Propiedad, empresas cooperativas y Athletic de Bilbao

by Julen


Disculpas anticipadas por el supuesto batiburrillo de temas. Espero que se entiendan las conexiones.

En las bases del cooperativismo de MONDRAGON que que he conocido hay un valor que se maneja con cierta frecuencia: el de la propiedad. El sistema basa en buena parte el control sobre los medios de trabajo y sus resultados a través de la idea de ser y sentirse propietario. Parece que en la medida en que las personas se hacen propietarias de algo (un proceso de trabajo, un medio, un objetivo) su compromiso con ese algo se incrementa. Consecuencia: mejor rendimiento, mayor productividad en el trabajo de la empresa cooperativa. Podemos leer en documentos de MONDRAGON:

Se trata de una organización comprometida con el entorno, la mejora competitiva y la satisfacción del cliente, para generar riqueza en la sociedad mediante el desarrollo empresarial y la creación de empleo, preferentemente cooperativo, que:

  • Se basa en compromisos de solidaridad.
  • Utiliza métodos democráticos (una persona, un voto).
  • Impulsa la participación en la gestión, los resultados y la propiedad.
  • Promueve la formación y la innovación.
  • Aplica un modelo de gestión propio.


En la última versión del modelo de gestión de MONDRAGON se insiste bastante en la idea de «personas en cooperación» y se utiliza el concepto de «copropietarios comprometidos«. La copropiedad serviría para que las personas acometan empresas de forma cooperativa. Más en concreto se habla de «propietarios del trabajo y de sus frutos«.

En todo el planteamiento de nuestro grupo de investigación sobre empresa abierta (ObEa) subyace la idea -quizá todavía por concretar- de compartir sobre la base no tanto de sentirse «copropietarios» de algo, sino mirando al procomún. Y de forma paralela a esta tensión entre propiedad y procomún, creo que aparece también la dicotomía entre el lucro y una idea más amplia de «social». Así, me parece que la propiedad compartida como motor de generación de riqueza ligada al lucro como objetivo empresarial han generado un pozo de aguas turbias donde es complicado salir a flote con dignidad.

Ganar dinero suficiente es una cosa. Ganar dinero más que suficiente es otra. El límite entre suficiente y más que suficiente no admite leyes universales, pero todos sabemos que tiene que ver con cuestiones éticas y morales. Porque las desigualdades continúan agrandándose entre las personas en un mundo (el primer mundo) que permite estar bien informado a quien quiere y sabe moverse con habilidad entre la infoxicación reinante. Las desigualdades pueden tener que ver con comparar salarios en una empresa, pero también con comparar responsabilidades y oportunidades en ellas. Las personas medianamente informadas nos rebelamos, como no podía ser de otra forma, contra las desigualdades injustificadas que percibimos.

La propiedad privada a través de las empresas ha conquistado la sociedad presente. Hoy muchas empresas quieren utilizar Internet (1) para asegurar esa conquista. Cuidado. Internet permite transacciones más fáciles y reducciones de costes a través de la digitalización pero al mismo tiempo ha hecho emerger unas leyes que no son las de la propiedad privada y el ánimo de lucro desbocado. La gente comparte cosas porque le da la gana. Y es evidente que cuando media un interés monetario en las transacciones muchas veces sucede que se pierde el interés, que las cosas «ya no son igual», que cuando hay dinero de por medio sale, desgraciadamente, lo peor de cada casa. Sobre todo, esto sucede cuando la iniciativa parte de «la empresa».

Pero la propiedad privada es una de las bases de nuestra cultura. Nos han machacado en la sociedad de consumo para hacernos compulsivos poseedores de cientos de artilugios. La personalización y el micromarketing han hecho su trabajo y nos han dicho: puedes tener tu propio artilugio, único y exclusivo para ti. Ese artilugio te diferenciará de tus semejantes, te hará ser más tú mismo. Aquí tienes tu Mac, tu ipod, tu coche. Ahí, en esos objetos, te reconocerás. En la medida en que seas propietario de ellos, en esa medida, podrás ser tú mismo.

Hoy las tierras del procomún son objeto de análisis desde diferentes perspectivas. Está el Medialab del Prado donde sé que mi admirado Antonio Lafuente empuja lo que puede, Tíscar Lara me explicó su fantástico proyecto de aplicar las ideas del procomún a la producción audiovisual, allá en California Howard Rheingold mueve muchas cosas a través del The Cooperation Commons, David Bollier también mueve conciencias desde onthecommons.org. Pero, ¿qué pasa con las empresas?, ¿son el enemigo público número uno del procomún porque su obsesión por el lucro arrasa cualquier seña de racionalidad?, ¿también las cooperativas están enfermas de este mal porque siguen manejando la idea de propiedad?

En buena parte, la idea de lo público está en horas bajas. Privado igual a eficiente. Público igual a corrupción, pasotismo e ineficiencia. Si quieres que algo funcione, privatízalo. ¿La cultura? La cultura también. Privatízala. Que funcione como los nuevos referentes de éxito del siglo XXI: museos Guggenheim o logotipos de Iberdrola y Movistar en los pañuelos de la Aste Nagusia (la Semana Grande) de las fiestas aquí en Bilbao. ¿No hay otra manera? Si la gente quiere pañuelos y los quiere gratis que pague publicidad. La cultura se mantiene por la publicidad. El Athletic de Bilbao no va a poder mantenerse si no luce el logo de Petronor en su camiseta. Esta es la realidad, ¿no? ¿Quién es propietario de un equipo de fútbol? ¿Acaso puede y debe usarse el término «propiedad» o quizá debiéramos considerarlo como «procomún», algo que comparte cierto grupo de gente pero a lo que no puede aplicarse la idea de propiedad?

