ahí es nada la broma. Todo en el valle del río Côa.

Como decía, sobre todo hay grabados del Paleolítio Superior que representan animales con restos de ocres rojo y amarillo que, junto con el magnesio que también ha aparecido, podrían indicar que estuvieron coloreados (vale, vale, estoy copiando). Ni rastro de representación de bicis entre los grabados. Esto llegaría más tarde. Existe un Parque Arqueológico en el que se pueden concertar visitas guiadas, incluso por la noche o en kayak.

La tarde se puso un poco seria, con algún que otro trueno y unos nubarrones bastante amenazantes. Finalmente no llovió. Tuve que esperar hasta las 17:30 para entrar en la Pousada da Juventude en la que había reservado habitación. Se ve que limpian tarde. Pasé el rato en una terraza de un parque, con los niños jugando al escondite y los mayores a gritar más que ellos. Cuando regresé a la pousada, en recepción se equivocaron al cobrarme y tuvimos casi un drama. Vaya agobio y mala hostia se pilló la chica que atendía. Por cierto, ni una triste botella de agua que comprar allí. Para cenar finalmente me decidí por una pizza en un bar cercano al hotel.

Aproveché lo que me quedaba de día para terminar En tu vientre, de José Luis Peixoto. Me ha encantado. Sé que no es para cualquiera porque tomar como argumento la aparición de la Virgen de Fátima, asunto serio aquí en Portugal, tiene su aquel. La narración alterna la visión de Lúcia, una de las niñas protagonistas de la visión (junto a Francisco y Jacinta), con la de Maria, la madre, y alguien que suponemos es Dios, que de vez en cuando nos habla en forma de versículos. Ahí es nada la broma. El texto es delicado, con una sensibilidad de género muy cuidada y toda una reflexión sobre la maternidad. En fin, si Galveias fue un descubrimiento, En tu vientre va a hacer que siga leyendo el resto de la obra de Peixoto. Al menos la traducida a castellano.

La etapa de hoy me saca por fin del Trás-os-Montes de Julio Llamazares y me conduce a la Grande Rota das Aldeias Históricas. Será una oportunidad para tomar referencias de Saramago en su Viaje a Portugal. Esta ruta ya la intentamos pedalear el año pasado, pero llegó el confinamiento en marzo de 2020 y nos cambió la vida. Hoy viajamos hacia La Raya primero y luego hacia el sur para pasar casi al final de la etapa por Castelo Rodrigo, la primera de las aldeias que iremos conociendo. En total son doce, que se pueden unir a través del GR22. Yo me tomaré alguna licencia porque no voy a hacer un recorrido circular, ya que mi idea es cruzar a España por Cedillo en un viaje que me conducirá al pasado. Historias de emigración.

Tras un desayuno frugal, empezamos la jornada bajando a toda pastilla a un puente que cruza el río Côa, muy cerca ya de donde entrega sus aguas al Duero. Así que toca subir, primero por la carretera y luego por el GR45, que nos deja muy cerca de Castelo Melhor. Subimos hasta las ruinas del castelo desde donde, por supuesto, hay unas vistas excepcionales. Iba a parar a tomar algo en el café bar Paleolítico, pero estaba cerrado. Lástima. Me entero, eso sí, que Alfonso IX en 1209 concedió al pueblo el mejor foro que podía darle en todo su reino. Vaya nivel.

Continuamos ruta. Cogemos una carretera que, marcada como nacional, está en ruinas, como el castelo que acabamos de visitar. Eso sí, avisan que a los 10 kilómetros no hay salida. O sea, carretera nacional a ningún lado o algo así. Yo no llego al final porque tomo una pista entre olivos y vides que me ofrece una vista espectacular de un meandro del río Duero.

Enseguida llegamos a Barca D’Alba. El puente luce estupendo con sus barcazas de recreo prestas a cargar turistas. De las dos que están atracadas, una de ellas parece de cierto nivel. Supongo que harán cruceros (o algo así) por el río.

No descubro nada nuevo si os digo que, estando aquí junto al Duero, no espera ahora sino una buena subida. La carretera es entretenida, con buenas vistas. No esperéis grandes novedades: vides y olivos, olivos y vides. Llegamos al Alto de la Sapinha. Vale, hay un mirador, pero llamarlo alto cuando quedan casi 200 metros más de ascenso, no sé yo.

