He terminado de preparar un curso sobre comunicación interna para la Fundación Santa María La Real. Estaré con ellos dos días trabajando allá en Aguilar de Campoo en la segunda semana de julio. Me apetece tomar contacto con esta gente, dedicada al mantenimiento y recuperación del patrimonio histórico-artístico, sobre todo del arte románico.
Y preparando, preparando, he estado dándole vueltas al binomio contacto físico – contacto digital y su repercusión en la comunicación interna. Buceando en las fuentes que uno maneja he recordado el sacrosanto libro de allá de principios de los 80 «En busca de la excelencia» de Tom Peters y Robert Waterman. Allí recuerdo haber leído las maravillas del contacto directo, personal, a través de lo que llamaban el MBWA: Managing By Wandering Around. O sea, la gestión a base de una vueltita por aquí, otra por allá, una conversación amable en esta esquina, una escucha atenta… Pero todo ello basado, eso sí, en el contacto visual, físico.
La pregunta que me viene a la cabeza es evidente: ¿perdemos calidad de comunicación interna en una organización al sobrevalorar el contacto digital?, ¿estamos simplemente ante una mutación en las formas pero manteniendo la riqueza del contacto? Ya veis que el colega Castells nos dice lo que ya sabíamos: que las relaciones en el plano digital incrementan las relaciones en el plano no digital. ¿De veras es así? Claro que ambas comunicaciones, físicas y digitales, son necesarias. Sí, sí, pero ¿cómo? Pongamos un caso práctico.
Llegas por la mañana a currar a tu oficina. ¿Lo primero? Elige:
- una vuelta para charlar directamente con colegas, o
- directo al correo electrónico para contestar digitalmente a tus colegas.
Y si haces lo uno no haces lo otro, claro está.
Hace poco una persona me llamó por teléfono y me dijo algo así como que «prefiero decírtelo directamente porque el correo es más impersonal«. Me dejó con la sonrisa puesta para todo el día porque se trataba de una felicitación a cuenta de un artículo que publicaré en una revista de aquí a unos meses. Quiso felicitarme a través de una conversación telefónica (que tampoco directa cara a cara) porque le parecía más sincera y real que si lo hacía mediante un correo electrónico.
Reconozco que no acabo de ver claro el asunto. Hasta que nadie demuestre lo contrario, la comunicación cara a cara es la máxima expresión de contacto humano. Cuando ves ojos, labios, gestos, movimiento; sólo cuando ves todo esto sabes que la comunicación es (o puede ser) intensa. Sin embargo, este tipo de comunicación requiere inversión en tiempo. Y tiempo parece que es lo que nos falta en este acelerado mundo. No hay tiempo para zarandajas. Al grano, que no voy a estar aquí todo el día esperando a que me lo cuentes. Un poco triste, ¿no?
Por eso el MBWA es atractivo. Porque coloca el contacto directo como prioridad. Y, de momento, no es digital. Es directo, intenso, radical. ¿Lo estamos perdiendo dentro de las empresas, inundados por la comunicación digital? Quizá la gran esperanza sea que la comunicación digital avance hasta fundirse con la física. De momento, sin embargo, las personas necesitamos cultivar el contacto directo. Si no, ¿qué son los talleres de Aprendices?, ¿qué son los Beers & Blogs?, ¿qué son los eventos que florecen por doquier? La simple necesidad de vernos los ojos.
Así que al final he decidido dejar una diapositiva consagrada al MBWA. A ver lo que les parece. Continuará…
Nota.- El propio Tom Peters hizo su propia pequeña reflexión hace un par de años en torno al MBWA a cuenta del desastre del Katrina en Nueva Orleans.
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6 comentarios
¡Qué suerte poder estar en Aguilar de Campoo! No sé si seguirá igual, pero antes siempre olía a galletas. Viviendo allí, uno se alimenta sólo respirando 🙂
Ese olor siempre identificó a Aguilar de Campoo. Lo que no sé es si con esas cosas de las reconversiones industriales, sigue allí. Ya te contaré.
¿Galletas? Yo venía con otra reflexión… de café: ¿qué haríamos en las empresas sin las maquinas de café, fotocopiadoras, etc., que nos sirven para vernos el careto y charlar si el jefe no está cera o es un enrollado?
Julen, yo le veo un problema (no a Aguilar sino al MBWA): como buen managing, supone un manager y unos manejados.
Por lo tanto, la pregunta es más bien, ¿tú qué prefieres, que tu jefe venga a verte a primera hora o que te mande un educado correo electrónico? Y claro, eso depende de muchas cosas.
He visto jefes de buena voluntad que dedicaban parte de su jornada a pasear y palmear espaldas. Algunos de ellos eran temidos como la peste. Y es que tiene algo de paternalista el que tu jefe esté todo el día dándote ánimos. Yo tuve una jefa que prácticamente me obligaba a tomar gin-tonics con ella. No es fácil.
weeee
joe k de gnete conoce Aguilar de Campooooo!!debe ser un sitio genial??? donde esta exactamente???
un saluditoooo
pasate x nuestra web:
http;//www.evaymara.com
m@k, las cafetereras… ¿esas armas que carga el diablo? Sitios de improductividad y charleta. Al paredón, al paredón 😉
alberto, ahí mas dao. Apúntate una.
evaymara, pues al sur de Islandia, como casi todo 😉