¿Llegaremos a ver como Petronor es propietaria del Athletic de Bilbao? Lo social y lo económico se darían la mano… o quizá no. ¿Quién gana?, ¿quien ha generado más beneficios económicos?, ¿quien ha conseguido un logro social o deportivo?, ¿podrían ser objetivos contrapuestos?
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(1) Recomiendo la lectura de estos dos estupendos artículos de Juan Freire: Internet como procomún y Mozilla y Creative Commons: ¿estrategias empresariales para el procomún digital?

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10 comentarios

Ptqk 25/08/2008 - 11:39

Genial síntesis de muchas cosas!! Sí, es dificil bucear aquí y salir con alguna certidumbre…
Me hubiese encantado ver los pagnuelos de la Aste Nagusia con logos; lo que me extragna es que no sea el de la BBK (igual no quiere asimilar su imagen a Bilbao solamente, porque quiere seguir siendo «el banco de los vascos») 😉
Saludos desde Berlin donde ya es invierno (este es un pais muy «avanzado»!) 🙂

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ivan 25/08/2008 - 15:03

no soy futbolero,pero creo que la LIGA,se va a llamar Liga BBVA….

salu2

Iván

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Germán 25/08/2008 - 16:21

Interesante reflexión Julen. Como afirmas, no hay leyes universales para discriminar el «más que suficiente». Intuyo que los jugadores de fútbol de primera división, entre ellos los del Athletic, considerarán suficiente disponer de un Ferrari de última generación.
No les critico por ello. Yo también dispongo de muchos bienes que serían considerados habitualmente como «más que suficientes».
Las empresas son el reflejo de las personas, no algo distinto de ellas. Si las empresas activan el lucro es porque a las personas nos apetece.
Crear espacios comunes es el reto, pero es tarea de las personas. Echar la culpa a las empresas es pensar que el problema no es nuestro. Opino.

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BIHURGUNEA 25/08/2008 - 23:02

Este post me recuerda a las clases de microeconomia, a las curvas de utilidad, que son la consecuencia del valor que una persona da a un bien o servicio, y es que cuando hablamos de personas tal como comenta German, debemos hablar de que los valores son relativos a cada individuo. Sin embargo teniendo en cuenta que en configuración social actual han potenciado el concepto de que lo suficiente, no es tal. Tal vez siguiendo los argumentos de Javier Echevarria, la importancia de trabajar sobre una nueva configuración en la que se definan valores que aumenten las posibilidad de desarrollarnos sosteniblemente.

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Julen 26/08/2008 - 06:35

ptqk, gracias. Cuando estuve hace un par de años en Alemania durante todo un mes de agosto creo que la media fue de 13 grados y un par de horas de lluvia al día siendo rácano en la estimación. Ten cuidado, no vayas a encoger 😉
Respecto a los pañuelos de la Aste Nagusia, sería un bonito ejercicio buscar cómo fueron fabricados y llegaron a los cuellos de toda esta gente jatorra.
ivan, esa ha sido ya la liga de Segunda División, creo.
german, toda la razón en tu última frase. Aquí cada cual tenemos que asumir nuestra parte.
bihurgunea, es una responsabilidad compartida la de rebajar los niveles de «suficiente», pero en eso las empresas juegan en la dirección contraria, porque su trabajo es generarnos necesidades. Complicado panorama el que tenemos por delante.

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M@k, el Buscaimposibles 27/08/2008 - 07:18

Que digo yo, que ya que Petronor va a patrocinar al A. de B., y BBVA la liga (la de 1ª también, ¿no has visto el anuncio con todos los entrenadores de 1ª?), pues que la Diputación de Vizcaya y el Gobierno de España y los ayunamientos y diputaciones de todo el país podían dejar de echar dinero a los sacos sin fondo de los clubes, ¿no?

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Ptqk 28/08/2008 - 10:57

Pues si Mak, eso tambien es cierto. Un recuerdo de mi infancia es que cada vez que tocaba pagar la cuota del club mi madre amenazaba con el divorcio. Me he quedado traumatizada con el asunto 🙂

Porque anda, que lo de construir un campo con el dinero de todos para un equipo siempre a punto de bajar a segunda… Ya se que que en esto no tengo apoyo alguno pero no importa. En la facultad me ensegnaron que la democracia no es el gobierno de la mayoria sino el respeto de las minorias.

pues si, julen, igual me encojo. lo que me faltaba, encima que abulto poco. 🙂

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Lula Towanda 30/08/2008 - 23:27

Maldito parné, como le decían a María de la O.

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Consultoría artesana en red » Fútbol para comercializar corazones 02/08/2010 - 06:45

[…] Petronor saca pecho y se acerca al corazón de los hinchas del Athletic de Bilbao. La equipación de la nueva temporada incluye opciones: primera, segunda y tercera opción. Compra identidad y pasión. Sé hincha de verdad a mayor gloria de la caja registradora. Fútbol que, sin más, muestra el camino: compras y eres tú mismo. En este caso, por cierto, una compra donde los niños señalan con el dedo y los adultos son presa emocional fácil. No hay opción: bienvenidos a la adulescencia, participa de la fiesta y cómprate tú también una equipación oficial de tu equipo del alma. […]

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Consultoría artesana en red » Sobre la propiedad de las empresas 27/11/2011 - 09:07

[…] reflexiones sobre la propiedad en este blog:  Propiedad, empresas cooperativas y Athletic de Bilbao. Otro artículo de interés: Trabajo cognitivo, cooperación, democracia, de Alfonso Vázquez. Be […]

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