Poco después me adelanta un kamikaze en un Mercedes deportivo. Un tipo que venía enfrente con su tractor al tran tran flipa como yo y se lleva las manos a la cabeza. Pues esto es lo que tenemos, buen hombre.

La subida termina en Escalhão, donde hacemos nueva parada técnica. Aquí también forran los troncos de los árboles a ganchillo. Por cierto, el otro día no lo comenté, pero en Irala, un barrio de Bilbao, sé que también lo hicieron. No sé si los mantendrán. Ya inspeccionaremos a la vuelta. Me siento en una terraza al lado de la iglesia a ver pasar los autos. No, no he visto más kamikazes al volante. Bueno, un local ha arrancado su todo terreno quemando rueda. Había chicas de por medio, creo.

Cuando voy a marchar se me cae el móvil al suelo. En una esquina del cristal ha quedado un buen recuerdo del trompazo. Me quedo pensando lo que dependo del móvil en un viaje como este. Desde aquí consulto todo y es mi medio para escribir y publicar los posts. En el GPS tengo los tracks, pero en realidad los gestiono desde el móvil. Eso sí, casi todo está en la nube. Pero el suceso me ha hecho tomar conciencia de lo que dependo, en un viaje como este, del móvil. Qué tiempos aquellos en que viajábamos con cartografía de papel.

En fin, seguimos ruta hacia Mata de Lobos y luego hacia el convento de Nossa Senhora de Aguiar, ya a los pies de la primera de las aldeias históricas que nos vamos a echar al pedal: Castelo Rodrigo. Saramago decía que la iglesia del convento merecía la pena. Estaba cerrada, pero acercarme hasta allí me hizo descubrir que la hospedería del convento es un alojamiento bike friendly. Curioso.

Para acceder a Castelo Rodrigo hay que subir una cuesta de casi un kilómetro al 12%. Lo especial es que es ¡una recta! Vista desde abajo impresiona lo suyo. A disfrutarla.

Saramago se encontró un Castelo Rodrigo con «media docena de
personas, todas de edad avanzada, mujeres cosiendo a la puerta, hombres mirando al frente, como quien se descubre perdido». Yo solo vi turistas. Pocos, la verdad, pero allí no vi a nadie que se dijera del lugar. Los tiene que haber porque hay viviendas, pero no sé cuántas serán de ocupación permanente.

El sitio tiene su encanto. Arriba el castillo en ruinas y alrededor de él callejuelas empedradas y casas, de más o menos porte, de granito. Un paseo de ronda circunvala al completo el pueblo. Al final, me he quedado un buen rato comiendo algo porque solo quedaba bajar hasta Figueira, que estaba al lado. Hubiera estado más rato, pero unas moscas insoportables y una avispa que me había cogido cariño han acelerado la huida.

La bajada a Figueira ha sido fulgurante. Hemos adecentado un poco la bici para entrar en el hotel, que es de esos antiguos en un edificio muy aristocrático. Ni hablar de meterla en el cuarto. Ya me ha dicho la señora de recepción que no quiere que le raye nada. Sí, sí, como usted diga. Pues eso, que me la guarda en el bar del hotel. Espero que no se dé a la bebida. No podría soportarlo.

Kilómetros totales hasta esta etapa: 640,07.
Metros de desnivel acumulado hasta esta etapa: 11.620.

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📷 Fotografías de la ruta cargadas en el álbum de Flickr.

📚 Lee todos los artículos relacionados con esta ruta.

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4 comentarios

Iñaki Murua 26/07/2021 - 21:18

Aquí, poniéndome al día de tus aventuras, Julen.
Lo de los árboles y el ganchillo… creo haberlo visto también en el Barrio del Oeste en Salamanca.
¡Buen viaje!

Responder
Julen 27/07/2021 - 19:35

Va a ser viral

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Alberto 27/07/2021 - 03:57

Con un océano por medio, sigo tú ruta con un punto de envidia (sana). A ver si en la siguiente, ambos en un nuevo estado, coincidimos. Buena ruta, bandido

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Julen 27/07/2021 - 19:34

Tiempo al tiempo, no hay que perder la esperanza

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