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Carreteras olvidadas – Consultoría artesana en red

Carreteras olvidadas

by Julen

Strava: https://strava.app.link/ettuXzVRPBb

Ayer por la tarde subí a dar un paseo hasta la zona histórica de Aínsa. Ya sé que me repito, pero cada vez me parece más abominable este modelo de consagrar un lugar al turismo como si no hubiera un mañana. Aínsa, cómo no, está en la lista de los pueblos más bonitos de España. Las calles que suben hacia la Plaza Mayor permiten descubrir casas señoriales, la iglesia de Santa María o los miradores que dan hacia el río Cinca.

Pero para dar cobertura a las hordas de turistas a cada paso encuentras una casa rural, un hotel, una vivienda turística, un bar o un restaurante «auténticos», una tienda de artesanía, otra de recuerdos varios. Y suma y sigue. Arriba, la Plaza Mayor queda consagrada a las terrazas. Menos mal que es grande y sigue habiendo un espacio central diáfano relativamente digno.

En fin, estamos en temporada alta. Rafting, parapente y mil aventuras más. La zona histórica es una zanahoria; la otra son los deportes de aventura. Está bien conocer estas modernas ventanas al supuesto progreso. Bueno, vamos a contar algo de la ruta de hoy, ¿no? Porque de la hamburguesa vegana de ayer para cenar mejor no decir ni pío.

Hoy de nuevo he cogido la bici de carretera. En su día estuve mirando opciones para pedalear por carreteras secundarias en esta zona. Te pones a ello y enseguida ves mil opciones. La ruta me ha permitido olvidarme del tráfico rodado. Excepto en el tramo final, que también hice ayer, viniendo de Escalona, los coches han sido la excepción. Así cualquiera le coge el gusto a hacer más carretera.

Salimos a las siete, porque va a hacer calor (nos hemos asomado a los 32 grados, según Míster Garmin). Cogemos la A-2205, que pasa por la puerta misma del hotel, y que nos lleva hacia Arcusa pasando por Guaso. Se pedalea a gusto. Paz y tranquilidad. Eso sí, el asfalto tiene sus baches y hay que andar con ojo.

La etapa es un rompepiernas. Poco llaneo. Es, claro está, una ruta circular que pedaleo en sentido antihorario. Tengo la sensación de que nunca he cogido el ritmo adecuado. Además, para llevar cadencias altas me falta desarrollo. Con la de monte voy infinitamente más a gusto. Es lo que hay.

Tras las dos primeras subidas, justo tras dejar atrás Arcusa, se coge un desvío hacia Mondot en una de las pocas zonas llanas de la etapa. Hace ya bastante tiempo que el asfalto está alfombrado de bolitas negras. Me da que por estas carreteras transitan bastantes más ovejas que coches. En cuatro kilómetros bajamos prácticamente 300 metros en una zona de curvas con bastante pendiente en la que hay que extremar precauciones porque la bici se embala enseguida.

Llegamos al cruce con la A-138, que cogemos a la izquierda durante menos de un kilómetro a la altura del Mesón de Ligüerre porque seguimos hacia el Congosto del Entremón, un paso por encima del embalse del Grado I.

Congosto del Entremón

Aquí comienza el puerto de Troncedo, del que haremos sólo su primera mitad, hasta la ermita de Santa Brígida. Es una buena cuesta, con muchos tramos al 9-10%. Me adelantan una chica y un chico a velocidad supersónica (para mis posibilidades). Van hablando entre ellos, como si tal cosa. Diosssss santo. En la señalización este puerto figura como de primera categoría. Vaya, vaya. A a izquierda se abren buenas vistas al embalse.


Embalse del Grado I sobre el río Cinca

Miro en el rutómetro dónde parar a tomar algo en los próximos kilómetros. Será en Tierrantona. Una Coca-Cola, un poco de reposo a la sombra en la terraza de un bar. Estupendo. A por el tramo final.

Salimos a la N-260, pero enseguida la abandonamos para coger el puerto de Arro – San Beturián. Esta vez está clasificado como de segunda categoría. En cualquier caso, nosotros solo vamos a subirlo hasta Los Molinos, algo más de media subida. De nuevo, es una subida tranquila, sin apenas tráfico, por una carretera estrecha y en bastante buen estado que serpentea por la ladera con el río Cinca allá abajo a la izquierda.

A la derecha queda una molde tras la cual se encuentra el Collado de Cullivert, ciclabe desde Viú. Por ahí entra la Transpirenaica en el valle de Cinca para atravesar el cañón de Añisclo (cuando abran la carretera, claro). Al llegar a Laspuña, ya en plena bajada, reconozco el bar en el que he parado a tomar algo viniendo de Cullivert. Quizá porque es el único con el que te topas en la bajada, claro está.


Allá detrás el Collado de Cullivert, ruta Transpirenaica en BTT

Ya solo queda cruzar el río Cinca y coger la carretera a la izquierda para llegar a Escalona y desde ahí hacer el mismo tramo con el que terminamos la etapa de ayer. Hoy con ruedas finas y ayer con ruedas gordas. Pero hoy con más viento en contra. Suave suave.

Mañana, primera jornada de descanso… activo. Algo habrá que hacer.

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