MONDRAGON sin Ulma ni Orona

by Julen

Desde que comencé a trabajar en el entorno de las cooperativas de MONDRAGON, allá por el siglo pasado (suena fuerte, jeje), noté enseguida que la visión de homogeneidad que a veces se otorga a este modelo, sobre todo desde fuera, distaba bastante de la realidad. Mi primer trabajo, en lo que entonces era LKS Consultores —que antes había sido la División Empresarial de Caja Laboral— se centró en actividades relacionadas con eso que llamábamos «recursos humanos»: muchos procesos de selección de personal, diagnósticos de necesidades de formación, rediseño de estructuras organizativas, revisión de sistemas retributivos y cosas así. O sea, proyectos que te ponían en contacto directo con las culturas de cada organización para la que trabajabas. Como muchos clientes eran cooperativas, allá comenzó aquello de que MONDRAGON son muchos Mondragones.

En LKS trabajé seis años. Sí, con muchos proyectos para cooperativas ubicadas en distintas zonas geográficas, pero con un peso considerable del altodebacentrismo, si se me permite la expresión. MONDRAGON (la corporación quiere que lo escribamos así, en mayúsculas) es, en gran parte, un producto de la cultura del valle en que se ubica. Pues va a ser que no, que no es «en gran parte», sino quizá solo «en cierta parte». Cuando me integré en Maier, una cooperativa ubicada en Ajangiz, junto a Gernika, en el corazón de Busturialdea aquí en Bizkaia, ya me di cuenta de que allí sonaba otra melodía del cooperativismo.

Quizá lo que más llamaba la atención era la diferente concepción del dinero. Gernika siempre ha sido, por ejemplo, su frontón. Frontón es sinónimo de apuesta. El dinero corre de unas manos a otras. Por supuesto que una cooperativa que ha nacido como tal y que decide serlo porque sus socias y socios fundadores lo han querido así, lleva en su ADN la solidaridad, el auzolan, lo colectivo, el todos a una. Pero a partir de este fondo de armario común, cuidado, hay muchos matices en la forma en que entender el cooperativismo. Lo entendí nada más llegar allí en el mismo proceso de selección, cuando me explicaron que tendría 16 pagas (otro día me pongo con esta historia).

Explico lo anterior porque, por supuesto, las cooperativas de MONDRAGON viven tensas sus períodos de vacas flacas en lo económico. El famoso recurso a la flexibilidad, con la consiguiente bajada del nivel de anticipos, permite sortear mejor los periodos de crisis. Luego, cuando las cosas se reencauzan y vuelven los periodos de buenos resultados, estos se traducen en retornos económicos para sus plantillas. En Maier se presumía de ese arsenal que un socio iba acumulando a lo largo de los años. Las pagas de intereses eran todo un fenómeno social. La cartilla de la cooperativa era la prueba inequívoca de que formar parte de la cooperativa en calidad de socia o de socio era un buen negocio. Eso sí, quienes venían de otras cooperativas que habían tenido que cerrar y cuyos socios habían perdido dinero, veían la película con otros ojos. ¡Vaya si la veían!

El mecanismo de solidaridad intercooperativo es ese por el cual quienes van bien echan un cable a quienes van mal. Los retornos para cada persona socia de la cooperativa se ven minorados porque hay que dar dinero a esas otras cooperativas que no consiguen que sus cuentas de resultados abandonen los números rojos. Y eso, año tras año, deja cicatrices. No es perder, es ganar menos. Ya, claro, esa es la teoría.

Orona y Ulma no son ni las primeras ni, por supuesto, serán las últimas de las cooperativas que se plantean salir de MONDRAGON. Sus socias y socios decidirán. Para eso, a través de sus asambleas, las cooperativas son soberanas y pueden decidir estar dentro o fuera de la corporación MONDRAGON. No quiero decir que el dinero sea el único factor que anda de por medio. Ya he mencionado que existen evidentes diferencias culturales asociadas a la geografía (que no solo tienen que ver con la forma en que se percibe y se da valor al dinero, claro está).

