Quién selecciona a quién

by Julen


Este post surge de los comentarios que Lula, Iñaki, Jaizki y Telémaco hacían a este post: Nadie no vale. Moviéndonos dentro de la legalidad vigente, es lógico que nos cuestionemos que una empresa no puede trasladar los criterios de una ONG. Pero si nos acercamos un poco más al borde -vale, quizá traspasando ese borde- es obligado hacerse la pregunta: ¿quién selecciona a quién?

Cuando decimos que una ONG dispone de gente «gratis» hay que leer despacio y con mucha atención. RyanAir quiere hacer volar a la gente «gratis», la gente quiere «gratis» contenidos vía P2P (música, películas, lo que sea), las compañías de telecomunicaciones dan «gratis» teléfonos móviles, compañías financieras te dan «gratis» servicios si disponen de trazabilidad sobre tus hábitos de compra. El concepto «gratis» simplemente puede hacer cambiar una parte del tablero en que se desarrollan los hechos. No demos por sentado que una persona trabaje «gratis» si consigue ingresos de otra forma y si se siente realizada como ser humano. Gratis hacemos muchas cosas en la vida y las seguiremos haciendo, espero.

En un mercado donde hay más gente buscando trabajo que puestos disponibles, la lógica es aplastante: la empresa selecciona a la persona. Hago un molde y veo quién encaja mejor en él. Pero si vamos un poco más allá y miramos un escenario (irreal a día de hoy) donde hay más empresas buscando y menos gente dispuesta, ¿qué sucede entonces? Ya existen determinados nichos donde el problema está en atraer y no en seleccionar. Y supongo que el problema va en aumento.

Y este escenario puede extenderse no porque falten profesionales sino porque los valores en la gente que accede al mercado de trabajo son ahora diferentes. Además puede tratarse también de un reacción lógica ante un trato demasiadas veces despreciable por parte de los empleadores. No olvidemos que no hay unión más fuerte que la provoca un enemigo común y poderoso. Además, cuando buscas gente de cierta trayectoria el problema se agrava, ¿cómo capto personas que quieran participar en un proceso de selección? Pues no hay vuelta atrás, el problema no vas a tenerlo en la calidad sino en la cantidad.

Siembra vientos y recoge tempestades. Si tratas a quien viene a querer trabajar contigo como alguien que puede o no encajar en un molde, has sembrado viento. Espera a que te lleguen las tempestades, que te llegarán. Si no somos capaces de comprender que quien selecciona puede que sea cada vez más la persona y no la empresa, podemos tener problemas… porque, insisto, el problema no vas a tenerlo con la calidad de lo que llega a tu puerta, sino con la cantidad.

Ah, y todo esto tiene que ver con la ética hacker del trabajo. Quizá tengas que empezar a pensar que no se trata tanto de qué ofrezcas sino simplemente de que muchas personas te van a sacar de su panel de proveedores de empleo. ¿Ciencia ficción? Hay demasiados ejemplos como para que no pueda formar parte de un escenario futuro.

Además, no hay que olvidar que si tuvieras gente que quiere trabajar contigo, todo sería más fácil. El problema, como escuché una vez, no es que tengas gente desmotivada trabajando contigo. El problema verdadero es que esas personas quieran seguir trabajando contigo.

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3 comentarios

Nice 29/05/2006 - 10:52

Quizás el problema, es cómo está planteado dicho problema. Intentar dar una solución única a un planteamiento variopinto y complejo.
Habrá casos que la empresa seleccione a la persona y en otros al contrario.
Creo que ambos saldrían ganando si basasen su elección en un ganar/ganar. No aceptar una solución que deje a la otra parte en una situación de perdedor. Y esto con la mirada a medio/largo plazo. Todas las soluciones a corto son atajos, que tienen su correpondiente costo.
Y esto es válido para tu pareja, tu familia, tu ONG, tu cuadrilla de B&B o tu empresa. ¿Por qué nos afanamos en darle ese carácter diferenciado a la empresa/trabajo remunerado? ¿Será por nuestra visión distorsionada del dinero?

En esto coincido, con Julen, en que no hay nada gratis. Siempre pagamos un precio por todo, y también lo cobramos.

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Telémaco 30/05/2006 - 08:25

Ese escenario que describes es el escenario que existía hace 18 años cuando comencé a trabajar.

En la empresa en que entré contrataban a todos los ingenieros que se acercaban por la puerta a dejar su curriculum, sólo después de contratarlos le buscaban el puesto de trabajo.

En ese escenario de escasez de gente dispuesta a trabajar allí, como tú dices la empresa concentraba sus esfuerzos en atraer y retener a la gente.

A los seis meses de trabajar allí, la empresa me obligo a firmar un contrato indefinido, (hoy resulta casi increible pero yo prefería seguir negociando y firmando contratos cada seis meses).

Pero algúnos años después llegó la globalización….

¿Ves indicios de que aquel escenario puede volver a corto plazo?. Ójala aciertes, intentaremos aguantar hasta entonces.

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Lula Towanda 30/05/2006 - 14:38

Coincido 100% con Telémaco. Hablando el otro día con mi ex-jefe(de los tiempos felices) le decía que me sobraban los últimos 10 años laborales y el me respondió que yo buscaba algo que ya no existe.
Buaaaaaa

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