Parece que el entusiasmo es algo que la mayor parte de las personas son capaces de desplegar. Eso sí, también suele ser habitual que el entusiasmo te lo guardas para tu vida al margen del trabajo. Curiosa circunstancia heredada de aquella concepción maldita del trabajo. Es lo que hay que hacer para ganarse el pan. Y así nos van las cosas.
Llegó la web social, la web 2.0. Y con ella un ejército de entusiastas se ponen manos a la obra para dar la vuelta a ciertos paradigmas. Las multitudes saben tanto como los expertos bajo ciertas condiciones. La wikipedia ya está aquí. Nadie puede refutar sus impresionantes resultados. Entusiasmo, nada de dineros por medio.
La empresa es un sitio habitualmente aburrido donde casi nadie despliega entusiasmo. No se dan las condiciones, aunque hay quien constantemente busca la felicidad en el trabajo: The Chief Happiness Officer. Nicholas Carr nos habló de amateurizar y de amoralidad. Pero creo que no entró en el sacrosanto terreno empresarial. No. Ahí las condiciones son otras: te alquilo un tiempo de tu vida para que me lo prestes. En ese tiempo te debes a la empresa porque te suelta pasta para que vayas todas las mañanas. Así son las cosas.
Y cada cual va soportando esa pesada carga para que en su tiempo de no-trabajo lo pase suficientemente bien. Los sinsabores del trabajo pasan a mejor vida cuando, por fin, puedes hacer lo que te gusta.
¿Es posible otro escenario donde la empresa sufra un proceso de amateurización? Ciencia ficción quizá, ¿no? La empresa es el mundo de la especialización. Hay que estudiar duro y luego te contratan por lo que supuestamente sabes. Aquí no se juega, aquí se viene a trabajar. Deja tus hobbies en la taquilla y ponte a trabajar, maldito. Por eso no puedes bloguear. Aquí se viene a lo que se viene.
Desde luego que ningún gerente querría que una cuadrilla de locuelas personas aficionadillas a cualquier cosa tomaran su empresa. No, en la empresa las cosas se hacen bien. Cada cual tiene su rol. Cada cual tiene su puesto de trabajo. Sabe de lo que sabe.
Claro que otra cosa es que la gente se enganche a este aburrido mundo de las empresas. Difícil. A veces oigo expresiones relativas al compromiso, a involucrarse en el proyecto empresarial, a apasionarse con… ¿con qué? ¿Con una aburrida colección de cargas laborales inserta en una desigualdad supina? Aplanamos organizaciones y estiramos diferencias retributivas. Contamos cuánto de responsables sociales corporativos somos y luego de vez en cuando se descubre el pastel por detrás. Trabajo basura, sueldos basura, recursos humanos prescindibles, que para eso son recursos.
¿Imaginas una empresa amateur? Al menos vamos a darle una vuelta. Aunque sólo sea por salir del aburrimiento general. ¿Será que una empresa open business es una empresa amateur en su esencia primigenia?, ¿una empresa 2.0 se hace más amateur al usar la web social?
11 comentarios
Me apunto.
Lo malo, es que según están las cosas para conseguir muchas de las cosas que deseamos es necesario ganar dinero y si dedicamos todo nuestro tiempo a ser amateur no tardarán mucho en aparecer problemas económicos…¿o quizás no?.
La intuición me asegura que no es así, que si haces lo que quieres y lo que te gusta con «entusiasmo» por lo de la economía no hay que preocuparse… pero el miedo está ahí y está porque es necesario y conveniente que esté.
Si tuviésemos garantizado unos mínimos… si el riesgo estuviese limitado.. entonces todo sería muy distinto.
Hay quienes tienen la suerte de poseer esa garantía, ojala la tuviésemos todos, ojala fuese un derecho universal.
Es lo que creo. ¡que le vamos a hacer!
Hola; Yo soy un amateur completo en las TIC,s, blogueo desde mi empresa, (gracias a dios, aún queda algo de buen rollo) y me gusta, como dice Julen, dar la vuelta a ciertos paradigmas.