Vivimos en un país que se puede entender a través de sus valles. No hemos tenido un idioma único. La orografía lo condiciona y marca diferencias significativas. Sí, llegó el euskera batua, pero las diferencias dialectales explicaban algo mucho más profundo. Busturialdea no es Arratia y mucho menos aún es Debagoiena. Estoy por decir que ni siquiera Debagoiena es homogénea en su interior, sino que Oñati y Arrasate, por ejemplo, representan conceptos empresariales con muchos matices. Sería estupendo impulsar alguna tesis doctoral en este sentido. Bueno, no sé, quizá ya exista. A ver si me entero.

La corresponsabilidad llega hasta cierto límite. La tolerancia ante los resultados negativos de otras cooperativas también. Las que nacieron en la segunda mitad del siglo pasado hoy son diferentes. La centralidad de determinadas instituciones de MONDRAGON y su supuesta salvaguarda de unos valores y principios siempre han estado sujetas a la crítica. ¿Qué aporta y qué quita MONDRAGON a sus cooperativas?, ¿qué nueva gobernanza quizá habría que imaginar en un mundo que ha mutado desde aquellos años 50, 60 y 70 del siglo pasado que vieron como emergían proyectos comunitarios alternativos con una importante base social?

MONDRAGON se ha diluido en el único escenario que ha sido capaz de imaginar: el capitalismo global. Supongo que si Orona y Ulma salen de la corporación saltarán chispas. Lo que sucedió en Irizar se pudo entender a través del supuesto cariz mesiánico de una persona (entiendo que con muchos matices). Lo que pasó con Fagor Electrodomésticos dejó no ya una cicatriz, sino un trauma brutal, un antes y un después. Los malos tiempos de Eroski casi se convierten en hecatombe. Por detrás, Laboral Kutxa aceptando la comercialización de productos financieros éticamente delicados. Ahora Orona y Ulma mueven ficha.

Tiempos convulsos en MONDRAGON como para repensar su gobernanza global y, más aún, para repensar su sentido empresarial y social en el momento actual. Y en lo quiera ser en el futuro. Porque es lo que importa. Ya lo escribí en mi dedicatoria de la tesis doctoral:

A todas esas personas empeñadas en dejar un mundo mejor para quienes vengan detrás.

Imagen de Jose Antonio Alba en Pixabay.

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14 comentarios

Iván 15/11/2022 - 06:33

Muy interesante el post. Imagino que son síntomas de muchas realidades que han ido pasando durante las últimas décadas. Para reflexionar el apunte que comentas de la geografía, da que pensar en una zona geográfica tan reducida. Eso de la solidaridad intercooperativa y las repercusiones de don dinero creo que va a ser muy complejo mantener. Desde la distancia, sigo la evolución del tema 🙂

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Julen 16/11/2022 - 08:30

Iván, asunto muy complejo este que se está encarando, desde luego. Y sí, por supuesto, don dinero de por medio. Es evidente.

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Ricardo Antón 26/11/2022 - 22:57

Justo estos días me estoy leyendo la novela «El ministerio del futuro» de Kim Stanley Robinson, un bestseller internacional de ciencia-ficción que transcurre en un futuro cercano, donde uno de los casos a partir de los que se intenta regenerar el futuro de la humanidad en claves más justas y sostenibles, es a través del modelo cooperativo de Mondragón. Aún no se cómo termina, pero cuando me encontré esto en el libro, me llamó la atención y me resultó inquietante por la gran referencialidad del modelo. La verdad es que como miembro de una pequeña cooperativa vasca, de iniciativa social que no forma parte de la gran CORPORACIÓN, siempre he tenido una sensación con MONDRAGÓN (seguro que con mucho de prejuicio) como de un agente hegemonico y un tanto depredador, que hoy tiene más de corporación que de cooperativismo, más de capitalismo global que de economía solidaria. Se que como bien dices Julen, no hay un MONDRAGÓN sino muchos mondragones y por eso espero que todas estas tensiones sean regenerativas y tengan como resultado un grupo cooperativo reseteado. Ese grupo cooperativo con el que me encantaría convivir sin verlo como un mejillón tigre. Ese grupo cooperativo que vuelve a mirar a sus orígenes para reinventarse y proyectarse hacia el futuro y así sí poder ser, no un cliché, sino un verdadero referente deseable para «El ministerio del futuro». Entiendo que no resulta tan sencillo.

