Viaje a Portugal en bici de montaña

Estos últimos años Portugal ha estado en el punto de mira de mis viajes en bici de montaña. Comenzamos en la primavera de 2016 con una ruta sureña. El Algarve fue nuestro destino, una ruta que nos llevó desde la frontera hasta el Cabo de San Vicente por la costa con itinerario de vuelta por el interior, compartiendo ruta con nuestros amigos onubenses. A partir de aquel viaje, en parte contagiados por la pasión de Juan Manuel por el país vecino, siguió creciendo el interés por continuar pedaleándolo.

A la ruta por el Algarve le siguió otro «extraño» viaje por el Alentejo. Días antes de comenzar aquella ruta tuve el infortunio de caerme de la bici y lastimarme la rodilla. A pesar de que lo intenté, solo pude recorrer con Juan Manuel y con Alberto la primera de las etapas que habíamos previsto. Eso sí, como me había llevado el coche, pude acompañarles en su ruta ciclista. Así que quedó algo pendiente.

El año pasado estaba realmente muy ilusionado con otra ruta portuguesa: la de las Aldeias Históricas. La pandemia quiso que tuviéramos que abortar el proyecto. Quedó pendiente hasta que volviéramos a la nueva normalidad. O sea, que anda por aquí un cierto gafe, como podéis comprobar. Los dos últimos intentos no han llegado a buen puerto. Ya, pero no hay dos sin tres. Y puestos a tropezar con la misma piedra, vamos a ver si en verano nos vamos para allá a pedalear lo que en anteriores ocasiones no hemos podido. Será una buena disculpa para releer Viaje a Portugal, de Saramago, y Trás-os-Montes, de Julio Llamazares. Y a ellos añado Galveias, de José Luis Peixoto, con el que estoy ahora.

El plan es acercarme hasta Zamora en autobús y desde allí pedalear hasta Puebla de Sanabria, enlazando previamente con el Camino Sanabrés, una vía que conduce a Santiago desde Granja de Moreruela, en la Vía de la Plata. Esto supone entrar a Portugal desde el norte. Poco a poco, en dirección sur hacia la región de Tras-os-Montes, tengo intención de retomar parte del GR22, la Grande Rota das Aldeias Históricas, a partir de Castelo Rodrigo. Según mi idea actual me llevaría a finales de etapa, por ejemplo, en Trancoso, Manteigas, Sabugueiro, Piodão y Castelo Novo. Incluiré quizá también alguna ruta circular de por medio, seguramente en Manteigas, que cuenta con un centro BTT.

Seguiría ruta hacia el sur para entrar en el Alentejo y llegar hasta Portalegre con paso previo por Galveias, claro está. Os decía que estaba leyendo la novela de José Luis Peixoto, dedicada a su pueblo, un pequeño municipio cerca de Ponte de Sor. Habrá que pedalear por sus calles, ¿no?

A partir de ahí tengo mis dudas sobre cómo continuar el viaje. A día de hoy creo que lo más probable es que cruce la frontera para volver a pedalear algunas etapas de la Cicloextremeña. Si hace tres años la recorrimos en sentido antihorario, esta vez podríamos hacerlo tal como sus autores recomiendan, que en mi caso sería tomar dirección norte desde Alcántara hasta Aldeanueva del Camino. Incluiría, cómo no, lo que denominan la «zona oscura», un tramo que en 2018 no recorrimos.

El Camino Sanabrés, el entorno de Puebla de Sanabria, Trás-os-Montes, parte de la ruta de las Aldeias Históricas, el Alentejo, Extremadura… lo cierto es que pinta bonita la ruta, ¿verdad? Si no surge otro imprevisto que anule planes, será en verano de este año 2021. Esperemos que el coronavirus se porte bien y lo vayamos venciendo. Verano querrá decir calor. El Alentejo y, en general, la zona interior de Portugal son sinónimo de elevadas temperaturas en esas fechas. Habrá que tenerlo en cuenta. El paisaje es más agradecido en primavera, pero, en fin, entiendo que cada estación tiene su encanto. Disfrutaremos lo que podamos.

La intención es pedalear durante tres semanas o quizá un poco más. Ya veremos lo que nos de da sí la ruta. Como siempre, ya se me escapa la sonrisa y el buen humor, ahora que poco a poco he comenzado a prepararla. Si luego, como ya sucedió el año pasado con la ruta de las Aldeias Históricas, no se puede, pues eso que nos llevamos: los buenos ratos leyendo a Saramago, Llamazares o Peixoto, trabajando el diseño de los tracks y las alternativas de la ruta, o decidiendo qué merece la pena ver. Sí, esto es ya parte del viaje, ese que comenzamos en nuestra imaginación.