Confieso que, gran parte de lo que «sé» (amateur)y la confianza suficiente para hacerlo, lo he aprendido deL Maestro CEO, Telémaco.
Llevo tres meses en el mundo blog, creando una «psuedowiki» vital. No sé si realmente vale la pena, pero es adictivo y, desde un perfil humansita, hasta necesario, supongo. Además de actual y m,oderno.
¿Cuándo cobramos?,)
Saludos Dos
admc
Antonio
Pero Telémaco, que sosos serían los circos si todos los números fuesen con red.
“Jamás se ha conseguido nada espléndido que no haya sido logrado por quienes se atrevieron a creer que había en su interior algo superior a las circunstancias”.
Bruce Barton
jaiki tienes razón, pero en este asunto pertenezco a la mayoría, cuando voy al circo me siento en la grada, nunca me ha dado por subirme al trapecio y menos aún sin red.
Aunque indudablemente debe ser muchisimo divertido.
Si hablamos de empresa, los amateurs deben ser muy profesionales. No hay contradicción en ello. Un(a) amateur que sólo es amateur es, en el mejor de los casos, un dechado de buenas intenciones. Sería genial que bastara con eso, pero no me gustaría que me operase un cirujano amateur. Prefiero que lo haga un profesional que ama su trabajo, es decir, un profesional amateur.
Es lo bueno y lo malo de pertenecer a la mayoría. No hay riesgos, no hay grandes recompensas.
Aunque más bien, hay muchos riesgos, sólo que no se es consciente de ellos. Y las grandes recompensas, se reducen a la lotería.
jaizki … que encima no te toca nunca.
Pero es una elección personal, y como todas… mucho más emocional que racional.
Ahora que… si me tocase alguna vez, te puedo asegurar que me apuntaría a la diversión de los subidones de adrenalina, que sin duda debe producir arriesgar el 50% de tu patrimonio por poner un ejemplo.
Telémaco, yo no quiero convencer a nadie de que haga lo que yo, pero sí quiero dejar claro que trabajar por cuenta ajena no es la única alternativa, ni es tan segura como parece.
Hay una concepción muy equivocada del riesgo. Se cree que montar un negocio es muy arriesgado y trabajar por cuenta ajena muy seguro.
Sin embargo, montar un negocio puede requerir muy poco tiempo y dinero -yo mismo estoy montando dos ahora mismo con una inversión ridícula-. Y trabajar por cuenta puede ser tremendamente arriesgado si uno mismo no invierte tiempo y dinero en mantener su empleabilidad.
Generalmente, nosotros mismos nos limitamos tremendamente dando por supuestas muchísimas cosas que no son necesariamente ciertas.
Por ejemplo, con respecto a tu comentario inicial, ¿por qué hay que elegir entre una profesión con la que ganar dinero y ser amateur? ¿Por qué no hacer las dos cosas hasta que como amateur ganemos dinero? ¿No sería esa la red que estabas buscando?
Me ha encantado vuestra conversación, Jaizki, Telémaco. Un día de estos la someto a luz y taquígrafas/os.
admc, no cobramos, me temo.
jv, desde luego que yo tampoco quisiera que me operase un amateur… pero tampoco un profesional desmotivado por completo. Vaya miedo.
Hay que reconocer que algunos de tus post resultan “efervescentes” para el razonamiento. Por mi especialización profesional me toca vivir muchos, demasiados quizá, procesos inversos al que propones.
La tendencia hacia la profesionalización de muchas organizaciones amateurs (clubes deportivos) está muy extendida en este mundo. Tal vez sea por lo que algunos llaman “la crisis del voluntariado”, tal vez porque desde las instituciones públicas se fomenta esta tendencia. Lo cierto es que desde hace algún tiempo expongo mis dudas acerca de la idoneidad de un proceso de profesionalización en los clubes deportivos y no creo que sea una fórmula aplicable a todos ellos, de hecho creo que sólo es válida para algunos de ellos.
Como he dicho al comienzo, resulta muy sugerente ver que no sólo hay personas que dudan de los beneficios generales del proceso de profesionalización, sino que proponen el contrario. Gracias Julen.
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