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Julen 27/11/2022 - 04:59

En mi caso, como podrás suponer, son muchos años de estar ahí, en ese delicado limbo de creer y no creer. Lo que me ha quedado claro con el transcurso del tiempo es que MONDRAGON no es «un modelo». Ahí dentro conviven sensibilidades muy diferentes. Lo social y solidario lo puedes encontrar, pero sí, también lo contrario, no tengo duda alguna. Mientras, de por medio algo muy delicado: en gran parte, hablamos de dinero. Porque el modelo de las cooperativas, a través de sus retornos económicos para las socias y socios, puede volverse, perverso. Por supuesto que sí.

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Ricardo Antón 27/11/2022 - 08:47

Las cooperativas de iniciativa social no tenemos ánimo de lucro. No hay retorno económico de la inversión. El dinero pierde ccentralidad. Eso cambia muchas cosas. Pero no deja de tener importancia, en nuestro caso el problema está en avanzar hacia unas mejores condiciones laborales que nos den mejor calidad de vida en el presente y mayor seguridad a futuro.

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Iván 16/12/2022 - 03:02

Sobre las miradas al dinero creo que al final la mirada depende mucho de las personas, no tanto de las siglas de un tipo de organización. Negar la importancia del dinero creo que es un error. Si miramos a las 300 global coops https://www.theguardian.com/social-enterprise-network/2012/jan/04/social-enterprise-blog-co-operatives-and-mutuals vemos que hay muchas empresas cooperativas repartidas por el mundo que lideran sectores en muchos países, y no son pocas las entidades bancarias y de seguros, donde el dinero es parte motora de su propio negocio. Creo que Mondragón tiene cosas muy buenas, pero mucha gente allí se mira mucho el ombligo y creen que lo que les funcionó décadas va a seguir funcionando porque sí dentro de otras tantas. Por mucho que digan que su modelo es único, y que en parte lo es, hay un romanticismo alrededor de la solidaridad intercooperativa que está haciendo grietas desde hace tiempo, y queramos o no para la gente trabajadora el dinero siempre estará vigente. El tema de los eventuales vs socios cooperativistas creo que es un dilema en la anterior salida de Irizar-Ampo y en la más que probable de Orona y Ulma, es decir el cómo se gestionan a esos eventuales que pierden derechos vs a socios que los tienen parece que ha evolucionado muy poco en todas estas décadas.. Yo conozco y sigo a muchas de las Coops del Agro-Alimentación-Retail globales y la verdad es que una gran parte se gestionan como grandes empresas, como multinacionales, con miradas glocales, entre su tierra originaria y el mundo, pero aunque tengan una parte social y de reparto a la sociedad, la pasta y el beneficio económico es el motor para poder seguir siendo y teniendo esa parte social. Y aunque sea un juego de palabras, la propia economía social tiene la palabra economía delante de social. Al final vemos como sigue apareciendo el cómo se reparte el dinero, entre socios, trabajadores o a la sociedad en general. Un abrazo Richi.

