¿MONDRAGON en crisis?

¿Una crisis puede provocar la crisis de un modelo de gestión? Desde luego que la cuerda se tensa con la crisis y es entonces cuando, al descender el nivel de las aguas, afloran las evidencias de una forma de hacer empresas y de gestionarlas. ¿Es MONDRAGON un modelo maduro en sus estructuras, en sus negocios, en sus fórmulas de participación? El tiempo dará y quitará razones.

De momento, las páginas de los periódicos están salpicadas un día sí y otro también del terremoto que parece acontecer entre las cooperativas de MONDRAGON. Hoy mismo, El Correo Digital recoge la retahíla de medidas que se están proponiendo:

Desde hace cerca de 20 años me vengo moviendo de diferentes formas alrededor de las cooperativas de MONDRAGON, antes Mondragón Corporación Cooperativa. Desde mi humilde perspectiva, comparto algunas apreciaciones tras este largo deambular:

• MONDRAGON es un modelo heterogéneo dentro de su homogeneidad. Las cooperativas de MONDRAGON pueden parecer un bloque monolítico desde fuera, pero son diversas en la geografía de lo local. La forma en que se vive el cooperativismo es muy diferente en el Alto Deba o en la periferia vizcaína, por ejemplo. Esto tiene sus implicaciones desde el punto de vista de las soluciones. Quizá el diagnóstico no pueda ser el mismo para todas las cooperativas.
• MONDRAGON es una corporación que hace prevalecer el consenso en la toma de decisiones (anclada en la idea de mismo tiempo y mismo espacio) frente a la velocidad. Es un modelo de fuerte cohesión social interna, a pesar de que luego, dentro de la cooperativa, la tensión social es evidente.
• Los negocios que han crecido con las cooperativas representan sectores que han gozado de una clara expansión de oferta productiva. Automoción o electrodoméstico son un buen ejemplo. En muchos lugares escuchas la expresión «negocios maduros», pero lo más delicado es concebir «negocio» no como un sector sino como una forma de hacer empresa y gestionarla. ¿Es MONDRAGON un modelo de negocio maduro? Desde luego que lo que no ha cambiado apenas son los estatutos sociales de las cooperativas. Si comparamos cualquier ejemplar de los años 60 ó 70 con alguno de los actuales, veremos que son muy demasiado parecidos.
• Los principios básicos de las cooperativas de MONDRAGON se inscriben en una sociedad que ha ido mudando estilos de vida. ¿Han co-evolucionado esos principios con la sociedad? El orgullo de disponer de un modelo de hacer empresa es importante, pero la sociedad puede aceptarlo mejor o peor, según «enganche» con el momento presente.
• Las cooperativas de MONDRAGON se han dotado de modelos de gestión sólidos, atados al PDCA. Sistemática y trabajo duro. Incluso podríamos decir que con mucho más enfoque racional que emocional, por mucho que se lleve tiempo trabajando modelos de desarrollo personal y profesional que hurguen en la integridad de la persona. Trabajar en MONDRAGON es sacrificio, no parece cosa divertida.
• El criterio de asamblea como máxima expresión de la voluntad social ha perdido valor al crecer las cooperativas. Cuando el número de Dunbar suponía un límite lógico, tenía sentido. Cuando las cooperativas han crecido en línea con la expansión de sus mercados, el modelo quiebra. Además, surgen diferencias internas: muchas cooperativas industriales asisten a peleas entre su «mano de obra directa» y su «mano de obra indirecta». El negocio de fabricar pesa demasiado.
• MONDRAGON también ha modificado las fórmulas de socialización que ofrece a sus personas. Si antes participar como socio suponía una inversión personal, una apuesta con cierto riesgo en un proyecto empresarial, eso ahora es ciencia ficción en el 90% de los casos. Formar parte como socio de una cooperativa es un lento vía crucis donde la persona pasa por el tradicional calvario previo de becario, contrato por cuenta ajena de diverso tipo y socio de duración determinada. La confianza en la persona está sujeta a la bonanza del ciclo económico y a lo bien que vayan las cosas en la cooperativa.

Dicho todo lo anterior, ¿MONDRAGON como modelo está en crisis? Seguramente. Como el resto de la economía, pero no sólo. ¿Por qué MONDRAGON no está presente en negocios relacionados con la web social por ejemplo?, ¿por qué su modelo de emprendizaje parece tan poco «emprendedor» si lo comparamos con los vientos que corren allá fuera?

Seguramente que MONDRAGON saldrá de la crisis y de su crisis. ¿Por qué lo digo? Porque persiste la voluntad de las personas de actuar colectivamente a través de sus cooperativas. Esto sí que me parece algo diferencial en este modelo. Algo que es muy complicado de ver en este mundo. Aunque los valores de la sociedad-red van a poner en cuestión algunas de las premisas básicas de este modelo. Si a ello le unimos la crisis financiera y de mercado, quizá podamos vislumbrar un cambio de paradigma para el cooperativismo de esta zona del sur de Islandia.

Otras entradas en este blog sobre las cooperativas y MONDRAGON:

• Cooperativas P2P
• ¿Cooperativas enfermas?
• ULMA, un caso atípico en MONDRAGON
• Cooperativismo hiperlocal