Este pasado miércoles día 28 tuve la oportunidad de dar una conferencia sobre transformación digital responsable en la Asamblea anual de APTES. Disfruté mucho mientras la preparaba y también después a la hora de explicarme y conversar con quienes estaban presentes (vía Zoom en este caso). El grupo incluía personas de distintas organizaciones, todas ellas desde ópticas diferentes unidas por un trabajo en torno al bienestar y la confianza de las personas que trabajan o a las que se prestan servicios de la mano de las tecnologías y el diseño. El apellido «social» impone mucho si lo añades a la tecnología y también al diseño. APTES se presenta de esta manera:
Somos personas y organizaciones agrupadas para dar una respuesta a retos sociales a través del Diseño Social y la Tecnología Social. Trabajamos en el ámbito del bienestar y de la confianza.
El Diseño Social es la incorporación de innovaciones, en una comunidad, personas e instituciones, en los modos de relación, en la gestión de los recursos y en el intercambio de valor mutuo, con el objetivo de elevar la riqueza social.
La Tecnología Social es la respuesta satisfactoria a necesidades de las personas y se logra a partir de la hibridación del conocimiento que aporta el ámbito científico-tecnológico y el ámbito de las ciencias sociales y humanidades.
En mi presentación y también en la conversación posterior se nos coló el término «desasosiego» asociado a las tecnologías ubicuas con las que convivimos. No hay plan B, no hay forma de desconectarse porque la tecnología digital está ya unida a nuestras vidas. Lo físico se ha hecho digital y no hay forma de despegarlo porque ya no es «añadido» sino que viene en origen. Somos digitales por vivir en 2021, lo queramos o no. No parece posible huir de una realidad omnipresente.
Después de la conferencia estuve repasando un libro que leí hace ya un tiempo: Tecno-estrés. Ansiedad y adaptación a las nuevas tecnologías en la era digital, de José María Martínez Selva. No lo incluí entre las referencias de la conferencia. En próximas conferencias tengo que extraer algunas ideas de este libro que, por cierto, tiene ya diez años. ¿Lo que podíamos escribir en 2011 sigue vigente hoy?, ¿se ha incrementado la sensación de estrés o al convivir con la tecnología? O, quizá, por contra, ¿acaba mimetizándose con lo que somos y en cierta forma se humaniza? ¿Somos humanos en tanto las tecnologías nos hacen evolucionar o afrontamos un futuro distópico en el que esas tecnologías degradan nuestra condición humana?
Quizá para nuestra salud mental sea mejor extraer el elixir del optimismo y considerar que la evolución nos define como seres humanos y que la tecnología va dentro de ese paquete evolutivo. Nada que no haya sucedido antes. La historia de la humanidad es progreso tecnológico. Sí, pero ¿la aceleración actual rompe la baraja y nos aboca a un escenario cualitativamente diferente? ¿Vivimos en la era del tecno-estrés y la enfermedad –el estrés lo es– comienza a agravarse sin remedio? ¿Nos podemos curar del tecno-estrés en un mundo de obsolescencia programada, renovación constante, analítica masiva e inteligencia artificial?
Aunque le dedicaré un post completo al libro de Martínez Selva, con la clásica colección de citas, adelanto estas tres para intentar haceros pensar un poco en todo esto:
Uno se da cuenta de que algo ha cambiado cuando observa que no puede manear determinados utensilios con la misma sencillez de antes.
No se puede vivir bien sometido a la tiranía del presente y de lo inmediato, a la idea de que todo lo más nuevo o lo más rápido es lo mejor, sin tiempo para dar coherencia y perspectiva a todo lo que sucede y a lo que se piensa hacer. Los nuevas tecnologías han acelerado nuestro ritmo de vida y lo han desconectado de perspectivas más integradoras que ayuden a darle un sentido.
Tratamos al ordenador como si fuera una extensión de nuestro cuerpo. Pensamos que poseemos sobre él el mismo tipo de control voluntario que sobre nuestras manos, brazos o piernas. En realidad, en muchas tareas somos nosotros la prolongación del ordenador, lo que nos obliga a estar a su servicio con rapidez y eficacia extremas. Controlamos los procesos mucho menos de lo que creemos y las máquinas nos controlan mucho más de lo que parece.
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay.
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[…] debate sobre transformación digital responsable que mantuvimos en su última asamblea general. Ya mencioné esta colaboración hace unos días cuando mencionaba el lado oscuro que también existe…. Es algo más de hora y cuarto, entre la presentación de Adriana, mi conferencia y el debate […]