Copreci 15/11/2022 - 07:43

Yo he trabajado en casi todos Fagor .
Y ulma 16 años dando vueltas por no tener título de euskera abocado a ser eventual.
A principio bueno se cobraba un poquito menos que un S.A y te van con el cuento de qué puedes ser socio.
Pero después an entrado solo gente con euskera y los cuales bien claro te dicen he tenido que pagar para trabajar y yo quiero ganar dinero y si ostinen que pagar menos o explotar mejor más ganamos . He visto como los gerentes de zona dejaban papales de las áreas de descanso .
Que ponía vacaciones a trabajar eventuales y reubicados .El que se negaba el reubicado lo despedían según se quejaba y el eventual no le renovaba y punto .
Antes yo cobraba menos que una S.A tenía otras cosas buenas mis derechos compañerimos te sacaban la cara los socios y no te dejaba que te explltotasen ni amenazas y coaciones pero hoy en día está al orden del día .
Para colmo de la noche a la mañana te encuentras una norma nueva y te dan de sueldo un descuento de más 20 % por qué ahora se gun cuenta ellos el mmc les a dicho que eso es mejor para los eventuales.
Ya eso es verdad por eso los eventuales llegaron a un punto que no podían ir a trabajar de la miseria que se cobraba 1200 a tres turnos 1450 a 21 relevos negando se a sumar pruses o complementos para poder vivir .
La cooperativa ya no es un sitio acogedor si no un sitio que tienes mil tiranos explotación falta de tus derechos como personas y ética ni moral.
Es una pena todo política de uskera esa es la etica lo demás mientras podamos explotar y humilla a socios que an perdido todo y a eventuales más ganamos.
Donde se avistó que una comparativa trate peor a las personas que una S.A
Pues en Fagor líder der grupo Mondragón que si sale Fagor fuera del mcc seguro que gana más

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Julen 16/11/2022 - 08:29

Gracias por comentar.

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Juanjo Brizuela 16/11/2022 - 08:21

El tema tiene demasiada miga, tanta que no sé si se será capaz de asimilar todo el pan. Eso me parece. Demasiado barullo pero sobre todo más allá de las digestiones, siguiendo la metáfora, me parece que la pregunta es si se quiere comer pan.
Espero que se esté reflexionando sobre modelos futuros porque creo que aun teniendo una base identitaria tan arraigada, esas «diferencias» que mencionas contribuyan a tener miradas más amplias.
Veremos las derivas de este tema, que tendrá muchas, desde luego.

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Julen 16/11/2022 - 08:30

Seguiremos atentos a ver qué ocurre, Juanjo. Porque, sea lo que sea, va a ser asunto delicado.

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Lar 16/11/2022 - 20:51

Trabajo en Ulma, desde toda mi vida. Y he mamado el cooperativismo desde pequeño. Es vergonzoso como nos han explicado las razones por las que salir de Mondragón, reduciéndose todo a una cuestión de confianza en nuestro presidente. Al final, lo único que me ha quedado claro es que todo se debe a una lucha de egos, y que se solucionaba despidiendo a los presidentes de Ulma, Orona y Mondragón. Siendo eso así, aprovecho para criticar el cementerio de elefantes en qué se ha convertido Mondragón, donde cualquiera con un índice superior a 5, quien después de demostrar que no o sabe hacer la O con un canuto, obtiene un puesto a su medida, con el mismo sueldo o superior.

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Julen 17/11/2022 - 08:32

Gracias por compartir la visión desde dentro. Tiene que ser un momento jodido, supongo. En fin, ánimo con lo que venga.

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Elkanp 14/12/2022 - 14:15

Pues si LAR. Comparto tu idea al 100%. Por otra parte decir que he trabajado durante 22 años en el llamado Grupo (que nunca ha sido tal) lo que me da una cierta perspectiva del momento actual. 66 años después del inicio de esta experiencia pienso que va siendo hora de repensar a donde vamos y como hacerlo. El problema, grande por cierto, es que no contamos con personas del empuje, carisma e ideas como las que tuvo el iniciador de este proyecto irrepetible. Claro está que me estoy refiriendo a Don José María auténtico generador de esta realidad que ahora está pasando una enfermedad propia de su edad y es que 66 años parece que empiezan a pesar.

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La relatividad del cooperativismo de MONDRAGON: Better Together – Consultoría artesana en red 17/12/2022 - 07:40

[…] a la Corporación MONDRAGON. Parece que no es asunto de hoy. Como explicaba hace unos días, son los distintos Mondragones que conviven dentro de MONDRAGON. El cooperativismo de MONDRAGON no es monolítico. No puede serlo porque aquí la historia pesa y […]

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