Llegamos a la última crónica de esta ruta, al margen del artículo que escriba más adelante como balance. Es la tercera que hago en coche, como apoyo logístico (o algo así) al pedaleo de Alberto.
La idea de pernoctar en Riópar tenia que ver, sobre todo, con la visita a un lugar en el que estuve hace un montón de años: el nacimiento del río Mundo. Vamos, lo que se conoce como «Los Chorros del río Mundo».
Riópar, además, tiene su historia. De hecho, cerca del pueblo actual se ubica la antigua Rivus Oppae (o río de la zorra), villa medieval que ha sido restaurada. Este Riópar Viejo es un lugar de esos que te genera sentimientos encontrados. Sí, ha renacido. Sí, a lomos de casas de turismo rural. O sea, que hay parque temático Riópar Viejo. Sin embargo, la iglesia gótica del siglo XV y la fortaleza de origen árabe del siglo XII, está última con sus enterramientos (recientes) en la parte alta, siguen ahí asidas a una historia que no quieren olvidar.
Riópar Viejo ofrece también una serie de miradores privilegiados en cada uno de sus cuatro puntos cardinales. A sus pies, a pesar de la escasez de lluvia, los valles se ven verdes, recortados contra los bosques de pinos que ascienden hasta terminar en las plataformas calcáreas del Calar del Mundo.
Sin embargo, la existencia del Riópar que vemos hoy tiene que ver, sobre todo, con las Reales Fábricas de Bronce y Latón de San Juan de Alcaraz, un proyecto de colonización del siglo XVIII, en época de Carlos III, por el que se establecían en este lugar operarios de la minería y factorías reales.
Toda esta zona vive hoy en día del turismo. El parque natural de los Calares del Río Mundo y de la Sima, el paisaje natural serrano y la proximidad de Alcaraz la convierten en un buen reclamo para visitarla. Nosotros nos hemos alojado en un hotel muy agradable que contaba incluso con spa.
Los Chorros del río Mundo es el punto más visitado del Parque Natural. La cueva tiene unos 50 km de profundidad explorados (hasta el momento) y la plataforma del Calar del Mundo más de 900 dolinas registradas. En épocas puntuales, debido al deshielo, las lluvias y el viento, se produce el fenómeno del REVENTÓN, que te sorprenderá por su espectacularidad.
Esto es lo que cuentan en la web de turismo de la sierra del Segura. Y es que estamos, de hecho, en la parte norte de esta Sierra, que se extiende hacia el sur por tierras andaluzas de Jaén. Para visitar los chorros, hay un recorrido hasta el fondo del valle, donde se encuentra la Cueva de los Chorros, el lugar en el que específicamente nace el río Mundo. Es aquí donde se precipita y forma una de esas cascadas que casi todo el mundo se empeña en calificar como de las más espectaculares de la Península Ibérica. Nosotros, para ser sinceros, la hemos encontrado con muy poca agua, pero aún así el sitio tiene su magia.
La boca de la cueva tiene 15 metros de anchura y 25 metros de altura. El agua cae desde más de 80 metros de altura. El lugar, además, acoge una auténtica explosión de especies vegetales endémicas. Ah, poro que he leído, yo que tú venía en otoño (mejor que haya llovido) . E intenta evitar fechas concurridas, que esto pinta a masificación según épocas.
Desayunamos en un restaurante junto a la gasolinera del pueblo. Está repleto de referencias deportivas: carteles de pruebas, maillots de distintos equipos ciclistas y hasta un póster del Athletic Club de Bilbao.
El ambiente es, por supuesto, testosterónico. Pido una tostada con aceite y sal. Responde al modelo plancha, o sea, nada de tostada, sino pan a la plancha. Que cruz.
Ayer redefinimos el plan para esta etapa final. Como por la tarde nos acercamos hasta el nacimiento del Río Mundo, Alberto se ahorrará unos 20 kilómetros iniciales. Se le queda, por tanto, en 70 hasta Peñas de San Pedro. Por mi parte, Google Maps me lleva por un trazado muy diferente al del track que diseñé para la bici. Así pues, nos veremos solo al finalizar, aunque ya iré viendo si encuentro alternativas.
Cojo la carretera CM-412 en dirección a Elche de la Sierra para dejarla en un cruce a la izquierda que me lleva hacia Aýna. Estamos en plena sierra del Segura transitando por parajes abruptos y solitarios. Hasta los animales se extrañan al paso.
Al llegar a Royo Odrea recupero el contacto con el río Mundo, que queda ahí abajo desde el Mirador de los Infiernos.
Sigo hacia Aýna. ¿A qué me suena Aýna?, ¿a qué me suena?
En el corazón de la Sierra del Segura, nos sorprende la que dicen que es la Suiza Manchega, Ayna (Albacete). Allí, uno de los manchegos más ilustres, el cineasta José Luis Cuerda, filmó una de las películas más surrealistas del cine español: «Amanece que no es poco».
Eso era, eso era. Si hasta tienen centro de interpretación de la película y se puede hacer un recorrido para recordar escenas. Ahí es nada el mirador del sidecar. Ya le veo a Resines ahí mismito.
El pueblo es en sí mismo un lugar tremendo, encajado entre paredones y arremolinado en torno a casas que cuelgan en cuestas imposibles que suben desde el río hasta el castillo de la Yedra y más arriba. ¿Más arriba? Hay aviones jugando en el cielo.
Seguimos ruta. Ah, el cambio de plan incluye también no dormir en Peñas de San Pedro, sino salir de allí en coche cuando llegue Alberto para dormir una vez pasado Madrid y así mañana sábado estar en casa para la hora de comer.
El paisaje cambia camino de Peñas de San Pedro. Vuelven los relieves más amables. Bueno, salvando el tremendo roquedo bajo el que se cobija este pueblo. Ahí arriba estuvo antes, toma nota. Pedazo de castillo-fortaleza.
El castillo es una impresionante meseta de roca, que se eleva verticalmente casi cien metros desde su base, y casi doscientos sobre la llanura, únicamente accesible por un camino amurallado situado en su lado sur. Todo el conjunto está amurallado y en el interior del recinto se encuentran ruinas de antiguas edificaciones.
Pues aquí acaba, más o menos la ruta. Voy al encuentro de Alberto. A él le quedan casi 25 kilómetros en bici. Yo me vuelvo al pueblo y me apalanco en una terraza de la Plaza Mayor. Termino el post.
Mañana en casa y el domingo a pensar en rehabilitar la rodilla. Por cierto, el dolor casi ha desaparecido. A ver si evoluciona bien, que tenemos.mas compromisos a corto plazo de los que ya hablaremos en su momento. Ciao!
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