Flandes, territorio ciclista

by Julen

Seguramente que Flandes se ha sabido ganar un lugar en una hipotética lista de destinos ciclistas preferentes. La cultura ciclista impregna cada rincón de esta compleja región a camino entre Bélgica, Francia y Alemania. Ya no es solo que uno de los cinco monumentos sea el Tour de Flandes, sino que de aquí han salido nombres tan ilustres como el de Eddy Merckx o el de Remco Evenepoel, por ir al pasado y al presente del ciclismo profesional. Pues bien, gracias a la colaboración que desde el principio mantengo con la revista Andar en Bici / Bizikletan (adivina quién soy de los que salen en portada jejeje), me he venido a pedalear tres rutas por los alrededores de Lovaina.

Dentro de las actividades de promoción del turismo cicloturista y relacionado también con el hecho de que el Campeonato del Mundo de Gravel va a tener lugar en octubre de este año aquí en Flandes, nos han invitado a pedalear por estos adoquines. Venir hasta aquí y no pisar pavés es imposible. Cualquier persona aficionada al ciclismo tiene en la retina las estrechas carreteras rurales de esta región.

Ayer nos vinimos en avión hasta Bruselas y desde ahí cogimos un tren a Lovaina, que va a ser nuestro cuartel general para estos tres días de pedaleo. Hoy lo haremos por buena parte del circuito del Campeonato del Mundo de Gravel, mientras que el sábado y el domingo lo emplearemos para rodar por un par de rutas circulares con salida y llegada en Lovaina. Están entre las cuatro sugeridas por el sitio web oficial de Turismo de Lovaina. Venimos, claro está, con la idea de rodar suave, disfrutando de cada momento. Además, nos acompañan buenas previsiones climatológicas. Ya era hora de que me tocara buen tiempo porque las últimas experiencias han sido pasadas por agua.

Especial ilusión me hace visitar el lugar de nacimiento de Eddy Merckx. Cuando nos pasaron los tracks de las rutas, vi que una de ellas pasaba cerca de Kiezegem. ¿A qué me sonaba ese pueblo? Mirando en Google Maps descubrí el pastel: allá en el número 29 de la calle Tieltsestraat existía una escultura del “caníbal” sobre su bici y que aparecía en cierta forma como un pequeño lugar de peregrinación para quienes somos forofos de las dos ruedas.

Sin embargo, ahora la «oferta» ha crecido. En marzo de este año se ha añadido un mural que forma parte de un proyecto de arte callejero impulsado desde el Área de Turismo de la región: Young Cycling Violence. Es el primero de una serie prevista de diez murales y se ha pintado sobre la fachada del Café ‘t Klein Verlet, a apenas 50 metros de donde nació Merckx. La parte creativa del proyecto corresponde a Treepack, un colectivo especializado en la transformación del espacio público a través de un arte accesible e inspirador, que para esta ocasión colabora con artistas nacionales y extranjeros.

Estas tres rutas nos van a permitir saborear los paisajes típicos flamencos: inmensos bosques trabajados por la mano del hombre, lomas onduladas, algún que otro «muro» (sin exagerar, que no somos Mathieu Van der Poel y compañía), estanques y zonas pantanosas, castillos, abadías y hasta un Museo Real de África, símbolo una época oscura pero en busca de su reinvención hacia el futuro.

La tarde de ayer en Lovaina nos sirvió para darnos cuenta de que estamos en una ciudad universitaria muy animada. Con el buen tiempo las terrazas estaban a reventar. Cenamos en el Troubadour, un restaurante del centro. Pues bien, a las 19:15 nos tocó esperar un rato porque estaban todas las mesas ocupadas. Nuestro hotel está integrado en el barrio del Gran Beaterio, que data del siglo XIII y que tuvo su apogeo en el XVII. Es muy agradable pasear por el entramado de calles, plazas, jardines y parques, con decenas de casas y conventos que lucen el tradicional ladrillo en sus fachadas. En 1998 este Gran Beaterio, junto con otros 12 beaterios flamencos, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Más adelante publicaremos dos artículos en sendos números de la revista. Uno se centrará en lo que ofrece el recorrido del Mundial de Gravel y el otro describirá las otras dos rutas. De verdad que me siento afortunado por poder compaginar mi actividad profesional con esta ¿segunda? actividad. En breve os comentaré los planes para el verano, que pasan por irme, por fin, a pedalear durante tres semanas por Noruega.

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